Domingo es Fiesta

Domingo 16 – C | Escuchar y hacer

“María ha escogido la mejor parte”

Proclamamos el Santo Evangelio según san Lucas 10,38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Ésta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchada su palabra.

En cambio, Marta estaba atareada con todo el servicio de la casa; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le contestó: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán”.

PALABRA DE DIOS.

Palabras de Clemente:

Queridos amigos: Hoy tenemos un relato muy familiar, con un Jesús en casa de Marta y con un pequeño lío de mujeres, de hermanas, a través del cual Jesús nos ilumina muy bien el equilibrio de relaciones del hombre con Dios y del hombre con el prójimo.

Con frecuencia, se ha querido leer este texto como un conflicto entre contemplación y acción, como un conflicto entre el amor a Dios y el amor a los hermanos. Y tenemos que reconocer que el texto no da para tanto.

Comencemos por decir que el mundo judío, a diferencia de la cultura griega, no cultivó nunca la contemplación mística tal y como la entendemos hoy. Más bien era un pueblo que escuchaba la palabra y la ponía por obra.

Más bien pudiéramos decir que es como una continuación y explicación de lo que el pasado domingo decíamos del culto y del amor a Dios y el amor al prójimo, y que aquí Jesús clarifica.

Jesús no está contra la acción de Marta. Está sí contra un activismo que nos absorbe y nos impide escuchar la Palabra. Marta hace cosas, pero no se interesa por el Reino. María, en cambio, es la mujer que escucha, no para quedarse encerrada sobre sí misma, sino que luego ha de sentirse comprometida con el hacer por el Reino.

Y un dato curioso, que la Iglesia aún no ha logrado tampoco superar, en la religiosidad judía la mujer era una creyente secundaria, no tomaba parte en las explicaciones de la Sinagoga, no tenía por qué leer ni escuchar la Palabra de la ley.

Aquí Jesús cambia de actitud y presenta precisamente a la mujer como la que escucha a Jesús. La que no escuchaba a la Ley ahora escucha a Jesús: “Este es mi Hijo el amado: escuchadle”. Una manera de recuperar la igualdad entre la mujer y el hombre frente a Dios y a la fe. A la vez, la presenta como la figura del auténtico cristiano: el que escucha primero la Palabra y luego actúa según ella. Pues la acción del cristiano no nace de un simple sentimentalismo, sino que brota de haber escuchado la Palabra de Dios y la pone por obra. María es el tipo de cristiano que profundiza en el don de la fe. Lo cual tampoco niega que alguien pueda consagrar su vida a esa escucha de la Palabra en la contemplación, como sabia viva para la Iglesia.

1.- ¿Usted ha presenciado alguna vez un lío de mujeres?
RESPUESTA: Bueno, como yo soy soltero nunca he tenido la suerte de ver una pelea entre suegras y nueras, pero entre hermanas sí. Y a veces entre hermanas se dan buenos líos, aunque el problema de Marta y María tampoco es como para alarmarse. Es una simple queja y un manifestar el fastidio de tener que hacerlo todo ella sola.

2.- ¿Y no sería más bien la envidia de ver a su hermana tan atenta a la Palabra de Jesús?
RESPUESTA: Pues, mira, alguna vez se me pasó por la cabeza, pero Marta lo hubiese solucionado abriendo la puerta de la cocina y diciéndoles que hablasen más alto. Pero Marta era de esas que no podía estar sentadas, que prefieren el andar entre pucheros que sentarse a escuchar.

3.- Creo que aquí mismo Jesús se lo dice claramente.
RESPUESTA: Jesús no le reprocha lo que hace sino el modo cómo lo hace: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas”. Esa suele ser la consecuencia de cuando nos dedicamos tanto al hacer y no somos capaces de darnos un tiempo para estar en silencio escuchándonos y escuchando a Dios.

4.- Uno va aprendiendo. Nosotros no hemos aprendido a callar, a darnos un descanso, a salir un día a relajarnos un poco y eso creo que a todos nos haría bien y hasta habría menos estrés.
RESPUESTA: No solo eso. Con frecuencia sentimos que el tomarnos un día de descanso y no hacer nada es como perder el tiempo. Y el tiempo de descanso y el tiempo de escucha: escuchar música, escuchar la naturaleza, escucharnos a nosotros mismos, y escuchar a Dios, es un tiempo lleno, un tiempo vida.

5.- ¿Cuál es ese lío del que usted hablaba entre contemplación y acción? Eso me suena a mí a problema de curitas y monjitas…
RESPUESTA: En la Iglesia ha habido siempre una especie de conflicto entre el hacer pastoral o el dedicarse a la contemplación. Cuál era mejor: contemplar o hacer. En realidad, es la eterna manía que todos tenemos de dividir y separar y excluir: o esto o lo otro. Y esta no es la actitud que Jesús nos revela. Jesús fue profundamente contemplativo de Dios y, a la vez, fue igualmente entregado a los hombres. En Él no había dualidad ni exclusión.

6.- Sin embargo, Padre, aquí Jesús parece darle la razón a María y no a Marta.
RESPUESTA: Jesús critica a Marta por perder la paz y caer en el nerviosismo, no por hacer las cosas. ¿Qué pasaría si al medio día la cocina está apagada, los pucheros vacíos y no hay nada que comer? Es importante escuchar la Palabra, pero cuando llega la hora del almuerzo también se requiere que alguien haya hecho la comida.

7.- ¿Por qué decía usted que esta escena de Marta y María esclarece, de alguna manera, lo que hablábamos el pasado domingo sobre el buen Samaritano?
RESPUESTA: Es que entonces tú me preguntabas cuál ha de tener preferencia: el culto y el amor a Dios o el amor el prójimo. ¿Recuerdas? Creo que aquí tienes la respuesta de Jesús. Primero está la Palabra de Dios y su escucha, luego está la exigencia de hacer realidad esta Palabra o vivir de acuerdo con Palabra.

8.- No entiendo, ¿por qué para amar al prójimo tenemos que escuchar primero la Palabra de Dios?
RESPUESTA: Por una razón muy sencilla. Primero escuchamos lo que Dios quiere de nosotros y del prójimo, y luego actuamos de acuerdo con esa Palabra. Escuchar la Palabra de Dios no es para saber más, sino para vivir de otra manera. Nadie nos enseñará a amar al prójimo mejor que Dios mismo que entregó a su Hijo por todos nosotros.

9.- Pero usted ha dicho, en alguna ocasión, que tampoco es suficiente el “simple amor al otro”.
RESPUESTA: Claro que no. El amor puede ser un simple sentimiento. Mientras que quien ha escuchado a Dios en su corazón no solo ama con amor sicológico, sino también con amor de caridad. Recuerda cómo Benedicto VI en su Encíclica sobre el Dios es amor, distinguió entre el “eros”, el “filia” y el “ágape”. No son tres amores distintos, sino grados de amor.

10.- Me ha dejado pensativo algo que usted dijo en la presentación. El cambio de la imagen de mujer por parte de Jesús en esta escena de Marta y María.
RESPUESTA: Creo que ya lo dije. En la cultura religiosa de aquel entonces, la fe y el conocimiento de la ley era exclusiva para hombres. Las mujeres no participaban en nada, eran como creyentes de segunda categoría. Y aquí nos encontramos a un mujer sentada escuchando a Jesús.

11.- Una manera distinta de verla.
RESPUESTA: La Palabra de Dios es para todos: hombres y mujeres. Aquí Dios no anda con ese cuento nuestro del género. Y si nos atenemos a que para una judía escuchar la ley implicaba luego ponerla en práctica, ya no podemos dejar de sacar las consecuencias de esta escena.

12.- ¿Cuáles serían esas consecuencias?
RESPUESTA: Dos fundamentales. Primero, que también la mujer tiene que escuchar la Palabra de Dios. Segundo, que también la mujer está llamada a vivirla y anunciarla y proclamarla.

13.- Disculpe me meta en un tema un tanto sensible para la Iglesia.
RESPUESTA: Estás perdonado y puedes meterte. Tienes derecho a decir tu experiencia del Evangelio y de la Iglesia.

14.- ¿Por qué tantas prohibiciones de la Iglesia a las mujeres? ¿No estaríamos pensando como en aquella espiritualidad del Antiguo Testamento de las mujeres creyentes de segunda clase y los hombres en clase de primera?
RESPUESTA: Pues, por más que nos duela, tenemos que confesar que la realidad es esa. Por mucho que digamos, todavía la Iglesia sigue pensando demasiado en categorías de “género” y todavía hoy sigue resonando demasiado el texto de Pablo “que las mujeres callen en la Iglesia”.

15.- A mí, y usted me va disculpar, esto me suena a un dualismo inaceptable. Yo le apuesto a que ninguna mujer dirá la homilía hoy en ninguna parroquia.
RESPUESTA: De esto también yo estoy seguro. Y por mucho que me digan, aún no logro entender por qué solo los hombres hemos de tener la exclusiva.

16.- ¿Es que las mujeres no leen hoy la Palabra de Dios y no escuchan esa Palabra? ¿Y no tienen ellas nada que decir en la Iglesia?
RESPUESTA: Es posible que hoy sean las mujeres las que más leen y más escuchan la Palabra de Dios. Y yo estoy convencido de que el Espíritu Santo actúa tanto en ellas como en nosotros los hombres. Y que por tanto, las mujeres tienen mucho que decir al hombre de hoy y también a la Iglesia.

17.- Resulta curioso que a las madres las constituimos como las primeras catequistas de los niños en la fe. En el fondo, son las mujeres las que nos han enseñado el primer rostro de Dios y luego las mandamos callar en la Iglesia.
RESPUESTA: Yo creo que arrastramos mucho lastre de las culturas pasadas. Por eso me gustó tanto una frase de Benedicto XVI en su libro “La sal de la tierra” cuando dijo que a lo largo de los siglos a la Iglesia se la ha ido pegando demasiada ceniza que esconde un fuego que arde en el fondo. Y nuestra actitud con la mujer creo que es una de esas realidades.

18.- ¿Usted no nota que dentro de la Iglesia existe como un cierto descontento sobre el particular?
RESPUESTA: No hace falta ser demasiado observador para percibir que en la mujer se da una cierta desazón y descontento. Como que ella misma se siente como de segunda categoría. Como si su fe y su persona estuviesen recortadas. Y no estoy seguro que todas las prohibiciones tengan una verdadera base teológica.

19.- ¿No cree usted que a la Iglesia le falta el rostro femenino?
RESPUESTA: Yo creo que muchas mujeres actúan en la Iglesia. Y hacen grandes cosas en la Iglesia. Pero también creo que el rostro de la Iglesia tiene demasiadas barbas y bigotes. Una Iglesia más femenina creo que respondería mejor a los valores del Reino.

20.- ¿Usted piensa que realmente el problema de las mujeres está resuelto definitivamente en la Iglesia?
RESPUESTA: Mira, teóricamente creo que sí. Lo de definitivo Me cuesta creerlo. Hay muchas cosas que teológicamente hemos dado por definitivas y que con el tiempo han cambiado. Yo no soy adivino, pero lo único que puedo decirte es que hay muchas voces discordes en la Iglesia. Hay cosas que son muy discutidas. ¿Cuál será el futuro de la mujer en la Iglesia? Pues yo no soy adivino, quien rige la Iglesia es el Espíritu Santo y yo no sé lo que el Espíritu podrá hacer el día de mañana.

21.- Padre, pese a que el texto no apunta directamente a la distinción entre vida contemplativa y vida activa, en la vida de la Iglesia hay muchos hombres y muchas mujeres que se entregan a la vida contemplativa.
RESPUESTA: La vida contemplativa está muy viva en la Iglesia y hasta diría que hoy muchas vocaciones se encaminan por esa experiencia. Y siento que son una gran fuerza espiritual en la Iglesia. Recuerdo lo que hace muchos años me decía un sacerdote que acababa de abrir un convento de clausura en su parroquia: “Clemente, ya estoy tranquilo, con un convento de contemplación mi parroquia va a cambiar radicalmente”.

22.- ¿Por qué son tan importantes los conventos contemplativos?
RESPUESTA: Si bien tenemos mucho que hacer en la Iglesia, tampoco podemos olvidar que Dios es lo más importante. Y tener almas que se dediquen completamente a la contemplación de Dios es como tener unos pulmones que hacen respirar a la Iglesia.

23.- Los contemplativos ¿pulmones de la Iglesia?
RESPUESTA: Necesitamos manos que trabajen y pies que anden caminos. Pero si te fallan los pulmones, ni las manos harán gran cosa ni los pies irán muy lejos.

24.- ¿Quiere decir que la contemplación también tiene mucho de activa?
RESPUESTA: ¿Acaso los pulmones son algo pasivo en nosotros? La vida contemplativa tiene mucho de activa, pues mantener viva la experiencia de Dios en la Iglesia ya es una experiencia evangelizadora. Desde el silencio de los claustros están dando vida a Dios en la Iglesia y son el mejor testimonio de que Dios es importante.

25.- ¿Viviendo como vivimos en un mundo del hacer y de la actividad abundan hoy mucho las vocaciones a la vida contemplativa?
RESPUESTA: El hombre no puede vivir solo del hacer, necesita respirar. El hombre de hoy, por mucho que digan, siente necesidad de la experiencia de Dios. Hoy abundan las vocaciones contemplativas tanto a nivel masculino como femenino. Al menos en este nuestro continente. Y yo diría que es una buena señal de la presencia del Espíritu y de la vitalidad de la Iglesia.

DESPEDIDA: Amigos, quien no escucha primero la Palabra de Dios no tiene nada que decir luego a los hombres. Quien escucha puede hablar de Dios.

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