Con los Ancianos

Testamento de un Anciano

    Queridos hijos, ahora que aún mi mente está lúcida y serena quiero hacer mi testamento. No quisiera que luego de mi muerte haya problemas. Mi testamento  es el siguiente:

  • En primer lugar no tengo prácticamente nada que dejaros como riquezas, pues durante toda mi vida he tratado de daros cuanto tenía.  Me queda la satisfacción de no haber sido nunca egoísta con vosotros. Todo lo mío ha sido siempre vuestro.
  • Os dejo el don de la vida que es lo mejor que he tenido siempre para vosotros. Sólo os pido una cosa. No la malgastéis porque es lo mejor que tenéis.
  • Os dejo mi cariño y mi amor, que nunca os he negado. Es posible que, no siempre haya sido equilibrado en el reparto. Si ha sido así, no ha sido por mala voluntad, sino porque alguno de vosotros estaba más necesitado. En mi conciencia creo haberos amado a todos por igual.
  • Os dejo el testimonio de mi amor a vuestra madre. Siempre la he querido. Y siempre la he considerado como lo mejor de mi vida. Gracias a ella he sido muy feliz. Creo haber sido siempre muy sincero con ella. Entre nosotros nunca ha habido ni engaño ni falsedad.
  • Os dejo el testimonio de mi fe cristiana. No os diré que siempre haya sido un ejemplar de vida de creyente. Pero siempre ha tratado de serlo. A todos os he educado en esa misma fe, porque siempre he creído que la fe era el mejor don para haceros fuertes en la vida.
  • Os dejo un deseo muy profundo de mi corazón: que cuando yo muera no rompáis la unidad de la familia. Que sigáis siendo hermanos en el amor. Que las pocas cosas que quedan por ahí jamás sean razón para el desamor entre vosotros.
  • Y finalmente, os dejo una confesión nacida de lo más dentro de mí: muero tranquilo, porque creo haber cumplido mi misión. Habré tenido defectos y fallos que espero sepáis comprender. Si algo negativo conserváis de mí, os pido comprensión, pues también los padres tenemos derecho a equivocarnos.
  • Os quiere mucho, vuestro padre que se va, pero que os llevo conmigo, como espero me retengáis vosotros en vuestro filial recuerdo.

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