Domingo es Fiesta

Bautismo del Señor – A | Este es mi hijo, el amado, mi predilecto

“Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto”.

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Mateo en el Capítulo 3, versículos del 13 al 17:

En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.

Pero Juan intentaba disuadirlo, diciéndole: “Soy yo el que necesito que Tú me bautices. ¿Y acudes tú a mí?” Jesús le contestó: “Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.” Entonces Juan se lo permitió.

Apenas se bautizó Jesús, salió del agua, se abrió el cielo y se vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto”.

PALABRA DE DIOS

1.- ¡Qué rápido pasa el tiempo en el Evangelio! El pasado domingo lo dejábamos con los magos y ya lo encontramos en el Desierto a los treinta años…
RESPUESTA: El Evangelio no quiere ser una historia de Jesús, sino la historia de la revelación de Dios y del Reino. No le pidamos al Evangelio lo que el Evangelio no es.

2.- Sin embargo, Padre, siento como que Navidad, Sagrada Familia, Epifanía y Bautismo tienen una especie de línea conductora que los une.
RESPUESTA: ¿Has visto esa línea que los une interiormente? Entonces ya has visto mucho.

3.- Para mí se daría en todos estos momentos un proceso de manifestación de Jesús a los hombres.
RESPUESTA: Es cierto, de la Navidad al Bautismo se da todo un proceso de revelación y manifestación de sí mismo. Una manifestación que tiene diferentes rostros y expresiones, cada uno más rico que el otro, por más que todos son maravillosos.

4.- ¿Nos podría describir ese proceso de manifestación de Jesús?
RESPUESTA: En Navidad, Dios se manifiesta en su condición de hombre, asume nuestra naturaleza humana. En la Epifanía, Dios se revela en la pobreza de un pesebre a los poderes del mundo, es la manifestación de Dios en la pobreza y debilidad humana. Finalmente, en el Bautismo Jesús como que se tira al pozo y se manifiesta en lo más pobre de toda nuestra pobreza.

5.- ¿Y qué es eso más pobre de nuestra pobreza?
RESPUESTA: En el Bautismo Jesús se manifiesta identificándose no solo con nuestra condición humana, sino con nuestra condición de pecado, que es lo más hondo y profundo de nuestra pobreza. Jesús aparece como el resto de pecadores esperando el turno para ser bautizado por Juan.

6.- ¿Se puede saber por qué el pecado tiene que ser lo más hondo de nuestra pobreza?
RESPUESTA: Porque es una pobreza demasiado radical. No es tan sólo la pobreza del que no tiene nada y carece de todo, sino que es la pobreza de sentirse rebajado de su misma condición humana de persona. El pecado destruye nuestra imagen de hijo de Dios y destruye la verdad de nuestra mente y el amor de nuestro corazón.

7.- ¿Por qué los Evangelios y nosotros mismos damos tanta importancia al Bautismo de Jesús? Al fin y al cabo, no era sino el Bautismo de Juan, ni siquiera se trataba del Bautismo sacramento…
RESPUESTA: El Bautismo ocupa un lugar central en la vida de Jesús. Es como un punto de llegada y a la vez como un punto de partida.

8.- El Bautismo, punto de llegada… ¿Lo pudiera poner en castellano?
RESPUESTA: No en castellano. Pongámoslo en clave de fe, que lo entenderemos mejor. El Bautismo marca y señala el final de toda la primera etapa de la vida de Jesús. Hasta ese momento Jesús como que pasa desapercibido, es el hijo de familia que vive en el anonimato de Nazaret. Yo a veces me cuestiono: ¿qué pensarían María y José? Pero este Hijo cuándo piensa hacer algo… No se mueve, no dice nada. Tiene ya treinta años. ¿No dijo el ángel que venía a quitar los pecados del mundo y salvar a su pueblo?

9.- ¿Y qué tiene que ver el Bautismo con todo eso?
RESPUESTA: Digamos que es la ruptura de Jesús con su familia. Sin decir nada a nadie, se fue de Galilea al Jordán donde bautizaba Juan. Aquí hace su última manifestación que marcará luego todo su estilo de vida y marcará igualmente la conciencia de su identidad y su misión.

10.- ¿En qué sentido el bautismo marcará su identidad y su misión?
RESPUESTA: Jesús se va a revelar y manifestar compartiendo su vida con los pecadores. Estos son los que más cerca estarán de Él durante los tres años de vida que le quedan, serán como su propio ambiente. Hay aquí como una doble ruptura.

11.-La ruptura con su familia, y la otra ruptura…
RESPUESTA: La otra, será ruptura con toda la estructura religiosa tradicional, con todos los representantes religiosos, con todo lo que hasta entonces se llamaban los buenos, los santos según la ley. Esto ya lo había iniciado Juan, pero Jesús lo va a radicalizar. Algo nuevo está amaneciendo en el Jordán.

12.- ¿Qué nuevo amanecer es ése?
RESPUESTA: Es el amanecer para los marginados, para los pecadores, para todos aquellos a quienes la ley ponía fuera de la circulación. Es el amanecer de la esperanza para los ciegos, los cojos, los leprosos, los pecadores públicos. Jesús va iniciar su nuevo camino no al lado y de la mano de los grandes y de los buenos, sino de los pecadores.

13.- Decía usted que en el bautismo Jesús hace la gran experiencia de su identidad. ¿Lo podía explicar un poco?
RESPUESTA: Los sicólogos suelen insistir mucho en la necesidad de que el joven descubra su identidad, se acepte a sí mismo, se sienta a gusto consigo mismo. En otro plano, el de la sicología religiosa, Jesús toma conciencia de su propia identidad nada más ser bautizado.

14.- ¿Es que hasta entonces carecía de esa experiencia de identidad de sí mismo?
RESPUESTA: No. Jesús siempre tuvo conciencia de su ser y de su identidad. Pero en el Bautismo hay un momento muy específico y particular. Es la voz misma del cielo la que confirma y reafirma y revela ante el mundo esa identidad. Una identidad que lo transforma, lo conmueve interiormente y lo marca a fuego para toda su vida.

15.- ¿Cómo logra Jesús llegar a esa conciencia de profunda de sí mismo?
RESPUESTA: Nada más salir del agua el ambiente se llena de la voz del cielo que lo confiesa como siervo, como el que está disponible. Jesús sabe leer muy bien lo que implica ser el siervo, el que está disponible, el que entrega su vida, el que da su vida, el que tiene como misión ponerse al servicio del hombre. Isaías lo había clarificado muy bien en sus Cánticos del Siervo.

16.- Pero Padre, sentir la conciencia del Siervo, en el fondo era también tomar conciencia de que su final iba ser el del “cordero llevado al matadero”…
RESPUESTA: Evidente, el asumir la conciencia del siervo era, de una manera bien clara, asumir la conciencia de que su final sería la de ser el cordero llevado al matadero, el cordero degollado. Es decir, una muerte de servicio. Servir a los demás hasta dar su vida por todos.

17.- Malos comienzos para Él…
RESPUESTA: Jesús no podía tener mejores comienzos. Sentir desde un principio su misión. Sentirse Él mismo como enviado y llamado por el Padre. Sentirse marcado por su identidad de Hijo y por su misión de Siervo. Tan marcado que, a partir de ese momento, sólo vivirá de ello y para ello. Esto a mí me parece algo formidable que nosotros tanto necesitamos.

18.- ¿Por qué es algo que nosotros tanto necesitamos? ¿Qué es ese algo que tanto nos urge a nosotros?
RESPUESTA: Cuando uno ha quedado marcado por una experiencia fuerte, tiene ya señalado el camino de su vida. Sabe a donde va y por qué va. Lo malo es cuando en nosotros no hay algo que nos marque, nos selle. Porque todo será lo mismo. No hay una fuerza central que nos condicione.

19.- ¿Y usted cree que esto nos falta a nosotros?
RESPUESTA: Cada uno es el mejor testigo de sí mismo. Pero comencemos por saber que el Bautismo no nos ha marcado porque lo hemos recibido casi de modo inconsciente. Por tanto, ¿podemos acaso decir que estamos marcados por nuestro bautismo? ¿Tan marcados que el bautismo se convierte en la fuente de nuestro modo de pensar, nuestro modo de actuar?

20.- ¿Usted se siente realmente marcado bautismalmente?
RESPUESTA: Yo más bien diría que me siento marcado vocacionalmente. Yo recibí como la mayoría el Bautismo muy de niño. Pero donde me siento marcado por la voluntad y el amor de Dios es mi vocación. En mi llamada a la vida religiosa y sacerdotal he tenido señales tan claras que me han clarificado todo mi camino.

21.- ¿Qué importancia puede tener esto en nuestras vidas?
RESPUESTA: Mucha. Porque muchos de nosotros somos bautizados, pero no pasaría nada si fuésemos otra cosa. Por eso mismo también vemos cómo estando bautizados, nuestra vida puede ir por cualquier otro camino. No sentimos que nuestro bautismo se convierte en razón de nuestra vida, de nuestros comportamientos.

22.- Sin embargo, Padre, personalmente siento que una de las experiencias más fuertes de Jesús en el Bautismo es el quedar marcado, no solo por la misión, sino sobre todo por el amor del Padre.
RESPUESTA: Es el otro puntal donde apoyar la vida. El primer puntal es descubrir nuestra razón de ser y el segundo es sentirnos radicalmente amados. Jesús, así como quedó sellado por la misión del siervo, quedó sellado hasta sus mismas raíces de sentirse amado por el Padre. Esa experiencia del amor del Padre lo señaló para toda su vida. Pase lo que pase, Él sentirá que Dios lo ama.

23.- La experiencia del amor es también uno de los sostenemos en la vida de las personas. Alguna vez le tengo escuchado a usted citar una frase de Juan Pablo II que siempre me impactó…
RESPUESTA: Me imagino se trata de lo que San Juan Pablo II escribió en su primera Encíclica Redemptor Hominis en el número 10. Te la puedo citar de memoria, porque también a mí me encantó…

24.-¿Nos la podría repetir ahora?
RESPUESTA: Decía San Juan Pablo II: “El hombre no puede vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente.”

25.- Sin amor el hombre permanece un ser incomprensible para sí mismo…
RESPUESTA: Por eso el mismo Jesús, ahora se comprende, desde su realidad humana, mucho más comprensible para sí mismo se sabe amado. Y no solo amado, sino el “predilecto”, es decir, el preferido del Padre Dios. Quien siente este amor no necesita que nadie le dé razones para vivir. El amor es su razón. En este momento el mundo ha comprendido a Dios como amor y a Jesús como el amado, el querido, el preferido de Dios.

26.- Me imagino que también aquí arrastramos una gran deficiencia y gran vacío…
RESPUESTA: Las verdaderas decisiones de nuestra vida sólo son posibles cuando nos sentimos amados, en primer lugar por Dios, y luego por los nuestros. El que no se siente amado, carece de sentido y de razones para vivir. Es este un capítulo al que tendríamos que darle más importancia tanto a nivel de fe como a nivel humano.

27.- Sin embargo, Padre, siempre se habla de que Dios nos ama…
RESPUESTA: No es lo mismo “saber” que Dios nos ama, que “sentirnos amados”. No es lo mismo que alguien nos diga que Dios nos ama y nos quiere, a experimentar y escuchar al mismo Dios diciéndonos al oído: “Tú eres mi hijo, mi amado, mi predilecto.”

28.- Diría usted que uno de los mayores problemas, tanto a nivel humano como a nivel de fe, es no haberse descubierto y reconocido amado por Dios y por los demás…
RESPUESTA: Yo no diría que es “uno de los mayores problemas”, yo diría que es el mayor problema. La realidad nos lo está diciendo a diario…

29.- ¿En qué sentido la realidad nos lo está diciendo?
RESPUESTA: ¿A qué atribuyes tú tanta violencia social? ¿A qué atribuyes el que seamos testigos de tanta gente desadaptada, antisocial? ¿Te das cuenta de la cantidad de hogares sin amor, sin cariño, sin ternura? ¿Quieres que esos niños vivan luego la alegría de la comunión con los demás?

30.- ¿Y a nivel de fe?
RESPUESTA: Pues, yo diría algo parecido. Todos somos más sensibles a la ley, al mandato, al mandamiento que al amor. ¿Hacemos las cosas porque son obligatorias o porque nos brotan del amor de nuestro corazón? A pesar de decir que el cristianismo es la religión del amor, ¿no crees que mejor diríamos que somos más “cristianos de la obligación” que “cristianos del corazón”?

31.- Esto pudiera parecer duro decirlo, pero no puedo negarme a la realidad…
RESPUESTA: Por eso nos cuesta tanto el ser cristianos porque todo lo hacemos desde el mandamiento, la obligación. Son pocas las cosas que hacemos por amor y con amor y desde el amor.

32.- Padre Clemente, yo pienso que tiene que haber algún sistema que revierta esta actitud nuestra. ¿No le parece?
RESPUESTA: Yo de eso estoy totalmente convencido. Creo que el camino es precisamente el que nos marcó San Juan Pablo II: es preciso hacernos sentir más el amor de nuestros pastores. Necesitamos un pastoreo con más experiencia de amor que de mandatos y prohibiciones porque tenemos que reconocer que recibimos más prohibiciones que palabras de aliento. Con ese sistema todos vivimos mucho más bajo el mandato y la obligación que bajo las palabras que alientan y animan.

33.- Dicho de otra manera, necesitamos más de los pastores que de la autoridad.
RESPUESTA: El bautismo como espacio de experiencia sacramental de nuestra condición de hijos, y como espacio de familia en la fe, necesita más de pastores “que amen más que los demás”, que como jefes que impongan su autoridad. Eso sí me parece bastante más lógico y coherente con nuestra fe.

DESPEDIDA: Amigos, ¿habéis encontrado de verdad el amor con que Dios os ama? ¿Os sentís más hijos que siervos? ¿Os sentís marcados y sellados por el amor con que Dios os ama?

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