“Tengas las lámparas encendidas”
Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Lucas en el Capítulo 12, versículos del 32 al 48. Hacemos la lectura abreviada:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha tenido a bien darles el reino.
Vendan sus bienes y den limosna; consíganse bolsas que no se desgasten, y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acercan los ladrones ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.
Tengan ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Ustedes estén como lo que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre despiertos; les aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprendan que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría asaltar su casa. Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre “.Palabra de Dios.
Palabras de Clemente: Palabras de Clemente: Queridos amigos: ¿Sabéis dónde está vuestro corazón? La brújula apunta siempre al norte. Allí está su sentido. La veleta de la torre gira hacia donde apunta el viento. ¿Y el corazón hacia dónde mira? ¿Qué sueña? ¿Qué ama? La mejor brújula de nuestras vidas es sin duda el corazón.
1.- Padre Clemente, ¿no siente usted que este texto es como una recopilación de ideas y pensamientos, como traídos de aquí y de allí?
RESPUESTA: Ciertamente que uno siente que se trata de una especie de recopilación de ideas, de dichos; sin embargo, hay una idea central que da cohesión y unidad a todo el texto.
2.- ¿Cuál es esa idea central?
RESPUESTA: La de estar constantemente atentos a la venida de Dios a nuestras vidas. En este texto de Lucas uno siente que la comunidad cristiana vivía con una actitud de que Jesús tenía que volver de nuevo, que Jesús estaba viniendo en cada momento y en cualquier momento.
3.- Padre, el texto de Lucas comienza con una doble afirmación un tanto extraña.
RESPUESTA: ¿Cuál es esa doble afirmación?
4.- Fíjese lo que dice Jesús: “No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”. ¿Qué les quiso decir con esto o qué quiere decir este texto?
RESPUESTA: Vayamos por partes. Lo primero “lo de pequeño rebaño” se presta a dos lecturas. Una desde Jesús y otra desde la misma comunidad…
5.- ¿Qué quiere decir desde Jesús?
RESPUESTA: Pudiera entenderse cómo ve Jesús a su Iglesia, a la comunidad de los que le siguen. Los ve no como algo grande, sino como un grupo pequeño, indefenso. Digamos que es la visión de la Iglesia como semilla del Reino.
6.- ¿Y cuál sería la consecuencia de esa lectura desde Jesús?
RESPUESTA: Una lectura que me parece esencial. Nosotros tenemos la manía de la grandeza. Cuando se trata de confrontar a las distintas Iglesia, siempre hablamos de números para afirmarnos como importantes. Somos tantos millones, mientras que las otras Iglesia son solo tantos miles…
7.- ¿Y esto está mal?
RESPUESTA: Yo me preguntaría si para Jesús lo importante es el número o la calidad. Si lo importante es que seamos muchos, pero sin fuerza vital de semilla o que seamos pocos, pero con dinamismo transformador de fermento, de sal, de semilla. Lo que nos hace importantes no es la cantidad y el número, sino la vitalidad.
8.- ¿Y leído desde la comunidad?
RESPUESTA: La misma comunidad se considera, en medio del mundo, como un pequeño rebaño, no vive del orgullo de sentirse grande, sino que vive la sencillez de considerarse un pequeño fermento. Me gusta la Iglesia que no se ve a sí misma como una fuerza en competencia con los demás, sino que se considera poca cosa. Una Iglesia humanamente débil, aunque como experiencia del Evangelio, una semilla con gran vitalidad. Me da miedo una Iglesia poderosa. La Iglesia es tanto más viva cuanto más sencilla es y cuanto menos imagen social tiene.
9.- Sin embargo, la Iglesia es considerada como una potencia más…
RESPUESTA: Y eso dice poco a favor de la Iglesia. Yo quiero una Iglesia débil, perseguida, pero capaz de transformar el mundo. La primera Iglesia era insignificante, en medio del poder romano y la cultura helénica, pero era una Iglesia a la que se le tenía miedo porque era capaz de desintegrar al mismo imperio.
10.- Pero Lucas añade algo más. Dice “porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”. ¿Qué quiere decir esto de “daros el reino”?
RESPUESTA: Lucas parte de la idea de que esa pequeña Iglesia, ese pequeño rebaño, ya está viviendo el Reino. El Reino de Dios ya se está realizando en ese pequeño rebaño. Por eso, aun siendo pequeño, tiene la vitalidad y la fuerza del reino.
11.- Sin embargo, el texto de Lucas diera la impresión de que lo quiere hacer todavía más pequeño porque a continuación dice: “Vended vuestros bienes y dad limosna…”.
RESPUESTA: Ya lo ves, es un “pequeño o débil rebaño” y Jesús lo quiere todavía más pobre, más débil, porque es ahí donde la Iglesia es más fuerte. Es la Iglesia que no vive de privilegios, ni teme perderlos. Es la Iglesia cuya única fuerza y cuyo único valor es poder significar el Reino, anunciar el Reino.
12.- Siento como si usted pretendiera una Iglesia sin poder alguno y sin fuerza social alguna.
RESPUESTA: Un momento. Yo lo que pretendo es una Iglesia cuya fuerza es el Evangelio, no el prestigio humano. Una Iglesia desnuda de todo, como el mismo Jesús, pero llena del Espíritu, llena de la fuerza transformadora del Evangelio. Los privilegios nunca le dieron fuerza a la Iglesia, nunca la hicieran más Iglesia. Al contrario, la hicieron más parecida a las sociedades humanas lo que, de alguna manera, significaba un empobrecimiento de la misma.
13.- ¿A qué viene esta afirmación tan tajante de Jesús: “Porque donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón”? ¿Qué pretendió decirles?
RESPUESTA: Donde están nuestros intereses, allí está nuestro pensamiento, nuestro corazón y nuestra preocupación. Lo cual le marca a la Iglesia una línea de criterio. O nuestro tesoro está en el tener cosas, en almacenar cosas, como veíamos el pasado domingo, o nuestro tesoro está en poseer a Dios, en vivir de Dios, en hacer de Dios nuestra verdadera riqueza.
14.- Lo cual sería la manera de justificar el venderlo todo y darlo en limosna.
RESPUESTA: Cuando hacemos de Dios nuestra verdadera riqueza es fácil vender las riquezas humanas. Pero cuando las riquezas humanas llenan más nuestro corazón que Dios, entonces renunciamos a Él antes que a las riquezas. Lo que decía en otra ocasión Jesús: “No se puede servir a Dios y al dinero”. Servir al dinero nos esclaviza, servir a Dios nos libera.
15.- No sé si lo que le voy a decir será un disparate, pero se lo pregunto porque, con frecuencia, esto se escucha mucho en la calle. Dígame: ¿Es cierto que algunos grupos de la Iglesia sólo aceptan a gente de nivel alto y excluyen a los de nivel bajo?
RESPUESTA: No quisiera evadir tu pregunta porque es algo que se dice. Y yo quisiera, de alguna manera, clarificar en algo esto con dos enfoques. En primer lugar, pudieran darse movimientos eclesiales que tienen como misión el anuncio en campos nada fáciles, como son los niveles altos. En este sentido pudiera hablarse de una estrategia del Espíritu.
16.- ¿Y el otro enfoque?
RESPUESTA: El otro enfoque es más radical. Quien excluya a los de abajo ciertamente no creo que actúe bajo el signo del Evangelio. Al menos, si con ello lo que se busca es proselitismo elitista. Con ese criterio, personalmente, yo no sería sacerdote porque yo vengo de las clases bajas y sin nombre. No creo que un zapatero de aldea tenga mucho prestigio social. Y mi padre fue eso, un zapatero. De todos modos, yo nunca me he sentido excluido por venir de donde vine.
17.- Sin embargo, Padre, lo aceptemos o no, la gente percibe ciertos elitistas excluyentes en la Iglesia. Incluso su modo de ser en la Iglesia, trata de marcar una diferencia y una distancia. La gente lo siente así.
RESPUESTA: Yo confieso ser contrario a todo elitismo eclesial porque no me parece evangélico ni creo responda al Cristo que nació en un pesebre y murió desnudo de todo en una cruz. Sin embargo, también siento que tenemos un peligro de polarizar a la Iglesia. Nos encanta ver las confrontaciones y creo que esto requiere de una cierta serenidad para dar juicios demasiado radicales. Yo pensaría hasta donde ciertos carismas imponen y exigen ciertos rostros de Iglesia.
18.- El resto del texto, Padre, es una invitación a la vigilancia. A un estar atentos a la venida de alguien.
RESPUESTA: Una de las notas más bellas de Dios es ser alguien que está viniendo. Alguien que está siempre en camino del hombre. En toda la historia de la revelación Dios se nos revela como “el que ha de venir”, como “el que está viniendo”, el que “está por venir”.
19.- Pero a esta manifestación del Dios que está viniendo le corresponde una actitud por parte del hombre: “La de estar atento a cuando llega”.
RESPUESTA: El hombre que vive la verdad del Reino, el hombre que tiene su tesoro en poseer a Dios, está llamado a vivir siempre esperando. Pero una espera que no es quedarse sentado, sino una espera que es preparar la venida de Dios.
20.- ¿Qué significa este esperar constantemente a Dios?
RESPUESTA: Es fundamentalmente “estar despiertos”. Estar con los ojos abiertos. No con los ojos cerrados como el que se duerme. El que está despierto no se extraña cuando llega. El que vive dormido se lleva un susto a su llegada, no lo esperaba, lo coge como fuera de juego.
21.- Una duda, ¿suele ser muy clara la venida de Dios?
RESPUESTA: Depende de los ojos de los que esperan. Si llega cuando recién nos comenzamos a despertar, posiblemente, nos encuentre con los ojos medio abiertos y medio cerrados. Para el que vive con el corazón atento, Dios llega y se le puede ver con claridad.
22.- ¿Está usted seguro de que vemos con claridad venir a Dios?
RESPUESTA: Yo estoy convencido de dos cosas. La primera, Dios por sorpresivo que sea, incluso si es a media noche o de madrugada, viene haciéndose visible, visible en los signos.
23.- ¿Y la segunda?
RESPUESTA: Es posible que muchas presencias de Dios se nos pasen desapercibidas. Precisamente porque Dios se nos presenta a través de los signos. Para leer a Dios en los signos hay que estar muy atento. Con el oído muy fino para escucharle. Con los ojos del corazón muy limpios para verlo.
24.- Sin embargo, Padre, Dios pareciera caracterizarse por la sorpresa. El texto es bien claro en esto, fíjese en la expresiones que utiliza aquí Lucas: “si al llegar”, “si llega entrada la noche” o “de madrugada”. ¿Usted anunciaría su visita a una casa, con esa generalidad? ¿Alguien le esperaría?
RESPUESTA: En eso se base precisamente la actitud de espera. Dios es algo gratuito. Dios no tiene horas de visita porque todas las horas son posibles visitas. Además, con ello nos hacer ver que la visita de Dios a nuestras vidas es tan importante que no importa la hora. Cualquier hora es buena para Él, pero también para nosotros. Lo valoramos tanto que cualquier hora nos parece propicia. Lo importante es que venga, no la hora de su venida.
25.- Hay aquí una frase que me resulta curiosa, por decir lo menos. Se la leo: “Os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo”. ¿Usted cree que algún amo o jefe casa haría esto con sus empleados?
RESPUESTA: Cualquier jefe de casa ciertamente que no, pero Dios sí. ¿Quieres saber lo que Lucas nos quiere decir con todas estas actitudes?
26.- Pues francamente sí me gustaría, porque lo veo un tanto extraño.
RESPUESTA: Pues lo que quiere decirnos es que cada venida de Dios es todo un encuentro personal con Él. Todo encuentro con Dios es la fiesta del amor de Dios para con el hombre y que todo encuentro con Dios es una comunión de vida y toda una verdadera fiesta.
27.- Vamos si lo he entendido. No significa que el Señor al venir los premia, sino que describe la realidad de ese encuentro entre el que viene y el que lo espera.
RESPUESTA: Exacto. No es que Dios traiga un premio para los que lo esperan, sino que describe cómo se hace y cómo se lleva a cabo dicho encuentro, en un clima de amistad, en un clima de comunión y de fiesta.
28.- Padre, ¿y a quiénes se aplica todo esto? ¿A los fieles individualmente o a la Iglesia como Iglesia?
RESPUESTA: A todos. En primer lugar, somos los fieles los que sabemos que nuestras vidas están visitadas constantemente por Él. Es también la Iglesia la que también es visitada como Iglesia, como comunidad. Es más, las visitas personales terminan siendo visitas a la Iglesia y las visitas a la Iglesia terminan siendo también llamadas personales.
29.- ¿Y cómo se llevan a cabo estas visitas personales?
RESPUESTA: Dime una cosa, ¿nunca has sentido dentro de ti como un impulso a hacer esto o lo otro? ¿Nunca has sentido ganas de decirte a ti mismo: “hoy quiero cambiar”, “hoy quiero levantarme y salir de donde estoy”? No sabes porqué, pero en un momento has sentido un impulso interior que te dice “cambia”, “tienes que ser santo”, “tienes que ayudar a tu hermano”.
30.- Mociones que, con frecuencia, uno siente como si fuesen simples deseos que brotan de ti mismo…
RESPUESTA: Claro que brotan de ti mismo, pero alguien los ha despertado. Tal vez estuviesen dormidos. Esto uno lo ve cada día: “¿Y por qué, después de tantos años, te has decidido hoy a confesarte?” “Pues, casi no lo sé. Vi la puerta de la Iglesia abierta, sentí ganas de entrar, cuando hacía años que no entraba, lo vi a usted que estaba confesando y sentí como ganas de confesarme, como si algo dentro me dijese que tenía que cambiar, y aquí estoy”.
31.- ¿Tan fácil actúa Dios dentro de nosotros?
RESPUESTA: Tenemos que convencernos de que Dios no es complicado. Dios es simple, sin que te des cuenta se te mete por las rendijillas del alma y lo tienes dentro sin enterarte. Así es de majo y de simpático el Señor.
DESPEDIDA: Amigos, ¿estáis hoy bien despiertos? Digo despiertos y no despistados. Es posible que hoy el Señor quiera entrar dentro de vosotros, sin tocar el timbre, sin que se enteren los que están a tu lado.