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Domingo 14 – B | El poder de la gracia | IQC2021

“Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mi la fuerza de Cristo”.

Leemos la segunda Carta de San Pablo a los de Corinto en el Capítulo 12, versículos del 7 al 10:

Hermanos: Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces le he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: “Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad”. Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

PALABRA DE DIOS.

1.- Oiga, Padre Clemente: Usted me invita a cantar y luego me pone la música, pero me cambia la letra. ¡Eso no vale!
RESPUESTA: Vas a ver que sí vale. Hoy quisiera que comentásemos este capítulo de la segunda Carta de san Pablo a los de Corintos, porque siempre me ha resultado de un gran interés y de gran clarificación e iluminación para nuestras vidas.

2.- A qué se debe este su interés, y precisamente por uno de los pasajes donde la figura de Pablo pareciera menos brillante…
RESPUESTA: Al contrario. Lo he escogido porque es donde la figura de Pablo aparece en toda su dimensión, en toda su verdad. Por una parte, Pablo nos descubre su verdadera condición humana y también su verdadera condición de gracia. Ahí donde gracia y pecado se dan la mano. Ahí donde la gracia manifiesta su verdadero poder en la debilidad de lo humano. Y te lo voy a graficar de una manera bien concreta.

3.- ¿Cómo?
RESPUESTA: ¿Alguna vez en tu vida se te ha pasado por la cabeza la idea de que también tú pudieras ser santo?

4.- Bueno, no le voy a decir que esa haya sido mi gran preocupación. Sí recuerdo que alguna vez al ver la obra del P. Hurtado, uno terminaba con cierta inquietud dentro.
RESPUESTA: En realidad ¿qué era lo que en el fondo te frenaba cuando alguien te hablaba de la santidad?

5.- Yo siempre he visto a los santos tan altos, tan lejos de nosotros, tan angelicales, que, al fin, uno termina confesando que esto no es para uno… Uno descubre fácilmente la suela del zapato…
RESPUESTA: Ahí está el quid del problema. Nos han hablado de los santos como tan extraños a la vida real, que uno se convence de que son de otra galaxia, que pertenecen a otra esfera, que la santidad no es para los que vamos por la calle y vemos una mujer bonita y el corazón comienza a palpitar… Nos han tratado de convencer de que los buenos tienen prohibido tener tentaciones, prohibido tener debilidades. Por eso la experiencia de Pablo me parece extraordinaria.

6.- Veamos. Pablo habla de que le “han metido una espina en la carne”. ¿De qué espina está hablando realmente Pablo?
RESPUESTA: Nadie lo sabe a ciencia cierta, se han hecho infinidad de hipótesis. Hay quien dice que eran las tentaciones de la carne, digamos sexualidad. Sin embargo, examinado todo el contexto no parece ser ese el problema. Otros hablan de algún defecto físico del cual se burlaban y le causaba mucho fastidio. Yo prefiero quedarme con lo que algunos afirman y que me parece más realista.

7.- ¿Cuál es, según esa teoría, la espina de Pablo?
RESPUESTA: La misma que llevas tú y que llevo yo y que llevamos todos.

8.- ¿Si la llevamos todos a qué tanta alharaca?
RESPUESTA: Es que la llevamos y callamos, o ni siquiera nos damos cuenta de nuestra verdad, o, incluso por una falsa bondad, la ocultamos como si nosotros fuésemos impermeables al pecado.

9.- Oiga, Padre, ¿nos podía concretar algo todo esto? Ya me está despertando la curiosidad…
RESPUESTA: Pablo es un hombre de una gran vivencia y una profunda espiritualidad. Es un hombre que ha tomado muy en serio ser como Jesús, pero, al igual que nosotros, es consciente de que “sabe lo que quiere”, “sabe lo que tiene que hacer”, aunque “luego hace todo lo contrario, lo que no quiere”. Es decir, el ideal cristiano de Pablo choca con las naturales debilidades de todo hombre. Como si en él hubiese dos seres: el Pablo humano y el Pablo cristiano. Él quisiera destruir eso que lleva de humano y poder realizar plenamente el ideal cristiano.

10.- Eso lo quisiéramos todos. Todos quisiéramos ser santos, pero que no nos cueste. Quisiéramos ser buenos, pero sin que tengamos que hacer demasiados esfuerzos.
RESPUESTA: Lo que sucede es que nos han presentado a los santos como si no tuviesen pasiones, ni instintos, ni genio, ni rabia, ni orgullo, ni vanidad. Y que ya nacen santos y que nada más nacer, los viernes renuncian a mamar. Pablo se nos presenta como el hombre normal: con genio, con pasiones, con dificultades para perdonar como todo el mundo, con sus propios instintos y pasiones como el resto.

11.- Estoy leyendo una frase linda de Pablo en este texto, dice “para que no sea soberbio”.
RESPUESTA: ¿Te imaginas un hombre como él con los dones de gracia que él tenía, con las experiencias de Dios de las que fue dotado? Sin embargo, su condición humana seguía con sus resistencias como en cualquiera de nosotros.

12.- Lo curioso es lo que él mismo dice: “Tres veces he pedido al Señor verme libre de él”. (Se refiere al aguijón)
RESPUESTA: Como lo hacemos todos. Todos tenemos que pedirle al Señor que no nos dejemos vencer por las fuerzas de la carne. Cuando nos confesamos llevamos toda la carga de nuestras debilidades. Uno se pregunta si todo lo hacemos con malicia y por mala voluntad. Entonces, uno descubre que muchas veces es la flaqueza y la debilidad la que nos vence y hasta nos humilla.

13.- La verdad que reflexionando un poco sobre todo esto, como que uno se va descubriendo en la figura de Pablo y esto hasta nos hace sentir mejor. Al menos, no tan mal.
RESPUESTA: Linda es la respuesta que le da el Señor. ¡Aguántate, viejo! “Te basta mi gracia”. Y añade: “La fuerza se manifiesta en la debilidad”. La santidad no se consigue privándote de tu condición humana, sino dejando triunfar en ti el poder salvífico de la gracia. No le pedimos a Dios que nos quite la tentación. Le pedimos que “no nos deje caer”. En este caso, no le pedimos nos quite las tentaciones, sino que la gracia, el poder del amor de Dios, sea más grande en nosotros.

14.- Digamos entonces que la figura de Pablo se nos presenta como el hombre normal en el que la fuerza de Cristo es capaz de superar la fuerza de las debilidades humanas.
RESPUESTA: A mí me encanta Pablo porque demuestra conocer muy bien el corazón humano y los mecanismos internos que actúan en nosotros. En sus cartas tiene tres descripciones de otros tantos tipos de hombres, que me encantan.

15.- ¿No podría presentarnos esos tres tipos de hombre según San Pablo?
RESPUESTA: Son bastante extensos. Tendríamos que sintetizarlos mucho, ya que el tiempo nos gana.

16.- Aunque sea en síntesis creo que vale la pena.
RESPUESTA: Pablo distingue tres tipos de hombres. El hombre sin Dios, el hombre según la carne, y el hombre según el Espíritu.

17.- Vamos con el hombre sin Dios.
RESPUESTA: Es el hombre que pudiendo conocer a Dios, se negó a conocerle. Pablo le asigna nada menos que 21 actitudes negativas.

18.- Veintiuna actitudes negativas… ¿las puede enumerar?
RESPUESTA: Las puedes encontrar en la Carta a los Romanos capítulo1, versículos del 28 al 31. Son: hacen cosas indebidas, están llenos de injusticia, malicia, perversidad, codicia, maldad. Rebosan de odio, de homicidio, de disputas, de engaño, de malignidad, chismosos, calumniadores, soberbios, inventores de maldades, desobedientes a los padres, insensatos, desleales, sin amor y sin piedad.

19.- Bonito cuadro de basura. ¿Y los que viven según la carne?
RESPUESTA: Los que viven según la carne son aquellos que se han hecho cristianos, pero su bautismo y la gracia no han logrado transformarlos. Son cristianos, pero viven como si no lo fueran. Sus características las describe en la Carta a los Gálatas en el capítulo 5, son: fornicación, impureza, lujuria, idolatría, hechicería, enemistades, disputas, celos, iras, rencillas, disensiones, divisiones, herejías, envidias, homicidios, embriagueces, comilones”. Si no he contado mal son 17. Suficientes, ¿verdad?

20.- Espero que el tercer tipo de hombre mejore la mercancía porque, de lo contrario, mejor nos vamos.
RESPUESTA: El hombre según el Espíritu, es decir, el hombre en el que el Espíritu se ha convertido en alma y dinamismo interior, es el verdadero hombre nacido de la fe, del bautismo. Los frutos del Espíritu en él son: “Amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza”. Son nueve. Bonitas, ¿verdad?

21.- Me da la impresión de que Pablo tenía un conocimiento y una experiencia interior del hombre bien grande.
RESPUESTA: Por eso me encanta. Conocía al hombre por dentro porque se conocía a sí mismo. No es de los que conocen al hombre por fuera, sino que tiene la experiencia misma del hombre. Conocía desde sí mismo al hombre según la ley. Conocía desde sí mismo al hombre en el que predominan más las fuerzas humanas que las de la gracia y conocía también desde sí mismo, las posibilidades de la gracia en este sustrato tan pobre de nuestra condición humana.

22.- Lo cual también nos indica que la conversión comienza en un momento, pero que es un largo proceso durante toda la vida.
RESPUESTA: Cuando leemos la vida de Pablo, uno percibe que debió de tener momentos bien duros y difíciles. Momentos en los que lo humano gritaba, por una parte, y la gracia de su Jesús resucitado gritaba más fuerte. Esa era su lucha interior, como también es la nuestra de cada día.

23.- Es decir, vivía entre esa tensión entre lo humano que llevaba en él y la gracia que había recibido de Jesús.
RESPUESTA: En su profundo amor hubiera queridos ser solo el “hombre de la gracia”. Sin embargo, Dios le dice no. Tú tendrás que ser un testigo de lo que la gracia hace y puede hacer aún en esas condiciones humanas. Esto, como puedes ver, cuánta esperanza tiene que despertar en cada uno de nosotros.

24.- Lo que sucede, Padre, es que nosotros nos quejamos demasiado de nuestras pobrezas y debilidades. Posiblemente, nos falta más experiencia de la gracia y sus posibilidades.
RESPUESTA: Yo no me canso de repetir a la gente que no somos lo que fuimos sino lo que podemos ser. Que por más débiles que seamos, el poder de la gracia nos hace fuertes. Por eso nosotros sabemos lo que somos, pero no sabemos, como nos dirá Juan en su primera Carta, lo que seremos, lo que podemos ser.

25.- De todos modos, Padre, uno vive tantos fracasos que termina desconfiando más de sí mismo que confiando en la gracia.
RESPUESTA: Lo peor que puede hacer un cristiano es sentirse derrotado por el hombre viejo que lleva dentro. Cuando alguien me dice: “Padre, quiero, pero no puedo”, me entra una angustia. ¿Quién te ha dicho que no puedes? Para mí, el problema del cristiano no es el “si puedo o no puedo”, sino el “si quiero o no quiero”. Creo que no es problema de poder, sino problema de querer, problema de voluntad. Dios le dice a Pablo: “Te basta mi gracia”. La gracia todo lo puede en nosotros.

26.- Padre, ¿usted siente mucho en su vida ese hombre viejo que llevamos dentro?
RESPUESTA: ¿Qué si lo siento? ¡Igualito que tú! Me gusta lo prohibido como a ti, me gusta fastidiar al otro. Mi fantasía vuela como la tuya, no te hagas ilusiones pensando que ya no tengo fantasía en mi cabeza.

27.- ¡Usted tanto años sacerdote…!
RESPUESTA: ¡Igualito que tú, tantos años bautizado y cristiano! La lucha entre la naturaleza y la gracia es una lucha hasta la muerte. No nos hagamos ilusiones. Ni el bautismo, ni el matrimonio, ni el sacerdocio destruyen la naturaleza. Y esto es lo interesante…

28.- ¿Dónde está entonces la diferencia?
RESPUESTA: No sé a qué diferencias te refieres. Pero yo diría que la única diferencia entre los hombres está: en que unos viven según la carne y otros que viven según el Espíritu. Los que dejan que triunfe la carne y el instinto y los que hacen que triunfe la gracia en ellos.

29.- Hay aquí una frase un tanto rara. Pablo dice que “a gusto presume de sus debilidades”. Oiga, Padre, ¿alguien puede presumir de ser débil?
RESPUESTA: Léelo todo. Pablo presume de sus debilidades, precisamente es en ellas donde se manifiesta el poder de la gracia y la fuerza de Cristo. ¿Qué mérito ser mejor que los demás si nos privan de nuestras debilidades y flaquezas? Lo interesante es que siendo como todos los demás, la gracia te haga a la vez diferente y distinto.

30.- ¿De verdad que la gracia tiene esa tremenda fuerza de hacernos más grandes que nuestras flaquezas?
RESPUESTA: Ahí le tienes al mismo Pablo. Ahí tienes a los santos. Ahí tienes a tantos hombres y mujeres que donde otros dicen “yo no puedo”, ellos sienten que “sí pueden”. Las dos últimas frases me parecen todo un elogio y todo un reconocimiento a lo que Dios es capaz de hacer en nosotros. ¿Por qué no las lees tú mismo?

31.- “Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo”.
RESPUESTA: Sigue. Termina.

32.- “Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
RESPUESTA: Nada de renegar ni protestar contra tus debilidades. Al contrario, reconócete débil y deja que la gracia actúa en ti. Déjate ser fuerte con la gracia de Jesús. Esa es la verdadera dimensión de cada hombre. El hombre siempre tiene la posibilidad de ser más que hombre. Yo terminaría con una afirmación que puede parecer extraña. El Angel le dijo a María: “Para Dios nada hay imposible”. Yo diría: “Para el hombre nada hay imposible”. Lo difícil está si estaremos convencidos de ello.

DESPEDIDA: Amigos reconoced vuestras limitaciones y debilidades. Pero, eso sí, reconoced vuestras ilimitaciones y posibilidades cuando la gracia de Dios se manifiesta en vosotros.

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