Domingo es Fiesta

Santísima Trinidad – C | Fiesta de Dios Padre

“Todo lo que es del Padre es mio”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Juan en el Capítulo 16, versículos del 12 al 15:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

 “Muchas cosas me quedan por decirles, pero ustedes no las pueden comprender por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga y les comunicará lo que está por venir.

Él me glorificará, porque recibirá de los mío y se lo comunicará a ustedes.

Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.

PALABRA DE DIOS

1.- Padre Clemente: La Iglesia celebra hoy la fiesta de la Santísima Trinidad o, simplemente, como usted dice, la fiesta de Dios. ¿El título de trinidad está en la Biblia?
RESPUESTA: No. No está el nombre Trinidad, ese es un nombre que lo asigna la teología, pero sí está el contenido de ese nombre.

2.- Un momento, dice que no está el nombre, pero sí su contenido. ¿Cómo se entiende eso?
RESPUESTA: Muy fácil. En ningún momento leemos que “La Trinidad” haga esto o lo otro, pero sí encontramos a esas tres personas que constituyen la Trinidad.

3.- ¿Podía proponer un texto donde aparezcan esas tres personas como misterio trinitario?
RESPUESTA: Para no ir más lejos lo tienes en el Evangelio que acabas de leer tú mismo. En ese texto de cuántas personas está hablando Jesús. ¿Las quieres encontrar?

4.- Veamos… Primero aparece Jesús que es el que está hablando con los discípulos.
RESPUESTA: Perfecto. Dime la segunda.

5.- La segunda me imagino que es “el Espíritu de la verdad que vendrá…”
RESPUESTA: Bien respondido. Ahora averigua por la tercera que también anda por ahí.

6.- “Todo lo que tiene el Padre”. Entonces, la tercera es el Padre.
RESPUESTA: Ya ves. Jesús no menciona la palabra Trinidad, pero habla de tres personas distintas, por más que luego toda su actividad esté en comunión de unas con otras. El Espíritu Santo hablará de Jesús, de todo aquello que aún no pueden entender. Por otra parte, “hablará de lo que oye”. Todo lo del Padre es de Jesús, como todo lo de Jesús es del Padre. Ahí tienes a Dios expresado trinitariamente, por más que la palabra no aparezca explícita.

7.- Padre, ¿sabemos mucho de Dios? ¿Cuánto sabemos en realidad de Él?
RESPUESTA: De Dios sabemos tanto cuanto Él mismo nos ha dicho de sí mismo. Es decir, sabemos de Dios lo que Jesús nos ha revelado de Él, apenas una lucecita en el espacio. Es como cuando en una noche estrellada miramos al cielo y contemplamos una estrella. Es poquito y es mucho. Lo poco que podamos conocer de Dios será siempre mucho más importante que todo lo que podamos conocer de las cosas.

8.- Padre, ¿cuáles son los rasgos a través de los cuales Dios se revela y se manifiesta a los hombres?
RESPUESTA: Para mí el primer rasgo es que es un Dios abierto siempre a los hombres. Más que lo que pasa dentro del corazón de Dios, nosotros conocemos a Dios por su manifestación para con los hombres. Toda la historia de Dios y la única que conocemos de Él, es su historia con nosotros. Por tanto, es un Dios que está saliendo constantemente de sí mismo. Así podemos decir que la verdadera dimensión de Dios es el amor.

9.- Sin embargo, Padre, nosotros le atribuimos otras realidades. Le llamamos omnipotente, le llamamos todopoderoso, le llamamos omnisciente. Que lo sabe todo, que lo puede todo…
RESPUESTAS: Esas son las categorías o cualidades que le atribuye la filosofía. No dudamos que sea omnipotente, todopoderoso. Sin embargo, Dios cuando nos ha hablado de sí mismo, no nos ha querido abrumar con su poder ni con su grandeza. Al contrario, la revelación nos muestra un Dios débil, compasivo, amoroso, que se humilla hasta hacerse uno de nosotros. Un Dios que camina con los hombres, que se hace historia en nuestra historia.

10.- ¿Se puede decir que Dios es un principio evidente y connatural para nosotros?
RESPUESTA: Nosotros, por la filosofía podemos conocer la existencia de un ser supremo, de un primer principio. Pero con ese conocimiento nunca llegaríamos a descubrir el Dios de la revelación, el Dios amor. Por eso necesitamos siempre de la revelación. El verdadero Dios, no es el que nosotros hacemos, sino el que Jesús nos revela y manifiesta.

11.- Padre, el pueblo de Israel veía a Dios como algo connatural. El Pueblo de Israel no necesita demostrar la existencia de Dios, mientras que nosotros tenemos que comenzar por probar su existencia.
RESPUESTA: Eso es cierto. El Pueblo de Israel era un pueblo que llevaba a Dios en la raíz de su propia historia. Tenía la conciencia de que Dios era parte de ese pueblo, que eran su pueblo, el pueblo de Dios. Nosotros hemos ido perdiendo esa experiencia de Dios hasta el punto, que ahora necesitamos pruebas de su existencia. Por eso las interrogantes del Israel y las nuestras son también distintas.

12.- ¿En qué sentido son distintas? ¿Cuáles son esas preguntas?
RESPUESTA: El Pueblo de Israel no preguntaba si existe Dios…

13.- ¿Qué es lo que preguntaba?
RESPUESTA: El Pueblo de Israel preguntaba dónde está Dios…

14.- ¿Y por qué pregunta por el “donde está Dios”?
RESPUESTA: Porque partía de la experiencia de que Dios estaba metido en el pueblo, con el pueblo y compartiendo la suerte del Pueblo. Cuando sentían que habían sido infieles a ese pacto con Dios, sentían como que Dios los abandonaba y entonces se sentían desamparados. Una de las cosas que a mí más me gusta del Pueblo de Israel es que llevaban como signo de la presencia de Dios con el pueblo el arca de la alianza.

15.- Bueno, también nosotros tenemos los templos, como espacios de la presencia de Dios…
RESPUESTA: Ahí está el problema. Cuando Dios estaba representado en el arca, Dios caminaba con el pueblo, iba a donde iba el pueblo. El pueblo lo llevaba consigo. Pero cuando le hicieron el Templo, Dios como que se sentó en su sillón y ahora ya no era el Dios “caminante en los caminos del Pueblo”, sino un pueblo que tenía que caminar para ir al encuentro con El.

16.- Ese es también nuestro problema hoy…
RESPUESTA: Creo que tenemos dos peligros nosotros de cara a Dios.

17.- ¿Cuáles son?
RESPUESTA: Mandar a Dios al cielo o meterlo en los templos o Iglesias. Es decir, mirar a Dios como alguien lejano, alguien extraño, alguien lejos de nuestras vidas y de nuestra historia.

18.- ¿Y no es así?
RESPUESTA: Cuando Dios se encarnó, tomó un nombre bien bonito y que nosotros usamos muy poco. ¿Recuerdas la palabra de “En-ma-nuel”?

19.- Creo que significa, traducido, “Dios con nosotros…”
RESPUESTA: Exacto. Dios se llama “En-ma-nuel”, es decir “Dios con nosotros”. Si es Dios con nosotros es un Dios que está en nosotros, con nosotros, camina con nosotros y se mete en todo lo que hacemos nosotros. No necesitamos ir a buscarlo y encontrarnos con él, porque él está ya con nosotros y metido con nosotros.

20.- ¿Tendríamos que destruir entonces los templos o Iglesia?
RESPUESTA: Te confieso que tentaciones no me falta. Lo que sucede es que los templos debieran tener otro sentido.

21.- ¿Cuál?
RESPUESTA: Debieran ser no lugares donde él está, sino espacios donde nos reunimos los que creemos en Él, para expresar juntos nuestra fe en él, y juntos alabarle, bendecirle. Que es algo muy distinto.

22.- ¡Entiendo! ¡Y dejar para Dios el gran templo de la vida!
RESPUESTA: ¿Y no te parece más bello regalarle a Dios en gran templo de nuestra vida que ese templo de cuatro paredes? ¿Y no crees que Dios se sentiría mejor en medio de nosotros, en nuestra vida de familia, en nuestra vida de trabajo, compartiendo con nosotros nuestros problemas y dificultades, en nuestra vida de ocio, sí, hasta en nuestra vida de playa?

23.- Oiga, Padre, ¿también Dios en la playa?
RESPUESTA: Anda. ¿También tú eres de los que prefieres que Dios contemple los bikinis desde el cielo y no metido entre la gente de la playa? ¿Por qué la playa ha de ser una realidad extraña a la presencia de Dios?

24.- Padre, ¿no está pensando usted en un Dios demasiado humano?
RESPUESTA: ¿Y no estaremos pensando nosotros en un Dios demasiado divino? Pues mira, Dios nos ha contado y revelado más de su vida con nosotros que de sí mismo allá en el cielo. A Dios le interesamos y nos ama, no desde cuando llegamos al cielo, le interesamos y nos ama desde que nacemos. Estamos llamados a vivir de su presencia y de su amor mucho antes de que nos lleve al cielo.

25.- De todos modos, me parece demasiada confianza meter a Dios en todos nuestros líos…
RESPUESTA: Un momento. ¿Te parece mal ver a Dios en la playa, verdad? Pues, ¿qué te parece ver a Dios en la cocina y entre pucheros? Pues Santa Teresa habla de que Dios “andaba entre los pucheros”. De un Dios playero a un Dios cocinero… Me quedo con el playero.

26.- Entonces, Padre, una inquietud. Si Dios quiere estar tan metido en nuestras vidas, es decir, quiere ser tan familiar para con nosotros, ¿por qué de ordinario le seguimos teniendo tanto miedo?
RESPUESTA: La misma pregunta te hago en el plano de lo humano. ¿Por qué los hijos tienen miedo a sus padres? Es algo ilógico, ¿verdad? Pues lo mismo sucede con Dios. Han tratado de convencernos más de un Dios omnipotente que de un Dios amor. Incluso hemos abusado de Dios para poner miedo en el corazón del hombre. ¡Como si el hombre se moviese más por el miedo que por el amor!

27.- Un cierto miedo también ayuda…
RESPUESTA: Si a alguien le ayuda el miedo, métanle miedo, pues. Pero a mí no me hablen de un “Dios miedo”. Al menos, el Dios que me reveló Jesús es otro: es el Dios amor, el Dios fiesta, el Dios que hace juerga en el cielo por un pecador que se convierte a Él. Es posible que este Dios amor, este Dios que toma su vasito de vino con nosotros, también escandalizó a los fariseos. También ellos preferían el Dios miedo, el Dios castigo, el Dios ley. Jesús murió por defender el Dios buena Noticia.

28.- Padre, si Dios es tan maravilloso, no entiendo por qué la cultura de nuestro tiempo es una cultura tan alérgica a Dios y el hombre se ha insensibilizado frente a Dios.
RESPUESTA: Yo tengo mis serias dudas. ¿Será que el hombre de hoy es insensible ante la verdad de Dios, o no será que es insensible a ese Dios que le hemos ofrecido nosotros, más obra de nuestras ideas filosóficas y teológicas, que fruto de la revelación de Jesús?

29.- ¿Está usted diciendo que el ateísmo moderno es un falso ateísmo?
RESPUESTA: Yo no sé si es falso o verdadero ateísmo, pero tengo la gran sospecha que en el fondo a quien rechaza no es propiamente a Dios, sino el Dios que nosotros hemos tratado de venderle. Y esto sí es un grave problema para cuantos tenemos la misión de revelar a Dios al hombre. No basta hablarle de Dios. Antes de hablarle de Dios tendríamos que preguntarnos a nosotros mismos de qué Dios le voy a hablar, cómo voy a hablar de Él y que le voy a decir de Él.

30.- Creo que estas preguntas tienen validez para todos porque, de alguna manera, todos estamos siendo testigos de Dios ante los hombres.
RESPUESTA: Comenzando por los padres porque los hijos llegan a escuchar al sacerdote, ya traen una imagen de Dios retransmitida por los padres. La imagen de un Dios que los va a castigar si no se portan bien…

31.- A propósito, Padre, hoy se escribe y se habla mucho de que se está perdiendo la cadena de retransmisión de la fe en Dios. ¿Cómo ve usted este problema?
RESPUESTA: Es cierto. Hasta ahora, teníamos una familia capaz de retransmitir la fe de padres a hijos. Hoy también la familia vive una profunda crisis de fe. Por tanto, esa cadena retransmisora tiene vacíos. Y esos vacíos son difíciles de llenar después. Por más que la fe, siempre será un don de Dios y la respuesta personal es de cada uno.

32.- Sin embargo, Padre, yo siento que uno de los problemas del hombre actual en relación con Dios es que Dios no responde ni le soluciona sus problemas.
RESPUESTA: Ni se los va a solucionar. Se trata de una deformación de Dios. Para muchos Dios tiene que tener una “oficina de empleos” para dar trabajo a todos, tiene que tener una “clínica donde impida toda enfermedad”, e incluso Dios debe pasarnos a escondidas el examen de ingreso para que aprobemos. Y claro como Dios no es nada de eso, terminamos por armarle un lío.

33.- ¿Usted cree que este ateísmo moderno de la indiferencia, de la insensibilidad para con Dios, será como una ola que pase?
RESPUESTA: Mientras el corazón del hombre siga siendo lo que es, el hombre tarde o temprano seguirá sintiendo la necesidad de Dios. Puede que una nube lo oscurezca, pero tú sabes que las nubes son pasajeras. Hay una realidad fundamental en tu corazón y en el mío: Dios es necesario al corazón del hombre. Lo cual no nos dispensa de que nosotros revisemos el Dios de nuestra fe. Por ejemplo, ¿sabías que a Dios le gustan los helados?

34.- Francamente hasta ahí no llega mi fe…
RESPUESTA: Pues mira. Una mamá guardó dos helados en el frigidaire. Se fue a jugar al tenis. Así al regreso pudiera refrescarse, pero antes que ella llegó de la escuela el hijo chiquito. También quiso refrescarse. Fue al frigidaire vio los helados y se los comió. Cuando llegó la mamá se encontró sin helados. “¿Quién comió mis helados?” “Yo”, respondió el chiquito. ¿Y no te diste cuenta de que Dios te estaba mirando? Claro. Y no te dijo nada. ¡Sí! Como eran dos le ofrecí uno a Dios, y me contestó: “Mira, me encantan los helados, pero come tú el tuyo y yo te regalo el mío”. ¡Me quedo con el Dios a quien le encantan los helados!

DESPEDIDA: Bueno, si tenéis helados no los dejéis por ahí, puede que Dios abra el frigidaire y se los coma con los niños pequeños, aunque vosotros les riñáis luego.

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