Domingo es Fiesta

Domingo 16 – C | Martha y María

“María ha escogido la mejor parte”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Lucas en el capítulo10, versículos del 38 al 42:

En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Ésta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchada su palabra.

En cambio, Marta estaba atareada con todo el servicio de la casa; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le contestó: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán”.

PALABRA DE DIOS.

Palabras de Clemente: Amigos, ¿y si hoy llegase Jesús a vuestra casa tocando el timbre e invitándose a almorzar con vosotros? ¿Qué sucedería hoy en vuestra casa? ¿Acaso unos cuantos se quedarían con él en la sala de estar mientras otros se dedican a preparar el almuerzo? ¿Acaso Jesús no entre en nuestra casa para todos y para darnos la oportunidad a todos?

1.- ¿Líos de hermanas? ¿O celos entre hermanas?
RESPUESTA: Yo diría que ni líos ni celos. Sencillamente, dos maneras diferentes de estar con Jesús y dos maneras que mutuamente se debieran complementar.

2.- Marta y María, ¿son dos personajes o son dos símbolos?
RESPUESTA: Diera la impresión de ser dos hermanas, por más que luego se conviertan en dos símbolos.

3.- Aquí, la jefa pareciera ser Marta: ella es la que invita a Jesús a “su casa”. Ella es la que tiene “una hermana” y ella es la que lleva la iniciativa de todo aquella mañana.
RESPUESTA: La responsable, la dueña pareciera ser Marta. No sabemos si María vivía con ella o, simplemente, estaba de visita en casa ese día. Toda la iniciativa de la narración la lleva ciertamente Marta.

4.- A lo largo de la vida uno ha escuchado hablar mucho de estas dos hermanas que, además, se las identifica como hermanas de Lázaro, el de Betania. De ordinario, siempre se oye hablar de ellas como contraponiéndolas: Marta, la activa, y María, la contemplativa.
RESPUESTA: Ciertamente se ha leído este texto, pienso yo, en clave de acción y contemplación. Además, como contraponiendo la una a la otra. Yo no estoy seguro de que de que las cosas sean tan claras ni tan definidas.

5.- ¿Y cuál sería entonces para usted la lectura de estas dos hermanas?
RESPUESTA: En ningún momento descubro que María sea la contemplativa que se olvida o se margina de la acción. Ni tampoco diría que Marta es la cristiana activa que se olvida de la oración y de la contemplación.

6.- Veamos entonces, ¿cómo encuadraría usted este capítulo del Evangelio, por lo demás, un capítulo muy humano, y hasta se diría tierno y familiar?
RESPUESTA: Personalmente lo expresaría así. En primer lugar, nos encontramos con un Jesús humano, sensible a los sentimientos humanos de la amistad. En segundo lugar, ni el servicio es exclusivo de unos ni la contemplación es exclusiva de otros. En tercer lugar, todos estamos llamados a ser contemplativos y activos a la vez. Contemplativos en la acción y activos en la contemplación. Y, en cuarto lugar, tenemos que reconocer que, entre las distintas relaciones del hombre con Dios, ciertamente la actitud de escuchar tiene una cierta preferencia.

7.- Vayamos por partes. Dice usted que lo primero que aparece es un Jesús humano, sensible a los sentimientos humanos de la amistad. ¿Podría explicitarlo un poco más?
RESPUESTA: Uno de los datos más humanos de Jesús es su condición amical. Jesús no es ningún tipo huraño, ni amargado, que siente que la amistad puede ser un obstáculo en su camino. Al contrario. Jesús es muy fino a los sentimientos humanos. El agradecimiento. La conversación. De modo muy particular Jesús cultivaba la amistad. En Betania tenía a esta familia de hermanos, en la que con frecuencia se retiraba y en la que pasaba momentos difíciles.

8.- ¿La amistad puede ser de alguna manera un estorbo en la vida de la fe?
RESPUESTA: ¿Y por qué la amistad ha de ser un estorbo? Quien no es capaz de tener sentimientos humanos con los demás, termina siendo hosco y hasta medio salvaje. Dios en ningún momento rehuyó la vida humana, la vida de familia. ¿No vivió él mismo treinta años en el seno y el calor de una familia normal cualquiera?

9.- ¿Ustedes los sacerdotes no tienen prohibido tener muchas amistades?
RESPUESTA: ¿Cómo? ¿Qué dices? ¿Nos has visto pintas de antisociales? ¿Cuántos años llevamos tú y yo como amigos? ¿No te has dado cuenta de que una sincera a mistad me une a todos los de la radio?

10.- La verdad que con usted yo nunca he tenido problema alguno sobre el particular. Pero uno siente, no sé si por una tradición, como cierta distancia del sacerdote…
RESPUESTA: Que las cosas queden bien claras. Yo no sé si la gente me distancia a mí… De lo que sí estoy seguro es que yo no me quiero distanciar a la gente.

11.- ¿También a usted lo invita la gente a sus casas a tomarse un lonchecito?
RESPUESTA: Creo que hasta me invita demasiado. Lo que sucede es que si vas a uno tienes que ir a todos, porque el sacerdote no puede hacer distinciones: estos sí, aquellos no. El sacerdote es de todos y para todos. Si aceptases todas las invitaciones estarías invitado todo el año. Por otra parte, creo que una manera más humana y más personal de entrar en relación con la gente no es precisamente el púlpito, sino estas visitas en la familia.

12.- ¿No cree usted, desde su experiencia, que la gente necesita arropar y acompañar más a sus sacerdotes con su amistad?
RESPUESTA: Es una pregunta que con frecuencia no solemos hacer. No sé si por miedo o porque no la valoramos. Te voy a ser muy sincero en la respuesta. Lo primero, el sacerdote tiene los mismos sentimientos humanos que el resto de los fieles. En segundo lugar, los fieles, la comunidad parroquial tiene que ser un poco como la familia del sacerdote. Esto, en modo alguno, debe significar hacerse dueño de él porque muchos creen que tienen derecho a él como si fuese su propiedad privada. Y el sacerdote es de todos y para todos.

13.- Sin embargo, Padre, muchos sacerdotes se hacen los indiferentes, los fríos, como si nunca tuviesen un sentimiento.
RESPUESTA: Confieso que no pertenezco a esa raza. Yo tengo los sentimientos de todo el mundo. Me gusta el cariño, el detalle, la delicadeza. Si alguien cree que es más santo porque es menos humano, lo siento, esa es una santidad que no me va. Me gusta Jesús porque es el más santo de todos y, sin embargo, también es el más humano de todos.

14.- Bueno, ¿y qué pasó con las dos hermanas? ¿Siguen todavía peleadas?
RESPUESTA: ¿Quién te ha metido en la cabeza de que están peleadas?

15.- Bueno, Marta no parece tener muy buen humor y hasta se lo dice a Jesús…
RESPUESTA: ¿Por qué nos empeñaremos siempre en poner a estas dos hermanas como si no se entendiesen, como si viviesen enemistadas? ¿Por qué no leemos este texto en otra clave que no sea la oposición?

16.- ¿Cuál sería esta clave que no sea la oposición o la queja?
RESPUESTA: A mí me parece muy lógico que Marta, que invitó a Jesús, se preocupe de atender a lo necesario para el almuerzo. Mientras tanto, es lógico que no van a dejar a Jesús solo en la sala escuchando música o viendo el álbum de familia o simplemente jugando con el gato o curioseando las revistas como si fuese un consultorio médico. Por eso le pasó la voz a María para que no lo deje solo.

17.- Y así, la única que disfruta de Jesús es María. Marta disfruta preparando la comida, pero termina por cansarse, mientras su hermana se lo pasa en grande.
RESPUESTA: Leámoslo de otro modo. Marta también quisiera escuchar a Jesús y hablar con él, pero estando en la cocina no puede. Es entonces que va a la sala y por no quejarse de él se queja de su hermana. “Oye, Señor, y no podíais los dos pasaros a la cocina, y así mi hermana me echa una mano y yo puedo disfrutar también de tu presencia”. Mi hermana me ayuda y yo puedo también prestarte más atención en lo que dices.

18.- Curioso. No se me había ocurrido esta lectura. Con ella se eliminan todas esas tensiones y casi oposiciones entre las dos hermanas.
RESPUESTA: Marta está metida en el servicio, pero siente también ella necesidad de alimentar su servicio con la Palabra de Jesús y por eso los invita a pasar a la cocina a los dos. María, la contemplativa, tampoco es de las que rehúye el trabajo y el servicio, aunque siga metida en su contemplación.

19.- Es decir, que las dos van a terminar siendo: las dos contemplativas y las dos activas o serviciales.
RESPUESTA: Dios no divide. Dios siempre une. Ni la humanidad distanció a Jesús del Padre, ni la Ascensión le hizo olvidarse de su realidad humana. Nosotros somos una unidad. Somos dualidad, si quieres, pero tan unidos los dos extremos que terminamos en la unidad.

20.- Sin embargo, la lectura que hace Lucas no pareciera ir por esa línea porque, en el fondo, en el relato de Lucas, Jesús como que siente compasión de Marta la laboriosa y alaba la actitud de María.
RESPUESTA: De acuerdo. En nuestras relaciones con Dios siempre tendrá preferencia el escuchar a Dios que el hablarle a Dios. Siempre será más esencial ponernos a la escucha de lo que Dios quiere decirnos, que el empeñarnos nosotros en hablarle a Él. Digamos que en la primera y más fundamental de nuestras relaciones con Dios siempre tendrá prioridad la relación Dios hombre, antes que la relación hombre Dios.

21.- Todo lo que usted quiera, pero Jesús le echa en cara su nerviosismo en contraposición a la serena quietud de María.
RESPUESTA: Oye, dime: si tú estás invitado a alguna familia y ves que la doña se está matando por prepararte cosas ricas, no le dices tú también: “Oye comadre, no tengas prisa, no te molestes tanto, que lo importante no es lo que vamos a comer sino la amistad que queremos compartir”.

22.- Sin embargo, Padre, todo esto plantea a la Iglesia una realidad que no podemos orillar ni evitar. El hacer sin el contemplar, sirve de poco.
RESPUESTA: Eso es claro. Por eso decíamos que lo primero era escuchar y que nuestro hacer, del tipo que sea, debe ser expresión de lo que hemos escuchado. Para hablar de Dios a los hombres antes tenemos que hablar con Dios. De lo contrario, ¿qué mensaje de Dios puedo llevarles?

23.- ¿No siente usted que hoy en la Iglesia se da como una doble tendencia?
RESPUESTA: ¿A qué doble tendencia te está refiriendo?

24.- Yo las llamaría “tendencia Marta” y “tendencia María”.
RESPUESTA: ¿Y esas dos tendencias cómo se comen?

25.- Yo percibo que hay grupos que todo lo reducen a la oración, a la intimidad espiritual, y hay otros grupos que prefieren vivir el dinamismo del hacer.
RESPUESTA: Es posible que esos dos grupos están más cerca el uno del otro que lo que se imaginan. Si alguien pretendiese convertir la Iglesia en sólo contemplación, tendría que dar cuenta a Dios del anuncio que deja de proclamar a los hombres. Si alguien pretendiese hacer de la Iglesia pura palabra y pura boca sin oídos para escuchar, también se estaría engañando.

26.- Sin embargo, Padre, no creo pueda negarme que aquellos grupos calificados como más de derechas, más tradicionalistas, son más propensos a lo espiritual que a la acción social y el compromiso.
RESPUESTA: No podemos negar que en la Iglesia se han dado distintos carismas y distintas corrientes de espiritualidad. Hasta es posible que, en un momento dado, el Espíritu despierte en la Iglesia un movimiento determinado que se inclina más hacia un lado que hacia el otro. Eso puede ser necesario como ley de compensación del Espíritu.

27.- Lo extraño es que Jesús reconviene a Marta porque la siente demasiado estresada, demasiado tensa y nerviosa. ¿Quiere decir que el hacer estresa más que el contemplar?
RESPUESTA: Ciertamente que el ambiente y el clima contemplativo se presta más a la serenidad, la tranquilidad. En tanto que el meternos en la cadena sin fin del hacer cosas, tensa más nuestros nervios. Que la oración ayuda más a la serenidad, es cierto. Pero tampoco caigamos en el utilitarismo sicológico…

28.- ¿Qué significa eso del utilitarismo sicológico?
RESPUESTA: Que la vida de oración, de contemplación tenga como una de tantas consecuencias la serenidad del espíritu es cierto. Pero tampoco nosotros nos dedicamos a la oración como terapia sicológica contra el estrés.

29.- ¿Y por qué no?
RESPUESTA: El verdadero sentido de la oración es nuestra unión con Dios, es escuchar a Dios. Lo otro podrá venir como consecuencia, pero no es su verdadera finalidad. Yo puedo charlar contigo amablemente para bajar mi estrés, pero no puede ser esa la finalidad. Hablo contigo porque eres mi amigo y me siento más unido a ti.

30.- Padre, ¿y dónde se han quedado los discípulos?
RESPUESTA: El texto de Lucas solo habla de Marta, María y Jesús, ni siquiera de Lázaro. Tampoco hace mención a los discípulos. Tampoco podemos hacernos a la idea de que los doce andaban como doce pollitos siguiendo a la gallina. Era ya hombres maduros y posiblemente andaban por su cuenta por otros lugares.

31.- ¿Quiere decir que Jesús debió de tener muchos momentos para sí mismo y para sus cosas?
RESPUESTA: Si bien el Evangelio diera la impresión de andar siempre en grupo, siempre siguiéndole a Él por todas partes, yo estoy seguro de que tanto Él, como los suyos, vivían con cierta libertad de espíritu.

32.- Porque también ellos tendrían sus propias amistades…
RESPUESTA: Mira, nunca me he puesto a pensar en las amistades de los Doce, pero estoy seguro de que tendrían amigos por todas partes como cualquier otro. Tampoco debemos verlos tan marginados de la gente. ¿Qué pasaría si ese día que estaban libres, también ellos estaban invitados por algunos amigos suyos de por aquella zona?

33.- Bueno, Padre, creo que todos tenemos mucha necesidad de María en nosotros… y también mucho de Marta.
RESPUESTA: Necesitamos de las dos. Necesitamos estar más tiempo a los pies del Señor cada día y también necesitamos entregarnos un poco más a la causa del Evangelio. Lo uno sin lo otro se puede quedar manco.

DESPEDIDA: Amigos, ¿acaso habéis invitado hoy a Jesús a almorzar o a tomarse el lonche en vuestras casas? Dadle bien de comer, pero no perdáis la oportunidad de escucharle más.

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