Domingo es Fiesta

Pentecostés – B | Espíritu Santo | IQC2021

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo

Proclamamos la Palabra de Dios en los Hechos de los Apóstoles, en el Capítulo 2, versículos del 1 al 11:

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos los creyentes reunidos en un mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como de fuego, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.

Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban:

“¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra propia lengua?

Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua”.

PALABRA DE DIOS

1.- Padre, hoy me ha cambiado el libreto… Me ha puesto como lectura el Libro de los Hechos de los Apóstoles y no el Evangelio.
RESPUESTA: La Liturgia también nos ofrece dos posibilidades incluso leyendo el Evangelio y he preferido el texto de los Hechos, que, corresponde a la primera lectura, ya que describe el acontecimiento mismo de Pentecostés, y al que la gente está más acostumbrada.

2.- Leyendo este texto yo pensaría que se trata de una especie de presentación de la Iglesia en sociedad.
RESPUESTA: Pues, lo es en realidad. Es la presentación pública y Oficial de la Iglesia, como comunidad, como Iglesia. En esta presentación se describen de una manera simbólica las características de la misma Iglesia.

3.- Pero, entendámonos, ¿es la fiesta del Espíritu Santo o es la fiesta de la presentación de la Iglesia?
RESPUESTA: Las dos cosas en una misma realidad. El fenómeno de Pentecostés, es el acontecimiento del Espíritu Santo. Pero es la fiesta del Espíritu Santo que se revela en su actuar y su dinamismo en la Iglesia.

4.- ¿Cuáles son esas notas o características de la Iglesia que aparecen en esta mañana de Pentecostés?
RESPUESTA: Yo las resumiría de esta manera. Lo primero: No hay Iglesia sin el Espíritu Santo, que como el alma de la Iglesia. Lo segundo: Aparece la Iglesia misionera, una Iglesia que abre sus puertas, y una Iglesia que supera los miedos e inseguridades. Lo tercero: Es una Iglesia que rompe los moldes de la religiosidad del Antiguo Testamento y se universaliza, una Iglesia para todos. Lo cuarto: es una Iglesia llamada a hablar un lenguaje inteligible por parte de todos.

5.- No hay Iglesia, dice usted, sin el Espíritu Santo…
RESPUESTA: La Iglesia, antes de ser una institución, es un dinamismo del Espíritu, es una experiencia del Evangelio, es algo vivo por dentro. Una comunidad que vive de la experiencia en ella del Espíritu Santo.

6.- Bueno, y si a mí se me ocurre fundar una Iglesia ¿qué tengo que hacer?
RESPUESTA: Bueno, tú podrás fundar un Club, un Partido Político, una asociación de amigos, pero, perdóname, los hombres no pueden fundar Iglesias. El único fundador de la Iglesia es Jesús. Una Iglesia no se funda como un Club. La Iglesia es una comunidad de creyentes en Jesús, atsraidos, movidos y transformados y guiados interiormente por el Espíritu Santo.

7.- Quiere decir que para fundar una Iglesia no se comienza por un reglamento, unos Estatutos, y un local para reunirnos…
RESPUESTA: Jesús no comenzó por hacer ningún reglamento, ni tampoco por comprarse un local. Jesús comenzó por regalarnos el don de la fe, por invitarnos a seguirle a Él. Luego nos regaló al Espíritu Santo que es el encargado de darnos vida por dentro. El encargado de mantener viva en nosotros la presencia de Jesús y de hacernos testigos del Evangelio y anunciarlo a todos los hombres.

8.- Creo que me ha quitado la ilusión de fundar otra Iglesia…
RESPUESTA: Jesús no nos ha hecho fundadores de la Iglesias. Jesús nos invita a aceptar y vivir la Iglesia que Él fundó. Luego nos envía a anunciar el Evangelio, y proclamar la fe, para que pequeñas comunidades se reúnan como expresiones de la Iglesia. Hoy hablamos de la Iglesia y las Iglesias particulares. Pablo hablaba de la Iglesia de Jesús y luego llamaba Iglesia, pequeña Iglesia, a cada comunidad que se reunía en las casas para celebrar, anunciar, y experimentar su pertenencia a la Iglesia universal.

9.- Sin embargo, Padre, uno siente que, con frecuencia prevalecen las estructuras externas de la Iglesia, por encima de ese dinamismo del Espíritu en ella.
RESPUESTA No siempre resulta fácil el equilibrio entre la vida íntima de la Iglesia, el misterio de salvación contenido sacramentalmente en ella y las necesarias estructuras para canalizar esa vida. Por muchas estructuras que tengamos, sino nos falta esa vida de comunión en el Espíritu, no tendremos la Iglesia de Jesús. Al principio, ¿qué estructuras había? Era una Iglesia que se estaba haciendo.

10.- Según esto, ¿podríamos decir que el verdadero responsable de la Iglesia es el Espíritu Santo?
RESPUESTA: La Iglesia está hecha por la comunidad de los que creen en Jesús y en su Evangelio. El alma de esa comunidad es el Espíritu Santo, pero el problema está si la comunidad escucha al Espíritu que habita y habla en ella. Es decir, el verdadero problema está en si somos dóciles al Espíritu. Ahí la responsabilidad ya es nuestra.

11.- Digamos: una Iglesia que escucha y obedece…
RESPUESTA: Una Iglesia que escucha al Espíritu que habla en todos y a todos y a quien todos nos tenemos que escuchar, que a cada uno le habla según las responsabilidades que tiene dentro de la comunidad. Por tanto, una Iglesia que obedece al Espíritu. No se trata de hacer y vivir la Iglesia que a nosotros nos gustaría, sino construir la Iglesia que el Espíritu quiere hoy, ahora y aquí.

12.- ¿Cómo aparece esto aquí en el relato de Pentecostés?
RESPUESTA: Tú has visto a la primera comunidad. Encerrada sobre sí misma. Viene el Espíritu Santo esa mañana y diera la impresión de que les pone dinamita a todos. Todos se sienten transformados interiormente.

13.- Padre, ¿tan fuerte sopla el Espíritu que haga tanto ruido que la gente acuda a ver qué está pasando?
RESPUESTA: Una bella imagen de la Iglesia. De aquella comunidad que vivía a escondidas, ese ruido de viento fuerte nos está indicando la vitalidad de esos hombres iluminados y animados por el Espíritu.

14.- Una Iglesia que hace ruido.
RESPUESTA: Una Iglesia llamada a vivir no a escondidas, sino a sacar ruido. Una Iglesia llamada a despertar la atención de los hombres y atraerlos hacia ella. No es el ruido de los grandes acontecimientos y concentraciones, es el ruido de la vida de unos hombres que rompen todos los marcos y todas las barreras y comienzan a anunciar el Evangelio. Y llaman la atención, no por ser como los demás, sino por ser diferentes.

15.- ¿Y el simbolismo de las lenguas de fuego?
RESPUESTA: Es otra imagen que utiliza Lucas y que debiera ser una imagen cada día de la Iglesia.

16.- ¿Cuál es el simbolismo del fuego? Yo entiendo que cuando se produce un incendio, arde todo y se necesitan los bomberos para que no haga más desastre…
RESPUESTA: El simbolismo del fuego es típico en la revelación. Moisés se encuentra con Dios en la zarza ardiendo… En el desierto se habla de la nube de fuego. Jesús nos dijo que “el había venido a prender fuego, y deseaba que ya estuviese ardiendo”. Y ahora el Espíritu se manifiesta en lenguas de fuego.

17.- ¿Por qué el fuego?
RESPUESTA: El fuego calienta. El fuego quema y destruye. Pero el fuego también es símbolo de la fuerza. La misión del Espíritu es calentarnos por dentro, poner fuego en nuestros corazones. La misión del Espíritu es destruir todo lo que se opone a la vida, a la novedad del Reino. La misión del Espíritu es el envío: “Vayan, salgan, láncense a la calle y proclamen y anuncien”.

18.- Oiga, Padre, perdone mi atrevimiento, pero ¿no siente usted que a los cristianos nos está faltando el fuego y que llevamos dentro demasiado frío?
RESPUESTA: Es cierto que uno siente la impresión de que vivimos una fe muy poco caliente. Algunos la llaman “fe resignada”, otros la llaman “fe sin vida”. Sin embargo, también es posible que debajo de un montón de cenizas, haya un gran brasero. ¿Recuerdas las antiguas cocinas a leña?

19.- ¿Cómo no? Quemábamos la leña y luego amontonábamos la ceniza…
RESPUESTA: Y con frecuencia, en vez de apagar el fuego, le echábamos encima la ceniza para que conservara las brasas. Siendo Cardenal, el Papa Emérito Benedicto XVI, hablando de esto escribió en su Libro “La sal de la tierra”: que es posible que a lo largo de los siglos se haya amontonado demasiada ceniza sobre la Iglesia, pero que dentro podemos encontrarnos con brasas encendidas y capaces de encender todavía mil fuegos.

20.- De todos modos, Padre, ¿de qué sirven las brasas si la ceniza termina ahogándolas?
RESPUESTA: La Iglesia tiene vida mientras tenga brasas. Una sola brasa es capaz de encender mil fuegos. A mí no me guste una Iglesia con demasiada ceniza encima, la afea. Reconozco que los vestidos de la Iglesia huelen con frecuencia demasiado a ceniza. Yo hubiese querido una Iglesia no solo brasa, sino una Iglesia llamarada de fuego. Pero eso depende de cada uno de nosotros.

21.- ¿Nos dice ahora que nosotros somos el fuego y las llamaradas de la Iglesia?
RESPUESTA: El fuego es el Espíritu Santo. Y fuego somos cada uno de nosotros que vivimos esta experiencia del Espíritu. Y somos fuego cada vez que vivimos con gozo, con alegría, con ilusión nuestra fe. El fuego del Espíritu nos quema por dentro, pero para que nosotros seamos sus llamaradas.

22.- Me va a disculpar, pero el Espíritu Santo es también bien oportunista, ¿no cree?
RESPUESTA: ¿Oportunista? Yo no diría que el Espíritu es oportunista. Más bien diría que el Espíritu suele ser bien inoportuno, porque siempre se hace presente cuando menos lo pensamos e incluso cuando menos lo quisiéramos. ¿Adónde quieres llegar con tu pregunta?

23.- No me diga que no es oportunismo, aprovechar para manifestarse, a que en Jerusalén estuviesen concentrados tantos pueblos…
RESPUESTA: Entiendo tu pregunta. Te llama la atención de que Lucas cite a todos los pueblos hasta entonces conocidos y que acuden a presenciar el fenómeno de Pentecostés. En realidad, es un bello signo de la Iglesia y de su misión.

24.- ¿Qué tipo de símbolo?
RESPUESTA: Lucas nombra a todos los pueblos conocidos por aquel entonces. Todos acuden a presenciar el gran acontecimiento de la acción del Espíritu en el corazón de aquellos hombres galileos, es el símbolo de una Iglesia abierta a todos los pueblos, a todas las naciones, a todas las razas, a todas las culturas, a todos los hombres.

25.- ¿Es esto lo que confesamos en el Credo cuando decimos “una, santa, católica…”?
RESPUESTA: Católica es una expresión moderna, cuyo contenido pertenece a la naturaleza de la Iglesia. Católico significa “universal”. Católico significa que “no excluye a nadie”, que no condena a nadie, sino que quiere salvar a todos. Católico, significa universal como el corazón y el amor de Dios que quiere que “todos los hombres se salven y no perezca ni uno solo”.

26.- Resulta curiosa la actitud de aquellas gentes cuando dicen. ¿No son estos galileos? ¿Cómo es que les escuchamos cada uno en nuestras propias lenguas?
RESPUESTA: ¿Te has fijado en el detalle de Lucas: entre hablar y escuchar?

27.- A eso iba yo.
RESPUESTA: Lucas no dice que los apóstoles hablasen todas las lenguas. Dice que los oyentes los escuchaban en su propia lengua.

28.- ¿Cómo se explica esto? Usted me habla en quechua o aimara, y yo que no sé ni quechua ni aimara, le escucho en castellano. ¿Dónde está ese traductor secreto?
RESPUESTA: Expliquémoslo así. Por una parte, se nos quiere hacer comprender que el Evangelio es para todos. El Evangelio tiene un mensaje para todos los hombres de la cultura que sea. Y, en segundo lugar, el Espíritu Santo también actúa en el corazón de los oyentes. El Espíritu Santo no sólo actúa en el que habla y anuncia, sino también el los que escuchan.

29.- Para oír no creo necesitemos del Espíritu Santo. Supongo que será suficiente tener buenas orejas…
RESPUESTA: Para oír sí bastan las orejas. Para escuchar se necesita del corazón. Para que el corazón escuche se requiere de la acción del Espíritu para que se abra al Evangelio. Jesús lo había dicho antes: “Convertíos y creed en el Evangelio”. Primero necesitamos convertir nuestro corazón para hacerlo dócil a la llamada del Señor.

30.- Lo maravilloso es que ellos dicen que “los oían o escuchaban en su propia lengua”, no en la lengua que los Apóstoles hablaban.
RESPUESTA: Cuando se anuncia el Evangelio tenemos que hacerlo en la lengua del que escucha. Es decir: debiéramos proclamar el Evangelio sin necesidad de intérpretes. Cda uno por más que hable hoy muchas de las lenguas universales, como mejor entendemos es cuando se nos anuncia en nuestra lengua, que llamamos materna. Uno sintoniza mejor con su propia lengua. Hasta le saca un sabor distinto, pero hay todavía algo más…

31.- ¿Qué es eso más?
RESPUESTA: Hoy hablamos mucho de inculturación del Evangelio. Los pueblos tienen sus propios esquemas mentales, su propia manera de expresarse. El Evangelio, escrito en arameo o en griego, tiene su propia inculturación. Pero ahora tenemos que expresarlo en la cultura del hombre que nos escucha, en la cultura de sus propias ideas, en la cultura de sus propias inquietudes y necesidades, en la cultura de sus propios valores.

32.- Entiendo, anunciamos el Evangelio no desde nosotros mismos, sino desde el que nos escucha…
RESPUESTA: Es fundamental anunciarlo poniéndonos en la realidad del que escucha. Lo más bello cuando predicamos y anunciamos, no es que alguien diga: ¡Qué bien habló, qué estupendamente habla! Sino que pueda decir: “Hablaba como si me lo estuviese diciendo a mí”. Lo otro es anunciar el Evangelio de una manera inofensiva.

DESPEDIDA: Amigos, el acontecimiento de Pentecostés es también algo que tiene que acontecer hoy. También necesitamos sentir el fuego del Espíritu y lanzarnos a proclamar el Evangelio.

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