“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Mateo en el Capítulo 16, versículos del 13 al 20:
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
“¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?”.
Ellos contestaron: “Unos, que Juan el Bautista. Otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”.
Él les preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”.
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le respondió: “¡Dichoso tú Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”. Ahora te digo yo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”. Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
PALABRA DE DIOS.
1.- ¿Es examen de ingreso o examen de graduación? Porque, hasta donde percibo yo las cosas, hoy se trata de un Evangelio de examen…
RESPUESTA: Pues yo diría que sí es un día de examen. Ahora, si es un examen de ingreso o de graduación ya no me siento tan seguro. Más bien diría que se trata de un examen permanente que los cristianos tendremos que hacernos.
2.- Padre Clemente, para todo se requiere un examen previo. Menos para ser cristiano. Uno se puede hacer cristiano sin tener que pasar por un verdadero examen.
RESPUESTA: No estoy conforme contigo. De hecho, cuando nos bautizamos hay un examen previo, sólo que, tratándose del bautismo de niños, responden por él los padres.
3.- ¿Y no le parece curioso ese examen? El que se va hacer cristiano es el niño. El no responde, responden por él otros… ¿Alguien entraría así a una oficina? El hijo es el que postula, pero quienes responden son sus padres o sus amigos o simplemente gente contratada.
RESPUESTA: Yo entiendo tu inquietud. Pero, ¿qué respuestas puede dar un niño que todavía no tiene uso de razón? Y claro, comprendo lo que tú dices… Al fin y al cabo, los padres están respondiendo por otro y siempre es más fácil responder por los demás que por uno mismo.
4.- Pero aquí Jesús quiere respuestas personales. Al fin y al cabo, nadie puede seguirle por otro. Aquí cada uno es responsable de seguirle o no…
RESPUESTA: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Ante Dios nadie puede responder por otro. En el caso del Bautismo, los padres, a lo más que pueden responder, es que ellos quieren que su hijo sea cristiano y que ellos se comprometen a educarlo en la fe. Pero la verdadera decisión será siempre del hijo, al menos cuando llegue a la madurez para asumir decisiones.
5.- Jesús hace dos tipos de preguntas. Una es genérica: ¿Qué piensa o qué dice la gente sobre él? Y la otra es ya más personalizada: “Y vosotros quién decís que soy yo?” Dos preguntas bien dispares.
RESPUESTA: Dos preguntas bien dispares, pero las dos con una cierta relación. La primera les plantea a los discípulos una especie de examen social, comunitario. Los discípulos no pueden ser ajenos a lo que el mundo dice y piensa de Dios. Y, la segunda, ya es comprometedora personalmente.
6.- En realidad, qué quería Jesús: ¿Saber lo que pensaba la gente o saber lo que pensaban ellos?
RESPUESTA: Yo creo que las dos cosas. Creo que es una manera de enfrentarse Jesús consigo mismo y cuestionarse hasta donde su palabra y su vida está llegando a la gente. Un cuestionarse Jesús frente a la conciencia de aquellos que le seguían más de cerca.
7.- ¿Las preguntas de Jesús son una simple curiosidad o se trata de algo importante?
RESPUESTA: Las preguntas de Jesús implican algo más que una simple curiosidad. Tú crees que es una simple curiosidad el preguntarnos hoy nosotros, como Iglesia, ¿qué piensa hoy el mundo sobre Dios? ¿Qué significa hoy Dios para el hombre moderno? Yo creo que estaríamos planteando la pregunta radical sobre la fe o el ateísmo.
8.- ¿Cuál de las dos preguntas cree usted que es más importante?
RESPUESTA: Las dos me parecen interesantes porque para Jesús, tan importante es saber qué se piensa hoy socialmente sobre Él, como el saber qué piensan sus amigos, los que le siguen como discípulos. Jesús vino para todos, no para un grupito particular. Jesús no se encarnó para una élite de amigos, se encarnó para el mundo entero. Entonces para el cristiano, para ti y para mí, es importante lo que tú y yo pensamos de Él. Pero eso es poco. ¿Los demás qué estarán pensando?
9.- ¿Es una pregunta circunstancial para aquel entonces, o se trata de preguntas que siguen teniendo vigencia también hoy?
RESPUESTA: Para mí se trata de preguntas que hoy tienen la misma validez que en aquel momento en que Jesús las hace.
10.- ¿Está usted diciendo que Jesús también nos pregunta a nosotros, a la Iglesia, ¿qué se piensa de Dios hoy en nuestra sociedad?
RESPUESTA: Yo me atrevería a decir que hoy Jesús está cuestionando fuertemente a la Iglesia, cuestionándola y preguntándole: “Iglesia, dime, ¿qué se dice de Dios hoy en tu entorno? ¿Qué se dice y se piensa en la cultura moderna de mí?”.
11.- Con ese criterio, Padre, Jesús tiene una serie de preguntas hoy para el cristiano y para la Iglesia… Por ejemplo, ¿no le preguntará hoy a la Iglesia, por qué hoy se da ese ateismo de la insensibilidad hacia Dios? ¿Por qué el hombre de hoy vive sin necesidad de Dios? ¿Por qué tantos están dejando la Iglesia y se están pasando a otros movimientos filosóficos y espiritualistas?
RESPUESTA: Pues todas esas son preguntas que Dios nos hace a nosotros hoy. Nos basta que nosotros creamos. ¿Por qué no creen los demás? ¿Por qué hoy tanta gente vive marginal a la experiencia de Dios?
12.- ¿Tendrá la Iglesia respuestas acertadas? ¿Realmente conoce la Iglesia la verdad del ateísmo cultural de hoy?
RESPUESTA: Debiera tenerlas. Yo creo que sí existe una reflexión seria hoy sobre estos problemas. Hoy conocemos mucho mejor las raíces del ateismo moderno que hace muchos años. Lo que no sé si esto se ha convertido para todos nosotros en una preocupación o en un simple dato de información.
13.- ¿En qué sentido dice usted que el problema del ateísmo moderno pudiera no pasar de un simple dato de información?
RESPUESTA: Cuando hablamos de Iglesia, todos generalizamos. ¿Por qué no hablamos un lenguaje más personalizado? Fácilmente decimos ¿qué hace la Iglesia? Pero sería mejor si el problema lo personalizamos más y decimos: ¿Qué hago yo frente a los que dicen no creer, o tienen una falsa idea de Dios y del Evangelio? ¿Qué culpa tengo yo de que el hombre de hoy sufra una especie de anestesia religiosa en relación a Dios?
14.- ¿Si le hago una pregunta personal, usted me la respondería?
RESPUESTA: Hasta donde lleguen mis posibilidades, cierto que te responderé.
15.- ¿Usted podría decirme qué se piensa hoy, en nuestra cultura y en nuestra sociedad sobre Dios?
RESPUESTA: Yo tengo la impresión de que el hombre de hoy no es tan irreligioso como pareciera. Es cierto que uno tiene la impresión de que la sensibilidad religiosa como que se ha anestesiado un poco. Sin embargo, en el fondo de su corazón, el hombre de hoy no es tan alérgico como pareciera a la experiencia de Dios. Más bien, yo creo que el hombre de hoy tiene demasiadas ideas deformadas de Dios y que cuando rechaza a Dios, no es a Dios a quien rechaza, sino al Dios que nosotros le ofrecemos.
16.- Oiga, Padre, esto me parece más grave porque estaríamos diciendo que la culpa de esa apatía religiosa la estamos teniendo nosotros… ¿No le parece demasiado fuerte?
RESPUESTA: Siento tu extrañeza, pero el Concilio Vaticano II tuvo la honestidad y la sinceridad de reconocer que tampoco nosotros somos inocentes frente al ateísmo del hombre de hoy.
17.- ¿Se puede saber lo que dice el Concilio sobre el particular?
RESPUESTA: Presiento que no has leído el número 19 de la Constitución “Iglesia y mundo actual”, conocida como la “Gaudium et Spes” (El gozo y la esperanza).
18.- Para qué engañarle. Si lo he leído, no recuerdo nada…
RESPUESTA: En primer lugar, los padres conciliares parten de que la génesis del ateísmo tiene una serie de raíces y procesos. El texto es muy largo, por eso me quedo con su parte final: “Por eso, en esta génesis del ateísmo, puede muy bien suceder que una parte no pequeña de la responsabilidad cargue sobre los creyentes, en cuanto que, por el descuido en educar su fe o por una exposición deficiente de la doctrina o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social, en vez de revelar el rostro auténtico de Dios y de la religión, se ha de decir que más bien lo velan”. (GS. N.19)
19.- Una confesión bien dura.
RESPUESTA: Dura, pero honesta y que es toda una llamada a cada uno de nosotros. No somos los únicos responsables, hay otros muchos. No todos precisamente de carácter religioso… No. No le carguemos todo a la Iglesia.
20.- Si no es una molestia, ¿pudiera darnos algunas pistas de otros muchos culpables del ateísmo?
RESPUESTA: Te las pongo en síntesis: los que niegan de frente a Dios, los que niegan al hombre la capacidad de conocer a Dios. Los que exaltan al hombre por encima de Dios, los que expresan un Dios que se parece muy poco al del Evangelio. Además, hay uno que cuestiona a todos: “El ateísmo, además, procede, no pocas veces, de una violenta protesta contra el mal que existe en el mundo, o también de la característica de absoluto, indebidamente concedida a ciertos bienes humanos, que vienen a ser sucedáneos de Dios”.
21.- Sin embargo, usted decía que, a pesar de todo, Dios todavía goza de buena salud en el corazón del hombre de hoy…
RESPUESTA: Yo creo que sí existe mucha insensibilida, pero también estoy convencido de que cuando al hombre le presentas el Dios de Jesús, no el Dios de la ley, sino el Dios del amor, el hombre demuestra otra sensibilidad. Yo pienso que mucho de nuestro ateísmo es bien superficial. Muchos dicen que no, pero en el fondo, sienten una profunda necesidad de Él. Esa es, al menos, mi propia experiencia personal. Por eso yo sigo creyendo en el corazón del hombre. Es posible que mucha fe sea muy a flor de piel, pero también mucho ateísmo.
22.- Lo que no se imaginaban los discípulos era que les preguntase directamente a ellos. Esto debió tomarles como de sorpresa.
RESPUESTA: Claro que siempre es más fácil ver las cosas en el otro que en uno mismo. Siempre es más fácil ver el ateísmo de los otros que el ateísmo que cada uno lleva en el corazón.
23.- Por otra parte, uno siente que es una pregunta lógica…
RESPUESTA: El discípulo de Jesús, el creyente en Jesús, tiene que tener ojos para ver las actitudes y comportamientos de los demás para con Él. Sobre todo, está llamado a cuestionarse a sí mismo. Y aquí la pregunta es seria: “¿Y yo quién soy para vosotros?”.
24.- Para saber lo que piensan los demás bastaría contratar a una de esas empresas encuestadoras…
RESPUESTA: Pero para saber qué es Dios para mí, sólo yo podré responderme. Porque sólo yo soy testigo de mis sentimientos y de mi experiencia. Sólo yo sé qué significa Dios para mí en mi vida.
25.- ¿Por qué esta pregunta tan directa a los suyos? ¿No le estaban siguiendo todos los días?
RESPUESTA: A Jesús se le puede seguir por muchos motivos. No siempre motivos precisamente de fe. Hay otros motivos y otros intereses. Cuando leo este Evangelio, me suelo cuestionar. Aquí respondió Pedro por los doce. ¿Qué respondería Judas si se le preguntase a él personalmente?
26.- Pero tenía que haber alguna razón especial para personalizar la pregunta en ellos…
RESPUESTA: Ellos eran los que le seguían y estaban destinados a ser luego los encargados de anunciar el Evangelio al resto del mundo. ¿Cómo anunciar el Evangelio si ellos no estaban plenamente convencidos de Él?
27.- Digamos que quien no lo vive a fondo, mejor se calla…
RESPUESTA: Para anunciar a Dios a los hombres nadie debiera callarse, todos debiéramos hablar. Pero no es suficiente hablar de Dios, hay que testimoniarlo en la propia vida. Y este es uno de los problemas serios que todos tenemos. En la edad media se decía: “Entregar a los demás lo que previamente hemos contemplado”. Yo lo traduciría hoy de esta manera: “Hablar de lo que vivimos, hacer creíble lo que decimos, con el testimonio de nuestras vidas”.
28.- El problema, Padre, es que aquí, quien hace la pregunta es el mismo Jesús.
RESPUESTA: Y no solo es el mismo Jesús, sino que además Él mismo se hace objeto de la pregunta: ¿qué decís vosotros sobre mí? ¿quién soy yo para vosotros? ¿qué significo yo en vuestra vida? Las maneras de preguntar son válidas; sin embargo, pienso que la que más se interioriza es la última.
29.- ¿Por qué la última?
RESPUESTA: Porque Jesús no pregunta sobre “qué idea tenemos de Él”, “qué pensamos o conocemos de Él”. Jesús va mucho más al fondo: ¿Qué significo yo en el modo de vivir vosotros vuestra vida?
30.- ¿Quiere esto decir que uno puede tener bonitas ideas sobre Jesús y, sin embargo, vivir una vida sin el sentido de Jesús?
RESPUESTA: Ese es el verdadero problema. Aquí se trata de saber cómo actúa Jesús en nuestra vida, cómo vivimos nuestra vida desde el sentido que le marca Jesús. Se puede saber mucho de Dios y vivir de un modo ateo. ¿Influye Dios en la dirección de vida?
31.- Amigos, hoy vamos a tener que pasar por el examen de Jesús. No es suficiente que nosotros digamos: “Yo soy buen cristiano”. Ahora tendríamos que devolverle la pregunta a Jesús y preguntarle: “Oye, Señor, ¿y tú cómo nos ves a nosotros? ¿Realmente nos ves como verdaderos seguidores tuyos?”.
DESPEDIDA: Sí, amigos, ¿qué le respondemos a Jesús cuando nos pregunta sobre Él? ¿Qué nos responderá Él cuando le preguntamos cómo nos está viendo?”.