“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”.
Proclamamos el Santo Evangelio de Jesucristo según San Juan en el capítulo 1, versículos del 1 al 5 y del 9 al 14. Dice así:
En el principio ya existía la Palabra. Y la Palabra estaba junto a Dios. Y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida. Y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
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La Palabra era la luz verdadera que alumbra a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba: el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único de Dios, lleno de gracia y de verdad.
PALABRA DE DIOS.
Palabras de Clemente: Queridos amigos, ¡Felices Navidades a todos! Feliz Navidad a los niños. Feliz Navidad a los jóvenes. Feliz Navidad a los ancianos. Feliz Navidad a los esposos. Feliz Navidad a los padres de familia. Feliz Navidad a los hijos. Es la Navidad de todos y para todos. Es la Navidad de los que todavía creen en la vida y creen en los hombres.
1.- ¡Y llegó ya la Navidad!
RESPUESTA: Ya es Navidad. Ya está con nosotros. Ya Dios es uno de nosotros.
2.- Padre, usted saludo a todo el mundo, yo en nombre de todos quiero saludarle a usted y en su nombre a todos los sacerdotes que cada día hacen posible la Navidad en medio de nosotros.
RESPUESTA: Gracias, Miguel Humberto y en tu nombre a todos los periodistas que, de alguna manera también vosotros sois una especie de Navidad cada día.
3.- ¿También los periodistas somos Navidad cada día?
RESPUESTA: ¿No es, acaso la Navidad, la Buena Noticia de Dios al hombre? Y ustedes cada día nos hacen amanecer con las noticias de los hombres…
4.- Padre, el relato de Juan sobre el nacimiento de Jesús es totalmente distinto al que nos ofrecen Mateo y Lucas, ¿por qué?
RESPUESTA: Yo no diría que es tan distinto. Mateo y Lucas narran los hechos. Juan los interpreta. Juan más que decirnos cómo fue el nacimiento de Jesús, nos describe la verdad de ese nacimiento.
5.- Además, es curioso, en ningún momento Juan llama por su nombre a Jesús. Más bien lo llama Palabra. ¿No le resulta extraño?
RESPUESTA: Cuando el ángel le dice tanto a María como a José “y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su Pueblo”. Es decir, el Jesús de Mateo y Lucas es el que “va a salvarnos”.
6.- ¿Y el de Juan?
RESPUESTA: Juan le da el nombre de Palabra indicando una faceta fundamental de la salvación: “Palabra o comunicación de Dios con el hombre”. Con ello nos revela una de las notas más bellas de Dios. Es la superación de los dioses paganos griegos, Dioses que vivían incomunicados, distanciados, lejanos de los hombres. Dioses que no se podían contaminar con la realidad humana.
7.- ¿Y el Dios Palabra?
RESPUESTA: Si te fijas bien en el texto que has leído y proclamado, el Dios de la Navidad es un Dios metido hasta en la entraña misma de lo humano. Es el Dios que comienza por ser el creador, el que amasa entre sus manos la creación entera. Manos divinas manchadas por el barro de lo humano. Luego, es un Dios Palabra, un Dios que habla con el hombre, que charla con el hombre, que se comunica al hombre. Un Dios que habla con el hombre y un hombre que habla con Dios.
8.- ¿Cuál de las expresiones le gusta más a usted, la de Dios Palabra o la de Dios Jesús?
RESPUESTA: Yo diría que no hay diferencia. Porque si Jesús es el que salva a su pueblo, lo salva hablando y anunciando la Salvación. Y si Jesús es Palabra es comunicación, relación interpersonal entre Dios y el hombre, que es también salvación.
9.- Bueno. Pero, aunque digan lo mismo entre Jesús y Palabra, ¿cuál le va mejor?
RESPUESTA: Lo de Jesús me gusta. Lo de Dios Palabra me resulta sumamente interesante y, de hecho, nosotros constantemente decimos: “Palabra de Dios”.
10.- ¿Por qué le gusta lo de Dios Palabra?
RESPUESTA: Por las mismas características que le asigna aquí Juan en este Evangelio. Fíjate. La Palabra es dinámica, creadora. La Palabra es vida. La Palabra es luz. Y la Palabra es principio de la nueva creación.
11.- Dios crea por la Palabra. Una manera fácil de hacer las cosas, ¿no le parece?
RESPUESTA: Más que manera fácil de hacer las cosas, preferiría decir: “¡Qué poder el de la Palabra de Dios!”. “¡Qué fuerza la de su Palabra!”. Una Palabra capaz de crear las cosas y al hombre mismo. Una Palabra capaz de “hacer de los hombres hijos de Dios”.
12.- Que vendría a ser como la otra Navidad, la Navidad de los hombres.
RESPUESTA: Efectivamente, yo pienso que hay dos estilos de Navidad: La Navidad que celebramos hoy, que es la Navidad de Dios hecho hombre, Dios con el hombre; y la Navidad nuestra, cuando nosotros nos hacemos hijos de Dios. Los hombres con Dios. También esa es una linda Navidad.
13.- La Navidad descendente de Dios y la Navidad ascendente del hombre.
RESPUESTA: La Navidad de Dios camino del hombre y la Navidad del hombre camino de Dios. La Navidad de Dios camino del hombre es la Navidad que nosotros celebramos y la Navidad del camino del hombre a Dios, que es la que celebran en el cielo y la debiéramos celebrar también nosotros.
14.- Y esta Palabra es vida. La Palabra de Dios siempre anuncia vida, engendra vida. ¡Bella imagen de las relaciones de Dios y el hombre!
RESPUESTA: Cuando Dios habla nunca es para condenar. La Palabra de Dios nace del corazón y del amor de Dios. Por eso, es una Palabra cargada de vida, es siempre una Palabra salvadora, una palabra que abre siempre a la esperanza.
15.- Igualito que cuando nosotros hablamos, ¿verdad?
RESPUESTA: ¿Te das cuenta de la cantidad de palabras que nosotros hablamos cada día? ¿Cuántas de ellas llevan vida a los demás? ¿Cuántas de nuestras palabras engendran vida, esperanza, ilusión en los demás? La Palabra de Dios es siempre portadora de vida, las nuestras llevan demasiada carga de muerte. Sin embargo, cuánta vida despiertan también nuestras palabras: “Te quiero, te amo, te perdono, ten ánimo, ten fe, ten confianza, levántate, tengo fe en ti, me fío de ti, confío en ti”. También las que nos hemos dicho esta noche y esta mañana: “Feliz Navidad, feliz día, saludos a todos y para todos”.
16.- Pero tendría que haber más Navidades al año para hablar así…
RESPUESTA: La Navidad de Belén la armó Dios, pero nosotros podemos armar Navidades todos los días, porque todos los días podemos ser palabra de bondad para con los demás. Todos los días nosotros podemos ser buena noticia para los demás. Todos los días nos podemos decir “te amo”. Todos los días nos podemos sonreír. Todos los días nos podemos regalar un abrazo, que es también una manera de hablarnos.
17.-Sin embargo, Padre, hay unos detalles y unos rasgos en este Evangelio de Juan que suenan a los relatos de Mateo y Lucas. Estos dicen que María y José no encontraron lugar para pasar la noche, para ellos no hubo espacio. En el fondo, fueron rechazados como inmigrantes no deseados…
RESPUESTA: ¿Y dónde encuentras tú el paralelo de Juan?
18.- Dice “La Palabra era la luz verdadera… vino al mundo… estaba en el mundo, y el mundo no la conoció”. Y un poco más abajo añade: “Vino a su casa, y los suyos no la recibieron”. ¿No es esto como decir “no había lugar para ellos en la posada”?
RESPUESTA: La Navidad o el misterio navideño descrito por Juan tiene tanto de luz, de esperanza, de luminosidad; sin embargo, está marcado por una sombras. Dios viene a nosotros y nosotros asumimos dos actitudes tremendas: “no le conocemos” y “no le recibimos”.
19.- Pero, Padre, Dios también se las busca. Si Él sabía que los hombres no lo reconocerían y no lo recibirían, ¿para qué se expone?
RESPUESTA: Cuando tú tienes un hijo, no sabes si te amará o te odiará más tarde. Sin embargo, tu amor es mayor que tus desconfianzas y miedos. El amor que Dios tiene al hombre es más grande que todos los rechazos que puede recibir. La Navidad de Dios no está marcada por lo que Dios puede esperar del hombre, sino por lo que Él puede ofrecer y dar y regalar al hombre.
20.- Por lo que veo, nosotros ponemos el acento de la Navidad en toda una serie de rasgos externos, cuando en realidad la Navidad implica en el fondo un misterio de gracia y de amor.
RESPUESTA: La Navidad es el gran gesto amoroso de Dios para con el hombre. Dicen que el amor hace iguales a los que se aman, entonces el amor que Dios nos tiene le lleva a hacerse igual a nosotros. La Navidad es un acontecimiento de amor. Un acontecimiento del corazón de Dios. Nosotros nos fijamos en los personajes que rodean el entorno de la Navidad. Sin embargo, yo me pregunto, ¿qué sucedería el día de la Navidad en el corazón de Dios Padre?
21.- El Padre es una de las figuras que suele estar ausente en la Navidad. Están los pastores, las ovejas, María y José, pero del Padre, no se dice nada…
RESPUESTA: Sin embargo, la Navidad nace en el corazón del Padre. Dios es el Padre de la Navidad. De ahí mi curiosidad, ¿qué sucedería en su corazón la noche de Navidad cuando María da a luz a Jesús? Yo no puedo imaginarme a Dios tranquilo esa noche y durmiendo plácidamente.
22.- Usted ve a Dios Padre, nervioso, como suelen estar los padres de la tierra cuando les está naciendo un hijo…
RESPUESTA: Yo no diré que Dios está nervioso como los padres de la tierra, pero sí me imagino que esa Nochebuena, la verdadera celebración debió de darse en el cielo, en el corazón de Dios Padre. Es más, hasta me atrevería a decir que Dios ya no fue el mismo desde la Navidad, como tampoco será el mismo desde la muerte de Jesús en la Cruz. Dios está marcado por la cuna y la cruz. Por el nacimiento humano y por la muerte.
23.- ¿Está usted diciendo que Dios cambió con la Navidad?
RESPUESTA: No me gusta la palabra cambio aplicada a Dios. Yo más bien diría que Dios ya no fue el mismo en relación con los hombres. Desde la noche de Navidad, Dios experimentaba ya la condición humana del hombre.
24.- ¿Padre no le resulta curioso que Juan en su relato una la creación y la nueva creación?
RESPUESTA: Más que curioso me resulta sumamente interesante. Juan quiere ver en el acontecimiento del nacimiento de Jesús, en primer lugar, los dos grandes momentos de Dios en relación al hombre: la creación y el hombre llevados a su plenitud en su condición de hijo de Dios. Y que Juan la describe casi en los mismos términos que la creación primera.
25.- ¿En qué sentido Juan describe esta nueva creación del hombre realizado plenamente como hijo de Dios?
RESPUESTA: En la creación no existía nada. Dios crea de la nada humana. Y cuando se trata de llevar al hombre a la plenitud de su ser, florecido en hijo de Dios, nos dice que tampoco esto es fruto de nada humano: “Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”.
26.- ¿De dónde han nacido entonces?
RESPUESTA: De Dios, de la pura gratuidad de Dios, del puro amor de Dios.
27.- Pero algo tendrá que poner el hombre, porque no todos lo conocen, ni todos lo reciben.
RESPUESTA: A nosotros sólo se nos pide “recibirlo”, “a cuantos la recibieron”. La fe, “si creen en Él”. No se nos pide hacer nada. Cada uno de nosotros está llamado a asumir en cierta manera la misma actitud de María: “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra”.
28.- ¿No le parece todo esto demasiado serio para un día de Navidad?
RESPUESTA: Oye, hermanito mío, la seriedad no quita la alegría y la felicidad. Yo entiendo que es serio hablar del amor de Padre hasta regalarnos a su propio Hijo. ¿No es también esto un motivo de gozo, de alegría y de fiesta? Yo entiendo que la Encarnación de Dios es algo muy serio, pero a la vez es toda una fiesta del amor. Es la fiesta del corazón de Dios Padre. Dar a luz un hijo es cosa seria, ¿verdad? Pero es toda una fiesta en casa.
29.- Padre, ¿cómo se siente usted en las Navidades, lejos de su familia y de los suyos?
RESPUESTA: Un momento. Yo no estoy lejos de mi familia. Yo tengo mi familia y muy querida, esa familia es mi comunidad religiosa de hermanos. No me siento lejos de los míos porque a todos los siento como míos en la comunidad y te advierto que nos lo pasamos bonito.
30.- ¡Yo me imagino que los curas se lo tienen que pasar bien!
RESPUESTA: Lo pasamos mucho mejor de lo que te imaginas porque, además, lo celebramos con todos ustedes, con la comunidad parroquial. Sientes el cariño de la gente y te sientes unido a todos. Yo diría que es una experiencia diferente, pero bonita.
31.- Pero ustedes se pasan la Navidad trabajando, porque tienen que celebrar las Misas, confesar…
RESPUESTA: ¿Y no es esto la mejor manera de celebrar la Navidad? Mientras María y José son testigos del Niño que acaba de nacer, el sacerdote le da vida y lo hace nacer en medio de la comunidad al celebrar la Navidad del Cuerpo y Sangre de Cristo.
32.- Ya ven, amigos, en optimismo no le gana nadie. Pues yo no quisiera terminar sin un sincero saludo a todos los hogares, a todas las familias, a todos ustedes que cada domingo nos acompañan. Tampoco quiero dejar de saludar a todos nuestros sacerdotes que han dejado sus familias para tenernos a todos como su familia.
DESPEDIDA: Sí, amigos, que Jesús hecho Palabra de Dios suene hoy en vuestros corazones y os llene a todos de gozo, de alegría y de esperanza. Dios os ama. ¡Felicidades!