“Verdaderamente este hombre
era hijo de Dios”
Proclamamos el Santo Evangelio de la Pasión de Jesucristo según san Marcos 15,1-38. Hacemos una lectura abreviada:
Los que pasaban lo injuriaban, haciendo muecas y diciendo: “¡Eh, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz!”.
C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo: “A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos”.
También los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente: “Eloí, Eloí, lamá sabaktaní”.
Que significa: “Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado?”.
Algunos de los presentes, al oírlo, decían: “Mira, está llamando a Elías”.
Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo: “Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo”.
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”.
PALABRA DE DIOS.
Palabras de Clemente: Cuando uno lee la Historia de la Pasión de Jesús, lo primero que se pregunta es: ¿Qué hace Dios en la Cruz? No hace nada porque no puede hacer nada. Manos y pies clavados ¿qué quieren que haga Dios? Pero el problema no es “qué hace” sino, algo mucho más profundo, qué significa un Dios en la Cruz. Demasiadas cosas.
La primera: Todo un cambio de mentalidad sobre Dios. Contemplando a Dios colgado de la Cruz, se nos rompen y quiebran todas esas imágenes que nosotros tenemos sobre Dios. Se caen todas nuestras imágenes de Dios, tanto la imagen que tenemos de Él los creyentes como también de los que dicen no creer en Él. Porque, en realidad, la Cruz es la negación de Dios o, mejor, es el “escándalo de Dios”. Nuestra razón humana, nuestra filosofía, ¿puede concebir un Dios colgado de la Cruz y muriendo impotente en una Cruz? Para la filosofía la Cruz es la negación de Dios. Sin embargo, para la fe, para el creyente, es la mejor afirmación de Dios porque se revela mucho mejor en todo aquello que humanamente pareciera negarlo, comenzando por su misma encarnación. ¿Qué hace Dios en un pesebre?
La segunda: ¿Qué hace Dios en la Cruz? Pues sencillamente demostrar que el mejor camino de revelación de sí mismo será siempre la configuración y el amor a los débiles, a los marginados, a los pobres e indefensos porque ¿qué otra cosa que es un Dios crucificado que un Dios que no solo asume nuestra naturaleza humana, sino que se identifica con lo más débil de lo humano, con la impotencia de lo humano, frente al poder de los poderosos?
La tercera: Que Dios no es el que se manifiesta haciendo milagros, sino mostrándose débil e impotente. Además con un enorme respeto a la libertad del hombre que es capaz de dar muerte al mismísimo Dios y que, a pesar de todo, no acude a su omnipotencia, sino que prefiere la debilidad del amor. Por eso, cuando le pedimos ciertos milagros y Dios no los hace y nosotros nos cabreamos con Él, es que no hemos comprendido a Dios. ¿Acaso Dios no amaba a su Hijo? Sin embargo, ¿qué hizo para que los poderes religiosos y políticos no lo matasen? ¿De qué me quejo entonces yo cuando digo que Dios no me ama porque no me hace caso? La Cruz que parece la negación de Dios, se convierte en su mayor revelación porque, en vez de un Dios cuyo poder he de temer, se manifiesta como un Dios débil como yo y que es capaz de compartir mi propio sufrimiento, por más que yo no lo entienda.
1.- ¿En qué quedamos? Hablamos del Domingo de Ramos y luego leemos la historia de la Pasión de Jesús.
RESPUESTA: Lo de los Ramos no es más que una celebración de la Palabra previa a la Misa, pero toda la Liturgia es de Domingo de Ramos en la Pasión de Jesucristo, es liturgia de la Pasión.
2.- Padre, usted comenzó con una pregunta bien sugerente y cuestionadora que creo todos llevamos dentro de nosotros: “¿Qué hace Dios en una Cruz?”.
RESPUESTA: Estamos tan acostumbrados a ver a Dios en la Cruz que ya pareciera que nos parece lo más normal. Si pensamos un poco, uno se pregunta: ¡¿Un Dios en la Cruz?! ¿No parece todo esto una contradicción? Sin embargo, el Dios de la Cruz es todo un cuestionamiento a todos nuestros esquemas mentales.
3.- ¿En qué sentido es un cuestionamiento a todos nuestros esquemas mentales?
RESPUESTA: Sencillamente porque rompe todas nuestras ideas sobre Dios. Estamos acostumbrados a un Dios omnipotente que lo puede todo y ahora Él se nos revela como el Dios débil, el Dios capaz de sufrir y capaz de identificarse con todo el mundo de sufrimiento.
4.- La Cruz más bien pareciera la negación de Dios.
RESPUESTA: Es la negación del Dios que nosotros pensamos, pero que es la afirmación de la verdad de Dios. Dios no se revela en el poder, sino en la debilidad del amor.
5.- ¿Cómo revela aquí Dios su no omnipotencia?
RESPUESTA: ¿Acaso Dios no podría bajar a Jesús de la Cruz como piden los que pasan a su lado burlándose de Él? “Que se salve a sí mismo bajando de la cruz”. Todo el mundo se siente con derecho a reírse de Él, a tomarle el pelo, a burlarse. Sin embargo, Dios no lo baja de la cruz.
6.- No lo baja, pero podía bajarlo…
RESPUESTA: Podía bajarlo, pero no puede. Dios respeta la libertad de los hombres, incluso si con ella dan muerte a su Hijo. Además, Dios no vino a revelar su poder omnipotente, sino que se encarnó para revelar su amor en la debilidad. No vino para aplastar el poder de los hombres con su omnipotencia, sino a configurarse con ellos en la debilidad.
7.- ¿Por qué dice usted que así rompe nuestros esquemas mentales sobre él?
RESPUESTA: Porque nosotros seguimos pensando más en el poder de Dios que en el amor de Dios. En el Dios omnipotente que en el Dios amor. Aún no logramos en nuestra vida de fe comprender la debilidad de Dios, también cuando se trata de ayudarnos a nosotros. Pensamos que Dios puede y debiera solucionar todos nuestros problemas. Y la realidad nos dice que no los soluciona.
8.- ¿No sería más útil para nosotros un Dios que pudiera solucionar todos nuestros problemas?
RESPUESTA: Con ello me estás diciendo que para nosotros es más útil el poder que el amor. Este es nuestro sistema de pensar y también nuestro sistema de vida. Hay una frase que a mí siempre me ha chocado: “Armarse para la paz”. Todos nos armamos no para la paz, sino para la guerra. Para la paz las mejores armas son el amor de todos. Las armas son para la guerra.
9.- Cuando Pedro quiso dar cara por Él en el Huerto, Jesús le reprendió. Y ahora que se siente abandonado de todos, Dios tampoco quiere dar cara por Él.
RESPUESTA: Dios quiere cambiar el sistema. Dentro del sistema de los hombres los que más pueden son siempre los que ganan. En cambio, los débiles son siempre los que pierden, los pisoteados y aplastados. Dios quiere cambiar el sistema del poder por el sistema del amor en la debilidad.
10.- Con esto, Padre, la Cruz nos presenta un Dios totalmente distinto al que la inmensa mayoría de nosotros tenemos.
RESPUESTA: Por eso mismo decía el pasado domingo que Jesús no quiso recibir a aquellos griegos que “pedían verle” y Él los remitió a la Cruz. “Cuando el Hijo del Hombre se levantado sobre la tierra entonces atraeré a todos hacia mí”. Pedro quería un Jesús con poder y Jesús lo llama Satanás. Si queremos conocer de verdad a Dios, todos estamos llamados a ponernos al pie de la cruz, levantar los ojos y contemplar al que cuelga del madero.
11.- ¿Cuál es lo primero que contemplamos al pie de la cruz?
RESPUESTA: Mientras los hombres de la ley, sacerdotes, escribas y letrados ven el éxito de sus gestiones, el Centurión Romano contempla a Dios y hace un acto de fe en él. “Realmente este hombre era Hijo de Dios”. Esto es también lo primero que debiéramos contemplar nosotros.
12.- ¿Pero qué tipo o estilo de Dios estamos llamados a contemplar en la Cruz?
RESPUESTA: Al único Dios de verdad. Al Dios amor y al Dios que se solidariza e identifica con el hombre hasta las últimas consecuencias.
13.- El Dios amor… ¿Cómo aparece en la Cruz el amor? En la Cruz más bien vemos el poder de los hombres sobre Dios capaces de crucificarle.
RESPUESTA: Si vemos a Dios en la cruz desde los hombres, entonces vemos el éxito del poder humano. Si vemos a Dios, no desde los hombres, sino desde Dios mismo, entonces contemplamos al que es capaz de entregarse y dar su vida por nosotros. Y eso se llama amor. Nadie ama más que aquel que da la vida por los demás.
14.- ¿Estamos diciendo que la Cruz nos revela la verdad más honda de Dios?
RESPUESTA: La esencia de Dios es el amor. Dios es amor. Su ser es amor y amar. Al entregarse por nosotros hasta la muerte nos está revelando que Dios manifiesta su poder en el amor y la misericordia. Si no descubrimos el amor en la cruz, ¿dónde esperamos descubrirlo?
15.- Usted insistía en el hecho de que, en la Cruz, Dios se identifica con los débiles del mundo, los aplastados del mundo.
RESPUESTA: Dios llega a la plenitud de su Encarnación asumiendo no solo nuestra naturaleza humana, sino también nuestra condición de debilidad y flaqueza. Dios se identifica con los débiles del mundo, no con los poderosos.
16.- En vez de liberarnos de nuestros sufrimientos los comparte con nosotros.
RESPUESTA: Dios no es un ser útil. Nosotros valoramos las cosas por su utilidad. Dios se manifiesta en la inutilidad. Pero hace la experiencia de nuestros sufrimientos, para darnos fuerza para ser más que nuestros problemas y dificultades. Esto es lo que, con frecuencia, no logramos entender. Por eso el misterio de la Cruz debiera ser la experiencia espiritual de cada día. Dios no me solucionará mi enfermedad, pero me hará fuerte para ser más que mi enfermedad.
17.- Padre, usted también decía que la mejor manera de comprender a Dios en la Cruz era compartir también nosotros con los débiles, los aplastados.
RESPUESTA: La mejor manera de comprender el sentido del Dios de la Cruz es compartir sus mismos sentimientos y actitudes. Porque es sentir el sufrimiento de los otros, y compartirlo. Es solidarizarnos con el que sufre, con el débil y de alguna manera hacernos uno con él.
18.- Entiendo que, vista así la Cruz y Dios en ella, uno no puede quedarse simplemente indiferente.
RESPUESTA: Te pongo una imagen que la tomo de José Luis Martín Descalzo. Mientras Jesús sufre la agonía de la muerte, los soldados mataban el tiempo jugando a las tabas o dados. Es tremendo estar junto al que sufre y matar nuestro tiempo jugando a los dados o a las cartas. El Crucificado no nos deja indiferentes ni de cara a Dios ni de cara a los hombres.
19.- Quiero me saque de una duda. Diera la impresión de que los Evangelios quieren cargar toda la culpa a los jefes religiosos y de alguna manera limpiar un tanto el rostro de Pilato que, al fin fue él quien lo condenó a muerte.
RESPUESTA: Creo que los Evangelios recargan demasiado las tintas sobre la culpabilidad de los jefes religiosos y en cambio, tratan con mayor benignidad al Gobernador. Y esto, como comentan algunos, tiene una razón.
20.- ¿Qué razón puede haber para uno y no para los otros?
RESPUESTA: No era fácil anunciar un Evangelio al mundo pagano y romano, haciéndole culpable de la muerte de aquel a quien anuncian.
21.- Y estos jefes religiosos ¿eran tan malos como aparentan?
RESPUESTA: Yo creo que tenemos que ser mucho más serenos y realistas. Es preciso ponernos en su lugar. Tenemos que reconocer que Jesús era todo un riesgo y un peligro para ellos. Anunciar la destrucción del Templo y anunciar y nuevo Reino, era de alguna manera crearles situaciones peligrosas ante el dominador romano que entendía poco de consideraciones piadosas.
22.- Lo curioso es que, ante el tribunal religioso, Jesús es condenado como falso profeta y por declararse Hijo de Dios, pero ante Pilato todo gira en torno al Reino.
RESPUESTA: Evidente. A Pilato le importaba poco si Jesús era profeta verdadero o falso. Pero sí tenía que remecerle el anuncio de un nuevo reino.
23.- De cara a la Semana Santa cuál sería su consejo a nuestros oyentes.
RESPUESTA: Que miren mucho a la Cruz y al Crucificado. No para quedarse en piadosas consideraciones, sino para descubrir ahí el nuevo rostro de Dios y el nuevo rostro del hombre. Y que ahí podamos todos descubrir que la Cruz y el Crucificado son el verdadero poder y la verdadera sabiduría de Dios. El verdadero poder de Dios es la gratuidad del amor y la verdadera sabiduría porque descubrimos una manera nueva de verle, de vernos y de ver al mundo.
DESPEDIDA: Amigos nos espera una gran semana de reflexión, de meditación e interiorización. Que descubramos el nuevo rostro de Dios y el nuevo rostro del hombre.