Domingo es Fiesta

Sagrada Familia – B | Jesús, María y José | IQC 2021

“Mis ojos han visto al Salvador”.

Santo Evangelio según san Lucas 2,22-40

Cuando llego el tiempo de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para hacer la ofrenda que manda la Ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones”.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.

Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: “Mira, este niño está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espaga te traspasará el alma”.

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana, y luego viudad hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Palabra del Señor.

Palabras de Clemente:

Este año los Santos Inocentes han perdido su inocencia y han dado paso a la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia. De todos modos, no quisiera que los inocentes sigan en la mentalidad popular y nos olvidemos de la familia de Jesús.

Resulta curioso que la última festividad del Año sea siempre la Sagrada Familia como un signo de la Encarnación del mismo Jesús no solo en nuestra condición humana, sino también en la vida normal de todos que es la familia.

Hoy se habla mucho de la familia y de sus problemas y dificultades. El Papa Francisco ha creado un Sínodo para la familia que terminará el 2015. Veamos cómo la familia de Jesús no es una de esas familias donde todo es fácil, donde no hay problemas ni dificultades. El Evangelio nos presenta hoy a la familia de Jesús en el templo de Jerusalén cumpliendo con el ritual de la ley, sometida a la ley. Además, nos relata este encuentro tan simple y tan maravilloso de María y José con el viejo Simeón, quien tiene la dicha de ser el único de quien se dice que “tomó en sus brazos” al Niño Jesús. Para él fue como poder ver la aurora o el amanecer de las promesas de Dios cumplidas y realizadas.

A la vez, Simeón se convierte en el profeta que anuncia desde el primer momento que el futuro del niño y de la madre no será nada fácil: Jesús será puesto para caída elevación de muchos en Israel, pero también como signo de contradicción, que el alma de su madre será atravesada por una espada. En el fondo el anuncio de la Pasión del Hijo y la Pasión de la madre.

Decir que la familia hoy está en crisis no es decir nada, siempre lo estuvo. Decir que la familia es también signo de contradicción no es sino anunciar los ataques que la familia sufre por parte de todos. Pero hemos de convencernos de algo, los problemas de la familia no se solucionan abriendo el camino fácil del divorcio, los problemas de la familia se solucionan ayudando a la familia a ser cada día más fuerte en sí misma, por ello Papa Francisco quiere abordar toda la problemática familiar.

1.- Por lo que acabo de escucharle este año no hay Inocentes.
RESPUESTA: Yo sigo creyendo en los Santos Inocentes, pero no en los hombres inocentes. No podemos llamar inocente a quienes tienen demasiada malicia y hasta maldad en su corazón.

2.- Esto quiere decir que hoy no se pueden hacer inocentadas…
RESPUESTA: Claro que se pueden hacer inocentadas. La mejor inocentada sería ofrecer una familia linda, unida, estable, incluso a pesar de sus dificultades.

3.- Se ve que usted tiene poco humor…
RESPUESTA: ¿Y crees que hay mejor humor que anunciar una familia linda, estable y unida en el amor? Ese es el verdadero humor y la verdadera alegría.

4.- Padre, hay algo que me resulta extraño. El año pasado leíamos el texto de Mateo, la Sagrada Familia huyendo a Egipto. Este año leemos a Lucas y la familia a la que se le anuncia que el Niño será un signo de contradicción y que prácticamente terminará en la Cruz y que a la madre una espada le traspasará el alma… ¿Por qué siempre ese aspecto doloroso?
RESPUESTA: Significa sencillamente que el Evangelio no quiere ocultar la realidad de la familia de Jesús. Será una familia como las demás familias, con sus problemas, sus dificultades. Una familia siempre unida “en las alegrías y en las tristezas, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza”. Una familia igualita a las nuestras.

5.-Para colmo Lucas nos presenta a Jesús en brazos del viejo Simeón que ya estaba más para el cementerio que para otra cosa.
RESPUESTA: Pues, mira, es una escena que a mí me encanta.

6.- ¿Qué le encuentra usted de encanto a esta escena?
RESPUESTA: Todo. Simeón, el símbolo de los viejos abuelos chochos con sus nietos, es el encuentro entre el ayer y el presente en un mismo abrazo. ¿Hay algo más bello que ver cómo los viejos reciben con gozo en sus brazos a lo nuevo? Aquí los viejos se sienten felices de ver retoñar lo nuevo.

7.- Es usted admirable. Donde los demás vemos negro usted lo ve todo blanco.
RESPUESTA: Yo sólo veo la realidad. Yo he visto una foto tuya jugueteando con uno de tus nietos, creo que la tienes en tu oficina. ¿No es bello ver a un recién nacido acariciado por los brazos cansados de un anciano? ¿No es hermoso ver cómo lo viejo se abre gozoso a lo nuevo

8.- Si Jesús era la novedad, ¿cómo es que le vemos todavía cumpliendo la ley antigua tanto Él como sus padres?
RESPUESTA: El momento de Jesús aún no había llegado. Se ha encarnado, es ya uno de nosotros, pero tendrán que pasar los años para que Él nos abra los nuevos caminos de Dios. Vivir de cara al mañana no significa vivir de espaldas al pasado.

9.- Siempre nos presentan una Sagrada Familia tan mística, que realmente la vemos distante de nuestra realidad, pero leyendo el Evangelio se la ve una familia normal.
RESPUESTA: Hemos sido nosotros quienes la hemos deformado, la hemos presentado muy parcialmente. Los Evangelios no tienen dificultad alguna en presentarla desde una realidad mucho más cruda, con los mismos problemas que las nuestras.

10.- Tenemos que reconocer que nuestra familia de hoy atraviesa una grave crisis.
RESPUESTA: Una realidad que no podemos negar. Las cosas no se solucionan con taparnos los ojos. Nuestras familias están atravesando serias crisis en todas partes.

11.- Lo que no entiendo es que siendo la familia la base de la sociedad la hayamos enfermado tanto…
RESPUESTA: Son muchos los factores que intervienen. Unos externos a la familia misma y otros internos a ella. Por eso todos somos responsables de esta crisis.

12.- ¿A qué llama factores internos a la familia misma?
RESPUESTA: Asistimos a un cambio cultural de las personas. Ni el hombre ni la mujer, ni los hijos son los de hace un siglo. Hoy tenemos un concepto nuevo de persona y, por tanto, las relaciones también son diferentes.

13.- Pero esa crisis de la nueva realidad de las personas me imagino que es bueno.
RESPUESTA: Natural que es bueno, pero todo cambio implica una crisis.

14.- Y estas crisis son de muerte o de vida.
RESPUESTA: En sí mismas son crisis de vida. Si no se saben aceptar y asimilar pueden terminar en muerte. Hoy la mujer tiene un concepto mayor de ella misma, ya no es la esclava que calla y aguanta, piensa, tiene sus gustos e intereses. En esto sí se ha producido un pequeño desequilibro.

15.- ¿En qué sentido pequeño desequilibrio?
RESPUESTA: Mientras la mujer ha logrado una mayor conciencia de sí misma, a nosotros los hombres todavía nos cuesta bajar de nuestro pedestal. Los hombres se resisten a este nuevo tipo y estilo de mujer.

16.- ¿Qué sucede con los hijos?
RESPUESTA: Que también son hijos de la nueva cultura de la sociedad. ¿Tú recuerdas cuando eras joven? Tú los fines de semana regresabas a casa cuando los hijos de hoy están saliendo. Los hijos de hoy viven de noche, nosotros vivíamos de día.

17.- Sin embargo, lo mayores problemas internos creo que nacen del hombre y la mujer.
RESPUESTA: Esto es evidente. Y esto por varios motivos. Por una parte, no acertamos a vivir este nuevo estilo de persona y de libertad y, en segundo lugar, también hay que decirlo, existe una gran inmadurez y una falta del sentido del “para siempre”. Vivimos la cultura de lo inmediato, del “úsalo y tíralo” y esto influye, sin duda, en la estabilidad del matrimonio.

18.- Usted hablaba también de las causas externas, ¿se puede saber cuáles son?
RESPUESTA: Las estamos viendo. Es cierto que la ley no asegura ni el amor ni la estabilidad del amor, pero la ley también va ayudando a crear una mentalidad. Tenemos la idea de que “facilitar el divorcio” y “aceptar el matrimonio gay” es ayudar a la familia.

19.- ¿Y no cree que, una vez rota la familia, facilitar el divorcio puede ser de ayuda?
RESPUESTO: Insisto en que la ley no salva a la familia. No creo que facilitar las rupturas ayude a salvar a la familia. ¿Qué leyes ves tú que se están dando para favorecer la unión, la estabilidad y el amor?

20.- Eso sí ya me parece más interesante.
RESPUESTA: Dime, ¿qué sucedería si para que los ladrones no tengan tanto peligro les facilitamos el robo, dejando las puertas abiertas, las cajas fuertes abiertas?

21.- Bueno, eso ya me parece un verdadero riesgo y creo que aumentaría el número de los ladrones.
RESPUESTA: Apliquémoslo ahora a la familia, a la pareja.

22.- Pero esto también se puede aplicar a la Iglesia, porque la Iglesia habla mucho del divorcio y del aborto.
RESPUESTA: También es cierto, pero también habla mucho de la unión, la fidelidad y la estabilidad de la pareja. La Exhortación Familiaris Consortio es para mí como un himno al amor humano, a su belleza y grandeza

23.- Cambiar no es ni morir ni desaparecer.
RESPUESTA: Cambiar es la única manera de vivir, es la única manera de madurar. Muere lo que no cambia. Lo importante será saber aceptar los cambios.

24.- ¿Quiénes tienen que ayudar a la familia?
RESPUESTA: Todos. Tú. Yo. Y todos. La sociedad y la Iglesia. Los políticos y los legisladores. Los economistas y los laboralistas. Los psicólogos y los médicos. La familia es de todos y responsabilidad de todos.

25- Bueno, Padre, hemos llegado al final del año 2020. ¿Le dice algo todo esto?
RESPUESTA: Mucho porque, en primer lugar, me preocupa lo que he dejado de hacer a lo largo de estos trescientos sesenta y cinco días del año. Y aquí todos tendremos que hacer una confesión: que todos hemos dejado de hacer muchas cosas. En segundo lugar, una actitud de agradecimiento porque también hemos hecho muchas cosas buenas.

26.- ¿Qué le pediría a la Sagrada Familia?
RESPUESTA: Le pediría que bendiga a nuestras familias. A todas. A las buenas y a las que están en dificultades. Bendiga a los esposos para que se amen más. Bendiga a los padres para que descubran su verdadero ministerio y bendiga a los hijos para que sean agradecidos con sus Padres.

DESPEDIDA: Bueno, amigos, Feliz año nuevo a todos y familia nueva para todos.

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