Domingo es Fiesta

Domingo 30 – A | Amar al projimo como a ti mismo

“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Mateo en el Capítulo 22, versículos del 34 al 40:

Los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron un grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?”.

Él le dijo: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero.

El segundo es semejante él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas”.

PALABRA DE DIOS.

1.- Padre Clemente: hoy la Iglesia celebra el día del DOMUND, “Día Mundial de la Fe” o “Día Mundial de las Misiones”. ¿Qué le dice a usted este día?
RESPUESTA: Me produce un doble efecto en mi corazón. Por una parte, la alegría de creer y ser un instrumento de fe para los demás. Por otra parte, una sensación de tristeza, desilusión, no sé cómo decirte…

2.- ¿A qué se debe esa sensación de tristeza o desilusión?
RESPUESTA: Estamos ya en el Tercer Milenio y todavía el Evangelio no ha llegado sino a una sexta parte de la población del mundo. La población mundial dice que tiene casi 7,800 millones de habitantes. Y cristianos, en todas sus categorías, llegamos a más de 2,000 millones de creyentes en Cristo.

3.- ¿Todo el resto es pagano o ateo?
RESPUESTA: Felizmente no. Fíjate qué curioso. Los que se consideran ateos son relativamente un número pequeño: sólo 180 millones. Mientras que no cristianos son: 5,000 mil millones. Y los que no tienen ninguna religión: 800 millones. Los datos son proyecciones para este año, pero no creo que los cambios sean sustanciales desde entonces.

4.- Decía usted que los cristianos todos, incluidos los hermanos protestantes, éramos: 2,000 millones. ¿Y católicos cuántos somos en total?
RESPUESTA: Al 2018, somos 1,300 millones. Aparentemente diera la impresión de ser muchos, pero si nos consideramos en relación con la población mundial somos pocos.

5.- ¿A qué se debe este fenómeno?
RESPUESTA: Son muchos los factores. En primer lugar, existen muchas otras religiones. Por eso el número de ateos, aún siendo grande, no es tan significativo en relación con el total de la población mundial. Por tanto, no significa que la humanidad viva al margen de alguna fe. En segundo lugar, hoy vivimos una cultura de la pluralidad, de la diversidad.

6.- ¿Significa que todas las religiones son iguales y que lo que importa es tener alguna religión, aunque no sea la cristiana?
RESPUESTA: Toda religión tiene mucho de verdadero y también mucho de falso. Es importante que los hombres crean en Dios, por más que muchas veces el nombre de ese Dios pueda ser distinto. Al fin y al cabo, es Dios mismo el que despierta el corazón de los hombres.

7.- ¿Cuál es el problema entonces?
RESPUESTA: Decir que tenemos que respetar la conciencia de cada uno no significa aceptar que ese sea el verdadero camino. Al menos para nosotros el camino, la verdad y la vida es Jesús. Esto al margen de que todas las religiones tengan muchas cosas en común, como es natural.

8.- Pero la causa por la cual Jesús no es conocido y aceptado después de dos milenios, ¿la culpa está en los hombres o en los creyentes en Jesús?
RESPUESTA: Es posible que esté en ambas orillas. En los hombres y también en nosotros los que seguimos a Jesús. A mí me surge una gran inquietud.

9.- ¿Cuál?
RESPUESTA: Nosotros hemos achicado mucho el espíritu misionero en la Iglesia. Hemos hecho responsable del anuncio a los Obispos, sacerdotes y religiosos y religiosas. Cuando en realidad el anuncio del Evangelio tiene que ser responsabilidad de todo creyente. Al Pueblo de Dios lo hemos tenido más como oyente que como hablante. Esto creo que ha mermado mucho nuestro espíritu misionero.

10.- Dicho de otra manera, usted diría que el Pueblo de Dios entero tiene que ser misionero.
RESPUESTA: No es que yo lo diga. Es una realidad que nace del bautismo y nace de la misma experiencia de la fe. Yo sé, y soy consciente de ello, de que el Pueblo de Dios ha sido más misionero de lo que a veces pensamos.

11.- ¿En qué sentido, el Pueblo de Dios ha sido más misionero de lo que con frecuencia pensamos?
RESPUESTA: La mayoría de nosotros no hemos recibido la fe ni del Obispo, ni del Sacerdote ni de los religiosos o religiosas. La mayoría de nosotros hemos recibido la fe vía nuestros padres. ¿Acaso no ha sido tu madre y tu padre los que te han iniciado en los caminos de la fe? ¿Acaso no han sido ellos los primeros en anunciarnos a Dios y los primeros en proclamarnos el Evangelio?

12.- Sin embargo, este apostolado misionero no siempre ha sido destacado ni reconocido como tal.
RESPUESTA: Yo creo que todos reconocemos el valor fundamental de la misión de los padres en el anuncio de la fe. Lo que pasa que luego pareciera que todo se reduce al ámbito de la familia. Sin embargo, en esto yo sí quiero ser agradecido a los padres de familia. Ellos son los que más hijos han dado a la Iglesia y los que más cristianos han despertado en el mundo. En mi condición de huérfano, debo reconocer que la gran misionera de mi fe, fue mi abuelita, que no sabía ni leer ni escribir, pero sabía mucho de Dios.

13.- ¿En qué sentido “la Eucaristía es una fuerza misionera”?
RESPUESTA: Celebrar la Eucaristía es celebrar al Cristo que se entrega a sí mismo por los demás. La Eucaristía no es sólo el sacramento de la presencia de Jesús, es la presencia de Jesús en su entrega al hambre. La misión o las misiones no son otra cosa que la preocupación por los demás, por los otros, sobre todo por aquellos que aún no conocen el misterio del amor crucificado de Jesús.

14.- Lo que viene a decirnos que celebrar la Eucaristía sólo es posible pensando en los demás.
RESPUESTA: Celebrar la Eucaristía es extender la mesa a la que todos están invitados. Celebrar la Eucaristía es abrir las puertas a todos. Celebrar la Eucaristía es hacernos solidarios de todos los que tienen hambre, para ofrecerles nuestro pan. En este caso, es hacernos solidarios de todos los que tienen hambre de la palabra y del pan de Jesús.

15.- Pero usted decía que la Eucaristía marcaba también el estilo misionero. ¿En qué sentido?
RESPUESTA: Los grandes signos de la Eucaristía son el pan y el vino. “Pan entregado” y “Sangre derramada”. Por tanto, celebrar y vivir la Eucaristía es convertirnos también nosotros en una eucaristía viva.

16.- ¿Qué entiende usted por Eucaristía viva?
RESPUESTA: En convertirnos a nosotros mismos, como dice el mensaje del Papa, en “pan partido para el mundo”. Nosotros comemos a Jesús el pan partido, y nos hacemos pan que también se parte y se reparte a todos los hombres.

17.- ¿Y qué relación puede tener el Evangelio de hoy con este sentido y esta responsabilidad misionera?
RESPUESTA: Mucha. Jesús proclama la primacía de los dos primeros mandamientos. El amor a Dios y el amor al prójimo. Si el amor al prójimo ha de ser real y yo debo querer para mi prójimo lo que quiero para mí. Lo mejor que me puedo desear a mí mismo es el don de la fe, el don del Evangelio. Está bien dar cosas al hermano, pero yo debiera regalarle a mi hermano lo más preciado que tengo: mi fe.

18.- ¿Qué pretende o busca la Iglesia con la celebración del DOMUND?
RESPUESTA: Muchas cosas. La primera sensibilizarnos a todos sobre el don de nuestra fe. En segundo lugar, sensibilizarnos hacia aquellos que aún no creen en Jesús y en el Evangelio. En tercer lugar, hacernos sentir más nuestra vocación misionera. Y, en cuarto lugar, crear una mayor conciencia de que todos somos responsables de nuestras misiones y corresponsables con todos nuestros misioneros.

19.- ¿Todo esto para un solo día?
RESPUESTA: La celebración de un día no da por terminada nuestra preocupación. No cumplimos con un día al año. Se trata de crear conciencia. Luego debe prolongarse esta inquietud a lo largo de todo el año.

20.- Padre, creo que en este día la Iglesia nos ofrece dos caminos de participación misionera. La oración por las misiones y los misioneros y la ayuda económica para que los misioneros puedan llevar a cabo su obra de evangelización.
RESPUESTA: Lo primero es la oración misionera. La fe no es una feria de exposición, sino un don de la gracia que se ofrece y se recibe. Para recibirla se necesita abrir el corazón. Esta apertura del corazón también es un don de la gracia. Esto lo conseguimos mediante la oración de la Iglesia.

21.- Pero si la fe es fruto de la oración, ¿cuál es el sentido de la colecta para las misiones? La fe, dicen muchos, no se vende ni se compra.
RESPUESTA: No. La fe no se vende, tampoco se compra. La fe es un don y un regalo de Dios. Pero, para que el misionero pueda llegar a determinados lugares, necesita cinco o siete o diez horas en lancha por los ríos y para ello necesita de gasolina, o petróleo y aceite. Porque, hasta ahora los motores no andan con agua de río…

22.- Además, según tengo entendido, la evangelización no es solo llevar el Evangelio bajo el brazo…
RESPUESTA: La evangelización es algo integral. Es anuncio de la fe, pero también es promoción integral del hombre. Evangelizar es desarrollar también al hombre en sus condiciones culturales, económicas y sociales. Jesús no solo contaba parábolas, también curaba enfermos, sanaba leprosos, devolvía la vista a los ciegos, y hacía andar a los cojos. Dios no hizo al hombre en dos mitades, sino una unidad integral de cuerpo y alma. Evangelizar es promover y desarrollar al hombre entero.

23.- Es decir, evangelizar en algo espiritual, pero también algo humano.
RESPUESTA: ¿Quieres que te ofrezca algunos datos de lo que hace la Iglesia misionera en el mundo? Esto te indicará que las misiones necesitan de una gran ayuda económica.

24.- Creo que sería bueno, no sólo para mí sino para todos los que nos escuchan y a quienes hoy en las Misas se les pedirá que metan la mano al bolsillo.
RESPUESTA: Escucha atento: La Iglesia misionera atiende: 120.000 escuelas. 27,000 instituciones sociales y sanitarias. Estos no son sino algunos datos. ¿Te imaginas lo que cuesta mantener 120.000 escuelas?

25.- Habría que preguntarle a la Ministra de Economía cuánto cuesta mantener 120,000 escuelas.
RESPUESTA: A todo ello tendríamos que añadir la cantidad de personas dedicadas a esta misión evangelizadora. Se dice fácil, pero también ellos comen y beben y tienen que vestirse. Y ojo, que no ganan sueldo. Porque entonces la cosa se pondría brava…

26.- Mientras tanto la Iglesia trabaja callada y en silencio…
RESPUESTA: Yo no diría que callada, pero sí sin mayores exhibicionismos. La Iglesia siente que tiene una misión que cumplir y lo hace sin sacar ruido. Mira, el bien no necesita salir a las calles a gritar. La mentira necesita de mucho ruido. La verdad se siente a gusto en el silencio.

27.- Me va a perdonar, pero le confieso que nunca había visto tan claro el panorama misionero. Hasta diría que más de una vez me preguntaba qué hacía la Iglesia con el dinero y creo que mucha gente tenía la misma impresión…
RESPUESTA: Es que la Iglesia no sale en primeras páginas si no es cuando comete algún fallo, pero eso no tiene importancia. El Evangelio habla de que la semilla crece mientras el sembrador duerme. Además, nos dice que las semillas del Reino son pequeñitas como un grano de mostaza.

28.- ¿Quisiera usted hacer algún llamado a nuestros fieles?
RESPUESTA: Uno muy simple y sencillo: amigos, el Evangelio y su anuncio depende de nosotros. Cada uno allí donde estamos. Pero eso sí, dondequiera que estemos no lo escondamos. Proclamémoslo.

DESPEDIDA: Sí, amigos, una oración y un billetito en la bandeja. Será posiblemente el billete mejor utilizado de todos los que tienes.

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