Domingo es Fiesta

Sagrada Familia – C | Jesús perdido

“¿Por qué me buscaban?”

Proclamamos el Santo Evangelio según san Lucas 2,41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de la Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se regresaron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron un día de camino y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en busca de él.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, sus padres quedaron asombrados, y le dijo su madre: “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.

Él les contestó: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”.

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

PALABRA DE DIOS.

Palabras de Clemente:

Queridos amigos: Cerramos este año 2024 con la celebración de la fiesta de la Familia de Jesús, José y María. Es decir, Dios no solo se hace hombre, sino que asume la realidad entera del hombre. Hoy tendríamos que decir que el Dios familia trinitaria se hace también “Familia humana”. La familia como espacio de Dios. La familia como experiencia humana de Dios. La familia como espacio de encuentro con los hombres y de camino para la realización de los planes de Dios.

Lo primero que nos describe Lucas es la experiencia religiosa de la familia de Jesús. Cada año acudían al Templo, como era su costumbre. Jesús comienza por la experiencia de la antigua religiosidad de su pueblo. Una religiosidad que luego Él mismo transformaría en la religiosidad de la nueva Pascua.

Y aquí se da el primer paso de Jesús en la realización de su misión. Ante la mirada atónita y sorprendida de María y José, marca su distancia con ellos. Les hace ver que ellos no son los que deben señalarle el camino, que sobre ellos está la voluntad del Padre Dios. Una bella experiencia para todos los padres. Los padres dan la vida al hijo, pero no son dueños del hijo. El hijo tiene su propia identidad y vocación y misión señalada por Dios. No siempre los padres podrán comprender la libertad espiritual de sus hijos.

En todo caso, la verdadera hora de Jesús aún no ha llegado, todavía tendrá que esperar. Mientras tanto, seguirá en la obediencia a María y a José. Una bella lección para los hijos que, con frecuencia, tienen prisa para vivir la vida y que se la tragan sin digerirla.

Pero Lucas nos ofrece un detalle interesante que debiera servir de guía a todos los hijos y en su medida a todos los padres. Jesús crecía en una armonía plena: crecía físicamente, sicológicamente y en gracia, tanto delante de Dios como de los hombres. La verdadera madurez del hombre tiene que ser física, sicológica y espiritual. Cualquiera de las tres que fallen crean un desequilibrio en la persona humana.

1.- Padre Clemente ¿cómo terminamos el año?
RESPUESTA: Creo que bien. Al menos, pienso que lo termino con una gran esperanza. Me gusta mirar con optimismo el futuro.

2.- ¿Y en qué se basa este su optimismo esperanzador?
RESPUESTA: Yo tengo por principio que todo es posible. También los cambios son posibles. Por otra parte, estoy seguro de que los hombres somos capaces de ser cada día mejores y que podemos hacer un mundo mejor. Tengo fe en mí y, por la misma razón, también tengo fe en los demás.

3.- Cuando usted se muera habrá que ponerle un epitafio que diga: “Aquí yace un hombre con esperanza”.
RESPUESTA: Creo que sería el mejor recuerdo que pudiera dejar de mí. No creo que sea para tanto, pero me haría mucha ilusión.

4.- ¡Y del pesebre pasamos a la familia!
RESPUESTA: La geografía de Jesús pienso que tiene tres o cuatro momentos: El pesebre, la familia, los caminos y el calvario. El pesebre, espacio humano de su nacimiento. La familia, como espacio de su infancia y adolescencia y madurez. Los caminos como espacio de realización de su misión de anuncio de la buena noticia. Y el Calvario como espacio de su plena realización.

5.- Padre, siempre miramos hacia atrás… Y vemos a Jesús en la familia de hace dos mil años. ¿Cómo sería Jesús en una familia de hoy, la nuestra, por ejemplo?
RESPUESTA: Pues me imagino que sería esencialmente el mismo. Aunque a decir verdad, con otro estilo de vida. Hasta donde nos consta, Jesús fue un niño y un chico como el resto de niños y chicos del pueblo de Nazaret. No hay dato alguno que revele que llamaba la atención por llevar una vida extraña a los demás niños y adolescentes y jóvenes de aquel entonces.

6.- Desde luego, no creo que vistiese como entonces: una gran túnica y sandalias…
RESPUESTA: Por supuesto. Yo tengo ganas de que algún día nos presenten al niño Jesús y al adolescente Jesús vistiendo como los niños y adolescentes de hoy… Y no siempre con esa túnica larga hasta los pies….

7.- ¿Usted se imagina a Jesús adolescente con esos pantalones vaqueros y con aretes en las orejas?
RESPUESTA: Yo me imagino que Jesús tendría hoy su collera de amigos y saldría con ellos y se divertiría con ellos. Y, más o menos, vestiría como visten los chicos de hoy. Jesús no fue un tipo raro y extraño. Además, ya en su predicación lo dijo claramente, que no eran las apariencias las que definían a la persona, no lo que entra por la boca, sino lo que sale del corazón lo que nos hace limpios.

8.- Usted en su presentación ha destacado unos rasgos interesantes que creo los espiritualizamos demasiado y que, sin embargo, pueden ser bien aleccionadores para los padres de hoy.
RESPUESTA: ¿A qué rasgos te refieres?

9.- A la actitud de Jesús adolescente que se independiza de sus padres sin decirles nada y causándoles un grave disgusto.
RESPUESTA: Es uno de los rasgos bien significativos. Es el momento en el que también Él descubre su propia libertad, una libertad marcada por la misión de Dios Padre y por ello que establece una distancia entre Él y sus padres.

10.- Pero ¿no era esto una especie de rebeldía adolescente?
RESPUESTA: Descubrir el propio yo, descubrir la propia libertad no es una rebeldía. Es asumir su propia libertad y libertad. Es el signo de que uno deja de ser niño y comienza a ser él mismo. Y esto es lo que los padres no siempre saben reconocer.

11.- ¿En qué sentido y medida los padres no siempre saben reconocer en sus hijos?
RESPUESTA: Los padres están acostumbrados al “niño que fuimos” y no siempre se enteran de que “ya hemos dejado de ser niños” y comenzamos a ser “nosotros mismos”.

12.- De acuerdo, pero ¿y el dolor de sus padres buscándolo y sin saber dónde estaba?
RESPUESTA: Es el segundo nacimiento del hijo. Es como el segundo parto, un parto que ya no es solo de la madre, sino de la madre y del padre. Y es igualmente un parto doloroso porque si en el primer parto el hijo tuvo que nacer saliendo del vientre materno, en el segundo nacimiento, el hijo sale de ese otro vientre de la dependencia de los padres, para ser Él mismo.

13.- Curioso. Tenemos dos nacimientos y dos partos…
RESPUESTA: Y aún habrá un tercer parto, cuando el hijo decida casarse y salir totalmente de su casa y formar su propia familia. Que también aquí hay muchos padres que se niegan a dejarlo ir y quieren seguir protegiéndolo como si fuese menor de edad. Aquí tienen mucho que hacer las mamás… Dejémosles crecer. Dejémosles ser ellos mismos.

14.- Pero aquí Jesús los dejó desconcertados todavía más cuando les dijo que Él no dependía de ellos, sino de su Padre Dios.
RESPUESTA: Otra bella y dolorosa experiencia en la vida de familia. Los hijos, como decía Kalhil Gibrain en el Profeta, “salieron de vosotros, pero no son vuestros”. Por encima de la paternidad humana está la paternidad de Dios. Por encima de los planes humanos de los padres están los planes divinos sobre el hijo.

15.- Pero esto significa que en la familia no se habló nunca de la concepción misteriosa de Jesús y, por tanto, de Él como el Hijo de Dios.
RESPUESTA: Es posible que no se hablase de esto. El misterio no es para manosearlo, sino para vivirlo, sentirlo, experimentarlo y adorarlo. La pregunta que posiblemente se hacían María y José es “cómo ha llegado Él a descubrir esta su filiación divina en su condición y conciencia humana”.

16.- Es que ése es otro de los problemas. ¿Cómo llegó el Niño Jesús a esa experiencia de su filiación divina?
RESPUESTA: En su misma experiencia de Dios. En su vida de oración y encuentro con Dios Padre, Él mismo fue tomando conciencia de su verdad divina. Y este es también el proceso de nuestra fe. Debiéramos vivir una fe que día a día nos vaya descubriendo en nuestra experiencia de Dios, nuestra verdadera identidad humana y cristiana. Esta tendría que ser también nuestra pedagogía del crecimiento en la fe.

17.- Lo cual implicaría también que la maduración en la fe en la familia, debiera darse en un clima de oración.
RESPUESTA: Confiamos demasiado la formación de la fe en el proceso intelectual de la enseñanza. Pero la familia cristiana debiera ser una escuela de oración, un espacio de relación con Dios. Nadie madura con las simples ideas. La verdadera maduración se da en la experiencia.

18.- Se daría aquí el mismo proceso que con la libertad…
RESPUESTA: Pues creo que has dicho algo bien interesante. Así como el adolescente hace la experiencia interior de que es libre, también debiera hacer la experiencia de su filiación divina, como hijo de Dios por adopción.

19.- Pero usted hacía también otro alcance que me pareció interesante de cara a los mismos hijos.
RESPUESTA: Explícate. En qué precisión estás pensando…

20.- Usted hacía referencia a lo que dice Lucas: “Bajó con ellos a Nazaret siguió viviendo bajo su autoridad y Jesús crecía en edad, estatura, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres”.
RESPUESTA: Otra bellísima imagen del proceso de desarrollo de los hijos, que podemos graficar en varios planos. El primero: Ante todo tenemos que reconocer que descubrir que somos libres no significa independizarnos y hacer lo que nos viene en ganas. Lo segundo: No basta crecer físicamente. Es preciso madurar sicológicamente y es preciso madurar también espiritualmente. El hombre es una unidad entre lo físico, lo psíquico y lo espiritual.

21.- Yo me imagino que el crecimiento es un proceso armónico y que creciendo en una cosa se crece en todas.
RESPUESTA: En las plantas sí, en las personas no. Se puede crecer físicamente y ser un hombrazo y todo un churro; sin embargo, ser inmaduro sicológicamente. Se puede a la vez ser un enano espiritualmente. No siempre nuestra estatura física nos da nuestra estatura espiritual y de gracia.

22.- Padre Clemente, ¿qué les diría usted a las familias para este nuevo año que esta noche vamos a iniciar?
RESPUESTA: Pues, yo les diría varias cosas. La primera, que den gracias a Dios por todo lo bueno que ha habido en ellas durante el año que termina, que posiblemente ha habido mucho momentos de amor, de entrega y de generosidad. En segundo lugar, yo pediría a todas las familias que antes de terminar el año se reconcilien, se perdonen de todas las heridas que se han causado durante el año que se nos va, que comiencen el nuevo años sin heridas, sin moretones, sin resentimientos.

23.- Esto para el año que termina, ¿y para el nuevo año que comienza?
RESPUESTA: Para el nuevo año que comienza pediría a todas las familias, comenzarlo con ilusión. Que no pierdan la esperanza. Que sean conscientes de que en este nuevo año todo puede cambiar. Para ello, que todos se comprometan a amarse más, a comprenderse más y a perdonarse más.

24.- Bueno, ¿y usted como piensa terminar este año que ya es viejo?
RESPUESTA: Pues pienso darle gracias a Dios por el don de la vida y la gracia de poder comenzar un año más. Son ya muchos años viejos que he celebrado y muchos años nuevos que he comenzado, y le doy gracias por la amistad de todos ustedes y porque me da fuerzas para seguir ofreciendo mi sacerdocio a todos mis hermanos.

25.- Amigos, Clemente y yo les agradecemos nos hayan seguido durante todo este año y esperamos nos sigan acompañando el próximo. A todos ¡Feliz año nuevo 2025!

DESPEDIDA: Sí amigo, que el nuevo año seáis una familia unida en la que todos crezcáis más en vuestro amor. Una gran bendición a todos: a los ancianos, a los enfermos, a los niños, a los jóvenes y a los esposos. ¡Feliz año!

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