Domingo es Fiesta

Domingo 28 – A | Invitados a la boda

“El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo”.

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Mateo en el Capítulo 22, versículos del 1 al 10:

De nuevo Jesús tomó la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo. “El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó a los criados para avisar a los invitados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda”. Los convidados no hicieron caso. Uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios. Los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos.

El rey montó en cólera, envió sus tropas que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a los criados: “La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda”.

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales”.

PALABRA DE DIOS.

1.- Dios parece saber mucho de bodas, ¿no le parece?
RESPUESTA: Que si sabe de bodas… Si él es una boda eterna. Por eso está de boda todos los días.

2.- ¡Dios es una boda eterna y está todos los días de boda! ¿Es que no tiene nada que hacer?
RESPUESTA: Claro que tiene que hacer. Él hace bodas. ¿Te parece poco? ¿No te parece lindo un Dios celebrando bodas todos los días? El Dios de nuestra fe no es un Dios de velorios, sino un Dios de fiestas, de celebraciones, de bodas.

3.- ¿Tan importante es la boda en la historia de la salvación para que Dios sea una boda Él mismo y celebre bodas todos los días?
RESPUESTA: La boda ocupa un lugar central en el misterio de la revelación. Cuando Dios quiere manifestar su relación con el hombre, lo hace mediante la imagen de “alianza”, de “boda”.

4.- ¿Por qué la alianza o la boda?
RESPUESTA: Porque son una de las imágenes que mejor manifiestan y revelan el tipo de relación de Dios con el hombre.

5.- ¿Sería posible concretar un poco esta imagen y sus significados?
RESPUESTA: Veamos: Para una boda se requiere lo siguiente, en primer lugar, dos que se aman, dos que se han elegido mutuamente. En según lugar, implica un compromiso de fidelidad y de indisolubilidad. En tercer lugar, la boda no es algo que se celebra a escondidas, sino que participa en ella la comunidad. En cuarto lugar, la boda es una celebración festiva y esto aparece muy bien graficado en la parábola de Jesús que hemos leído.

6.- ¿Cómo aparecen aquí estos rasgos en la parábola leída?
RESPUESTA: Un padre celebra la boda de su hijo. Aquí el padre, aparece casi como el más interesado en la boda que el hijo mismo. Es el padre el que lo hace todo. En segundo lugar, el Padre invita a cantidad de gente a compartir con él la boda del hijo. En tercer lugar, el Padre echa la casa por la ventana: ha matado los terneros mejores y las reses bien cebadas. Todo está a punto. Es todo un acontecimiento.

7.- Pero esta boda comienza con un pequeño fracaso ya que los invitados se niegan a participar en ella.
RESPUESTA: Fracaso ninguno. Dios logra manifestarse como Él es. Invitación. El ha invitado a la fiesta. Revelar el amor no es nunca un fracaso, por más que los hombres no quieran dejarse amar. Pero ya tienes aquí uno de los primeros rasgos de una alianza.

8.- ¿Cuál?
RESPUESTA: El amor se da siempre entre dos. Uno solo no manifiesta la plenitud del amor. El amor elige. El amor se ofrece. Dios está siempre en oferta de amor para con el hombre. El problema es el hombre, no Dios. El problema son los que se niegan a aceptar la invitación a la fiesta. El problema no es el que invita.

9.- Digamos que la imagen de la boda o de la alianza revela, ante todo, cuál es el estilo de relación de Dios con los hombres.
RESPUESTA: Una relación de llamada, de invitación, de elección o, dicho más claramente, una relación de novio y de esposo.

10.- Un momento, ¿Dios también entiende eso de enamorado y de novio?
RESPUESTA: Es una de las imágenes que más le encantan a Dios. Enamorado o novio, ¿qué es? Aquel que se enamora de alguien. Aquel que quiere unir su vida con alguien y juntos formar un nuevo hogar, una nueva realidad. Y Dios es eso. Dios es un enamorador del hombre. Dios quiere crear una nueva realidad familiar: un mundo familia de Dios y del hombre.

11.- Entiendo, pero un Dios novio que la verdad me llama la atención. El novio siempre está expuesto a que lo rechacen, que le digan no.
RESPUESTA: Sí. Dios está dispuesto a pasar por ese rechazo. Lo ves en la parábola. Los invitados, los llamados, se negaron a la boda. Pero a mí me encanta un Dios que me anda rondando, me anda buscando, guiñándome el ojo, mandándome regalitos y cartitas. Es decir, un Dios que me está enamorando. ¿Recuerdas cuando eras novio? ¿Te imaginas un Dios llamándote por teléfono diciéndote que te adora, que te quiere, que tú lo eres todo para Él?

12.- Oiga, Padre, me está usted presentando un Dios muy romántico…
RESPUESTA: ¿Y quién te ha dicho que Dios no es romántico? Mucho más que nosotros. Hasta Jesús se llamó a Él mismo novio.

13.- ¿Jesús se dio el título de novio?
RESPUESTA: Claro. ¿Recuerdas cuando los fariseos se quejaban de que sus discípulos no ayunaban? Entonces Él les respondió: “¿Y cómo queréis que los amigos del novio ayunen mientras está con ellos el novio?”

14.- Ahora comprendo porqué, Jesús compara el Reino de los cielos a una boda. El reino tendría que ser, según Jesús, como la eterna boda a la que todos son invitados y en la que todos estamos invitados a vivir el sentido de la fiesta.
RESPUESTA: Dios no nos invita a un velorio. Dios no nos invita a vivir como aburridos. Dios nos invita a vivir y compartir con Él la alegría de su compromiso con el hombre y del hombre con Él, pero en la alegría de una fiesta.

15.- Sin embargo, Padre, la parábola más pareciera incidir en la negativa de los invitados.
RESPUESTA: De alguno invitados. Es que nunca faltan quienes no han descubierto el sentido festivo de Dios. Nunca faltan quienes han perdido el gusto y el sentido de la invitación a la fiesta.

16.- ¿Está usted pensando en aquellos que han perdido el gusto por Dios, y el gusto por las alegrías del espíritu?
RESPUESTA: No es que yo lo esté pensando. Es la parábola misma la que nos pone de manifiesto cómo, a pesar de todas las invitaciones a la fiesta, tienen más interés en ir a trabajar a sus tierras, o prefieren sus negocios. Es más importante la cosecha que aceptar las invitaciones de Dios. Es más importante el negocio que la fiesta de Dios.

17.- Lo cual, en el fondo, vendría a decirnos que las cosas y los intereses humanos nos hacen perder la sensibilidad y el gusto por Dios.
RESPUESTA: Una boda, no puede celebrarse, sino en plena libertad. No hay amor sin libertad. Un amor obligado, deja de ser amor. Tú has asistido a muchas bodas ¿verdad?

18.- A unas cuantas.
RESPUESTA: ¿Te has dado cuenta de que lo primero que se les pregunta a los novios ante el altar es: ¿vienen ustedes voluntaria y libremente a contraer matrimonio? ¿Se aceptan libre y voluntariamente el uno al otro?

19.- Dios no quiere obligados ni forzados…
RESPUESTA: Dios nos ama libremente, pero también espera una respuesta libre y voluntaria. Dios no quiere que nadie le ame obligado. Por eso las llamadas de Dios, no son imposiciones, sino “invitaciones”. Aquí en la parábola se dice que los criados fueron a recordarles a los “invitados” que no se olvidasen que todo estaba ya apunto…

20.- Pero la respuesta fue un no… “Los convidados, dice el texto, no hicieron caso”.
RESPUESTA: La cosecha pesaba más en sus intereses que la invitación del Padre. Los negocios pesaban más que la boda. Cuando se pierde el gusto por lo espiritual, lo material termina por ser nuestro alimento más rico.

21.- Cada uno es feliz con aquello que le gusta.
RESPUESTA: Oye, hermanito, ¿nunca has escuchado que hay gustos que merecen palos? Yo te pondría un ejemplo si no te fueses a enfadar…

22.- Póngalo tranquilo, estamos en familia…
RESUESTA: ¿Tú nunca has visto en esos reportajes del Discovery? ¿Cómo en esos desiertos abrasadores, faltos de agua, cuando los elefantes y otros animales encuentran una pocilga de agua y barro se revuelcan felices en ella? Quedan sucios que da miedo, pero felices revolcándose en ella… ¿Tú te revolcarías en ella o preferiríamos una buena dicha de agua fresca?

23.- Bueno, yo preferiría una buena ducha…
RESPUESTA: Pues mira, hay quienes encuentran la felicidad en cualquier cosa. Y hay otros que tienen un sentido y gusto más fino. Cuando perdemos el gusto de Dios, cualquier cosa basta para llenar nuestro corazón. No porque de verdad lo llene, sino porque dentro no llevan más aspiraciones.

24.- De todos modos, nunca faltan tampoco los que sienten la alegría de la invitación. Aquí el Padre envía a sus criados al cruce de los caminos a invitar a todo el mundo.
RESPUESTA: La historia de siempre. Los que habían sido invitados primero, dijeron no. Y cuando los criados invitan a todos aquellos a quienes nadie invita, se llena la sala del banquete. Los satisfechos no necesitan de la mesa de nadie. Los hambrientos están siempre dispuestos a sentarse a la mesa.

25.- Lo curioso, Padre, es que el texto dice que “reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos”. Lo cual pareciera indicar que primero invitó a los buenos…
RESPUESTA: Primero invitó a los buenos, pero los buenos están demasiado hartos y no necesitan ni del banquete de bodas de Dios. En cambio, los malos, los que tienen hambre de Dios esos inmediatamente llenaron la sala. Dios no excluye a nadie. Dios termina siendo el Dios de los buenos y el Dios de los malos. Dios no excluye a ninguno.

26.- ¿También los malos tienen derecho a ser los novios del novio? ¿También los malos tienen derecho a celebrar la boda con el Dios que los enamora?
RESPUESTA: Dios no invita ni porque seamos buenos ni por ser malos. Dios nos invita a todos, por la gratuidad de su amor. El que ama de verdad no pone etiquetas a la gente. El que ama de verdad ama para que los buenos sean mejores, y los malos sean buenos.

27.- Una manera bonita de no fracasar y de que no se pierda la fiesta de la boda… ¡Llenar la sala con cualquier cosa!
RESPUESTA: Dios no llena la sala con cualquier cosa. Tú no eres cualquier cosa. Yo no soy cualquier cosa. Los malos no son cualquier cosa. Nuestros oyentes no son cualquier cosa. Para Dios todos somos imágenes suyas e hijos suyos. En casa, en familia, no todos somos iguales. Pero todos nos sentamos con buen apetito a la mesa y comemos el mismo pan y bebemos el mismo vino.

28.- ¿Qué nos plantearía esta parábola hoy, y a los hombres de hoy?
RESPUESTA: Yo pienso que lo primero que nos cuestiona esta parábola a los hombres de hoy sería nuestra sensibilidad espiritual para con Dios. ¿Sigue interesando Dios al hombre de hoy?

29.- Si juzgamos por los que van a misa no sé qué responderle…
RESPUESTA: Yo entiendo que la Misa pudiera ser un criterio, pero pienso que no es ni el único ni el definitivo. No siempre el dejar de ir a Misa responde a falta de sensibilidad para con Dios… Hay otro tipo de razones que pueden alejar a la gente los domingos.

30.- Padre, en el libro “La Sal de la Tierra”, la entrevista que le hicieron entonces al Cardenal Ratzinger, hoy Papa Emérito Benedicto XVI, creo que algo le preguntaban sobre esto. Tengo una idea imprecisa, pero él se manifestaba optimista. ¿Lo recuerda?
RESPUESTA: Lo recuerdo. La respuesta de él era la siguiente. Es cierto que muchas cosas de la Iglesia no son las más propicias para acercar al hombre a Dios, pero tampoco podemos olvidar que el Espíritu Santo está despertando en la Iglesia nuevos caminos de espiritualidad y de experiencia de Dios. Caminos que hoy están despertando a Dios en la conciencia del hombre.

31.- ¿Quiere con ello decir que Dios está dormido en muchos corazones y que el problema es cómo despertarlo?
RESPUESTA: Yo diría que quienes estamos dormidos somos nosotros, que somos nosotros los que tenemos que despertarnos. Al despertarnos nosotros, se despierta al Dios que llevábamos dentro. Un caso. Todos decimos que la juventud de hoy es alérgica a Dios. No fue eso lo que sintió Juan Pablo II, recuerda que cada una de sus convocaciones reunía a centenares de miles de jóvenes.

32.- Disculpe mi insistencia: digamos entonces que no a Dios a quien hay que despertar porque está dormido, sino despertarnos a nosotros los creyentes.
RESPUESTA: Vuelvo a la figura de Juan Pablo II. Él sentía profundamente a Dios y sentía que los jóvenes lo necesitaban era alguien que los sacase de ese letargo o apatía creyendo en ellos y anunciándoles la gran nueva del Reino. Yo estoy de acuerdo en que hoy hay demasiada insensibilidad por alimentos del cielo. Pero también estoy convencido de que lo que se necesitan son despertadores; no gente que grite, sino gente que viva.

33.- Amigos: ¿Hemos sentido nosotros la invitación de Dios a vivir y celebrar en nuestras vidas una auténtica boda con Él? Estemos atentos hoy cuando salgamos de casa. Es posible que en los caminos encontremos a quienes nos dicen: “Venid también vosotros a mi boda”.

DESPEDIDA: Amigos, ¿y si Dios te estuviese hoy enamorando, haciéndoles guiños de cariño y de amor? ¡Dejaos enamorar por Él!

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