Domingo es Fiesta

Cuaresma 5 – B | La voluntad del Padre | IQC2021

“El que quiera servirme, que me siga; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Juan en el Capítulo 12, versículos del 20 al 33:

Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro, que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.

Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre”.

Entonces vino una voz del cielo: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: “Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo: ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera.

Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.”

PALABRA DE DIOS

1.- Padre Clemente, ¿cómo se siente al llegar ya a este último domingo de Cuaresma?
RESPUESTA: Una cosa es cómo me siento y otra cómo quisiera sentirme…

2.- ¿Me está diciendo que se siente insatisfecho? ¿Insatisfecho consigo mismo o con los demás?
RESPUESTA: Me siento insatisfecho conmigo mismo. Cada uno tendrá que verse a sí mismo. A mí no me toca juzgar a nadie.

3.- ¿Y por qué insatisfecho con usted mismo? ¿Cree que pudo hacer más cosas que lo que hizo?
RESPUESTA: Me hubiese gustado llegar a estas alturas de la Cuaresma con una mayor experiencia de Dios. Con una mayor experiencia del misterio de Dios en mí y en los demás.

4.- Si usted se siente insatisfecho, como sacerdote, ¿cómo nos sentiremos los demás?
RESPUESTA: Cada uno tiene su propia experiencia. Por lo demás, la insatisfacción no es algo malo. Al contrario, prefiero sentirme insatisfecho que no demasiado harto. La insatisfacción es una especie de apetito que nunca debiéramos satisfacer del todo porque se convierte en una fuerza de búsqueda y de peregrinaje.

5.- Padre, ¿cuál cree usted que es el mensaje central del Evangelio de hoy?
RESPUESTA: La primera idea es: necesitamos ver a Jesús. La segunda sería: la verdad de Jesús sólo la descubrimos en la cruz. Y la tercera: la lectura que Jesús mismo hace de su pasión y muerte.

6.- ¿No le extraña la manera con que estos griegos le hacen la pregunta a Felipe?
RESPUESTA: Yo no veo nada de extraño. Me parece una pregunta muy importante y muy bien hecha, además.

7.- Ellos no dicen “queremos conocer a Jesús”, sino “queremos ver a Jesús”.
RESPUESTA: Yo personalmente me quedo con “quiero ver a Jesús”. Se puede conocer a alguien y no verlo de verdad. Mientras que quien lo ve, también lo conoce. Nosotros le conocemos demasiado. Pero, ¿le hemos visto alguna vez? ¿Hemos tenido la verdadera experiencia de verlo con el corazón?

8.- Jesús se las hubiese pasado mal con los periodistas…
RESPUESTA: De esto estoy seguro.

9.- Le piden una entrevista, un querer verlo, charlar con Él, preguntarle cosas, y Él pierde la oportunidad de darse a conocer y, además, como que los desvía a corner…
RESPUESTA: Ya lo veo. Estás pensando como periodista, deseoso de tener una primicia. No tanto por verlo de verdad, sino por eso que los periodistas tenéis de “la primicia de la noticia”, ¿verdad?

10.- Pero, Padre, no me dirá que Jesús aquí o se hizo el importante o, simplemente, basureó a los pobres griegos que se le acercaban…
RESPUESTA: Ni Jesús quiso hacerse el importante ni basureó a nadie. Jesús quiso simplemente darnos toda una lección y mostrarnos el verdadero camino para poder verlo, conocerlo y descubrirlo en su verdad.

11.- Está bien. Yo sé que usted siempre va a defender a su jefe, pero ¿en que consistió entonces esa lección que Jesús quiso darles?
RESPUESTA: Quiso darles una lección y quiso darnosla también a nosotros. Jesús era consciente de que la gente no lograba descubrir su verdadera identidad y que todos tenían ideas deformadas sobre Él, comenzando por los mismos discípulos. Recordemos las actitudes de Pedro… Cuando Pedro hizo la confesión de su mesianidad divina, Jesús les hizo el anuncio de su Pasión y muerte. Ahora, a éstos que desean verle, los remite también a la Cruz. La verdad de Jesús se revela y se manifiesta en la Cruz.

12.- ¿Estamos diciendo que el verdadero Jesús es el “Jesús crucificado”?
RESPUESTA: No lo estamos diciendo. Lo dice él mismo. Donde Jesús revelará su propia verdad es, como Él mismo les dice: “Cuando sea levantado en alto”. Porque es entonces que Él se revelará como el Dios crucificado, el Dios débil, el Dios pobre y como el Dios amor, el Dios que se entrega por todos. Esa es la verdad de Jesús.

13.- Resulta difícil de entender todo esto. A Usted le he escuchado decir muchas veces que la Cruz es el oscurecimiento de Dios. Ahora resulta que es la revelación de Dios. En qué quedamos: ¿la cruz oscurece o manifiesta?
RESPUESTA: Las dos cosas. La cruz oculta, esconde, oscurece el brillo de Dios. A la vez, la cruz revela, manifiesta la verdad de Dios.

14.- Ahora creo que me la ha puesto más difícil. ¿Lo que esconde también revela? ¿La oscuridad también se hace luz?
RESPUESTA: Dime: ¿En la cruz ves tú el poder y la divinidad de Dios?

15.- Lo que veo es a un Jesús hundido hasta lo más hondo y profundo de la condición humana.
RESPUESTA: Exacto. ¿De qué te habla en verdad el Jesús colgado y muerto en la cruz?

16.- Me habla del amor que Dios me tiene.
RESPUESTA: Ya nos vamos entendiendo. Jesús dijo: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que todos se salven por Él”. Dios nos ama tanto que Él mismo se rebaja hasta lo más hondo de la condición de hombre. Nos ama tanto, que es capaz de dejarse crucificar y morir por nosotros. Lo cual nos está revelando ya dos cosas.

17.- ¿Cuáles, por ejemplo?
RESPUESTA: Que Dios no se revela en el poder y la grandeza, ni en las apariencias de grandeza, sino en el desnudarse de todo lo divino y quedarse en la máxima pobreza humana. Que es desde ese “rebajarse” de que habla San Pablo, que Dios nos dice y nos revela cuánto nos ama. Si alguien prefiriese morir por ti y en tu lugar ¿qué dirías de él?

18.- Que es un tipo que sí me ama de verdad…
RESPUESTA: ¿Y qué me dices cuando la Madre Teresa recoge en la estación Termini de Roma aquellos viejitos abandonados, oliendo a suciedad, y los carga sobre sus débiles hombros, y los lleva a su casa y los lava y les da de comer y los acuesta en su propia cama y ella duerme en el suelo?

19.- ¡Qué quiere que le diga! Que es una mujer fuera de serie. Que es una copia de Jesús crucificado. Una mártir de la caridad.
RESPUESTA: Así es. Yo he sido testigo de esos gestos de amor, al anochecer, cargándolos y llevándolos a su casa de San Gregorio… Posiblemente yo no me atrevería a llevarlos a mi casa… Pensando ¿y luego qué hago con él? Y menos todavía le daría mi cama. ¿Y luego dormir yo en ella? Pero Madre Teresa lo hacía. Ella se rebajada hasta esas basuras humanas, porque las recogía de los basurales. Y ahí revelaba la grandeza de su corazón enamorado del Dios crucificado.

20.- Lo cual nos está diciendo, que la figura del Crucificado, no es solo revelación de Dios y de su amor, sino también el modelo y el camino de la Iglesia y de cuantos decimos tener fe en él.
RESPUESTA: Si Jesús se me revela y se me manifiesta como colgado de la cruz, como crucificado, como muerto en la cruz, no sólo me dice el amor que tiene por mí, también me está diciendo el amor que yo debiera tener para con los demás hombres y hermanos. Por eso, cuando la Iglesia nos invita a “ver, a mirar a Jesús”, nos está invitando a ver y mirar el misterio de la Cruz.

21.- Ver y mirar es fácil, lo difícil será luego vivir en esa coherencia con lo que hemos visto…
RESPUESTA: Cuando “yo sea levantado en alto, atraeré a todos hacia mí”. Jesús no manda, no ordena, no impone por leyes, ni por prohibiciones, ni por miedos. Jesús atrae. La figura de Jesús no crea rechazos, crea atracción. Como diríamos hoy: El crucificado jala.

22.- Su fuerza de atracción tendrá que ser muy fuerte, para contrarrestar tantas resistencias como hay en nuestros corazones y en nuestras vidas…
RESPUESTA: Es la fuerza de atracción del amor. ¿Qué harías tú por el que está dispuesto a morir en tu lugar, en ir a la cárcel por ti, en vez de meterte a ti?

23.- Lo lógico es que tendría que estar dispuesto a lo que fuese por él…
RESPUESTA: Si lográsemos de verdad meternos en ese misterio de la persona de Jesús, si lográsemos hundirnos en ese misterio de amor, todos estaríamos dispuestos a hacer lo imposible por los demás.

24.- ¿Cómo llegar a esta maravillosa experiencia?
RESPUESTA: Primero, querer ver de verdad a Jesús y, en segundo lugar, dejarnos nosotros mismos cambiar por esa experiencia.

25.- Insisto, ¿cómo lograr todo esto?
RESPUESTA: Los caminos son múltiples. Hasta es posible que cada uno tenga su propio camino. Pero podemos sugerir algunos: El primero: hablar más, presentar más a la Iglesia y a los fieles la imagen y la realidad del misterio de la cruz. El segundo: el mejor modo de sintonizar con este Jesús colgado de la Cruz es la meditación, la contemplación del mismo. No olvidemos que todo esto no se consigue con simples ideas. Es preciso adentrar nuestro corazón y nuestra mente. Eso lo hacemos contemplándolo en la oración y meditación.

26.- ¿Cree usted que hoy se habla poco de la cruz y del Crucificado?
RESPUESTA: Tenemos que sin honestos y sinceros. Incluso, la misma Iglesia tendrá que sincerarse más. De ordinario, hablamos de la cruz y del crucificado como una especie de resignación frente al sufrimiento. Para muchos, hablar de la cruz es igual a hablar de dolor.

27.- Y nadie podrá negar que la cruz habla de dolor y de un dolor horroroso…
RESPUESTA: La cruz nunca debe quedarse en simple cruz. Ni el dolor de la cruz debe quedarse en dolor ni en invitación al dolor. Nadie se queda en el dolor de una intervención quirúrgica. Todos vemos ese dolor como el camino para la recuperación de la salud. El sufrimiento de la cruz que no nos revela el amor de Dios, sería un sufrimiento insoportable. Es más, hasta me atrevería a decir algo que pudiera parecer extraño…

28.- ¿Qué quería decir?
RESPUESTA: Que quien se quede en el simple sufrimiento de la cruz y no descubra el amor hasta el extremo de Dios hacia mí, estaría negando la cruz de Jesús.

29.- Con ello nos está usted diciendo que hay ciertas maneras de hablar de la cruz, que terminan siendo una deformación y negación de la cruz misma.
RESPUESTA: Una mala presentación de la verdad, puede terminar en una gran mentira. Una deformación de la presentación de la cruz, puede ser la mejor manera de negar su fuerza y su verdadero significado. La cruz no es ninguna invitación al dolor. La cruz no es ninguna justificación del sufrimiento. La cruz es el símbolo del amor llevado hasta las últimas consecuencias, es el símbolo de la fidelidad a la propia identidad y misión llevado hasta el fondo.

30.- Ahora se entiende también lo que aquí mismo dice Jesús cuando, situado frente a su muerte, la interpreta como “momento de su propia glorificación”.
RESPUESTA: Esta lectura de la cruz es típica del Evangelio de Juan. Para Juan, la cruz más que lugar de maldición, del que habla Pablo, es lugar de exaltación, de glorificación. En la Cruz Jesús es glorificado y en la Cruz Jesús glorifica al Padre.

31.- ¿Qué significa en realidad la cruz como glorificación del Hijo y glorificación del Padre? Porque, a decir verdad, en la Cruz Jesús irradia poca gloria y Dios tampoco muestra su rostro…
RESPUESTA: Volvemos a los de siempre. La cruz revela y manifiesta hasta donde llega el amor de Jesús y su fidelidad a Dios y al hombre. Por tanto, hay una luminosidad de amor y una luminosidad de fidelidad. Dios revela su amor y lo revela en Jesús. Por tanto, Jesús revelación y manifestación del amor trinitario de Dios Padre.

32.- Padre, una inquietud. Si Dios revela su intimidad en la desnudez y ese abajarse a sí mismo en la cruz, vivir a Jesús en nuestras vidas tendría que significar desnudarnos de muchas de nuestras exhibiciones.
RESPUESTA: La cruz habla de desnudez, de pobreza, de anonadamiento, de desnudarnos de todo aquello que pueda oler a grandeza, a poder, a superioridad, a excelencia sobre los demás. Por eso tenemos que decir que quienes mejor revelan hoy el misterio de la desnudez de la cruz son los pobres, esos que caminan por la vida sin que nadie les salude ni haga reverencias. Los demás… Dejo la respuesta ahí.

DESPEDIDA: Bueno, amigos, cuando miréis a la cruz, cuando la colguéis al cuello, pensad que estáis llevando el símbolo más expresivo de que Dios os ama.

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