Domingo, 1° de diciembre del 2024
Estad siempre despiertos
Porque el que se duerme no se entera de nada.
Porque el que se duerme se pasa la vida sin saber lo que pasa a su alrededor.
Porque el que se duerme puede despertarse y ver que su casa se ha quemado.
El gran peligro del cristiano es “dormirse”, no saber ver lo que acontece a su alrededor.
El peligro del cristiano es “dormirse” y no saber leer ni interpretar los acontecimientos de la historia. El que se duerme deja que la historia pase a su lado y se entera cuando ya ha perdido el ritmo y por eso llega tarde. Es una pena que los cristianos nos pasemos la vida lamentándonos. No sé si tomamos conciencia de las situaciones, pero si es que realmente nos damos cuenta escondemos la cabeza para no ver y luego, cuando la realidad se nos echa encima, entonces vienen los lloriqueos.
Esto pasa en la vida social. En vez de afrontar los problemas cuando nacen, esperamos a que se hagan viejos y entonces las cosas se hacen más complicadas. El Gobierno tiene experiencia de esto.
En la vida de familia sucede algo parecido. No queremos ver la vida que llevan los hijos y cuando surgen los problemas entonces nos lamentamos.
Algo parecido sucede también en la Iglesia. Nos cuesta anticiparnos a los conflictos y cuando ya queremos tomar decisiones la herida es demasiado profunda o, simplemente, se nos ha ido de las manos.
Estamos siendo testigos de que muchos creyentes abandonan la Iglesia, pero ¿nos anticipamos a preguntarnos el por qué y qué soluciones podemos ofrecer? Vemos que las familias y los matrimonios se quiebran, pero nosotros seguimos dormidos ofreciendo las mismas soluciones de siempre.
Jesús es bien claro: “Estad siempre despiertos” porque solo entonces podremos ver la realidad y podremos anticiparnos a las cosas.
No se puede vivir sin la esperanza
“La esperanza es algo constitutivo en el ser humano. El hombre vive caminando hacia un futuro, su vida es siempre búsqueda de algo mejor. No puede vivir sin esperanza; dejaría de ser hombre. Necesita un aliento de esperanza que anime su vida. “El hombre no sólo tiene esperanza, sino que vive en la medida en que está abierto a la esperanza y es movido por ella”. Por eso, si desaparece la esperanza, la vida de la persona se apaga. Vivir sin esperanza no es vivir.
La falta de esperanza cierra el camino hacia la felicidad. La persona queda sin el estímulo necesario para crecer. El desaliento se apodera del individuo, todo queda envuelto por el escepticismo y la desconfianza, hablarle de felicidad puede resultar hasta irritante. Por otra parte, la ausencia de esperanza mina las fuerzas de quien se ha de enfrentar al sufrimiento. El mal se hace más duro y penoso. Sin esperanza es difícil encontrar la actitud sana que dé sentido a los conflictos y sufrimientos del vivir diario.
Desde una perspectiva cristiana, se puede decir que creer en Jesucristo es descubrir la esperanza última que anima la existencia humana. Por eso, si un cristiano pierde la esperanza, lo ha perdido todo. Sin la esperanza, la fe cristiana se va vaciando de vida. El cristianismo decae y pierde su vigor. Sólo la esperanza moviliza la fe y anima desde dentro la vida cristiana”. (J. A. Pagola: Es bueno creer, pág.75)
Esperar es vivir
Si llueve, tú espera a que luzca el sol.
Si es de noche, tú espera a que amanezca.
Si está oscuro, tú espera que todo se ilumine.
Si estás triste, tú espera que la alegría brote de nuevo.
Si estás sufriendo, tú espera que el dolor pasará.
Si estás preocupado, tú espera que ya vendrá la calma.
Si estás enfermo, tú espera que ya te sanarás.
Si estás en dificultades, tú espera hay soluciones.
Si no tienes trabajo, tú espera algún día encontrarás.
Si hoy te va mal, tú espera mañana te irá mejor.
Si hoy todo lo ves oscuro, tú espera mañana habrá más luz.
Si hoy alguien te critica, tú espera, mañana alguien hablará bien de ti.
Si hoy alguien te acusa, tú espera, mañana alguien te hará justicia.
Si hoy te sientes débil, tú espera, mañana podrás ser fuerte.
Si hoy has caído, tú espera, mañana es día para levantarte.
La vida es toda una espera y una esperanza.
La vida nunca se vive entera hoy, siempre queda algo para mañana.
La vida es hoy, pero necesita de un mañana para que tenga sentido.
Un hoy sin mañana se convierte en noche sin amanecer.
La felicidad de hoy sería incompleta sin la felicidad del mañana.
La esperanza nos hace vivir las alegrías de hoy con la ilusión de las de mañana.
Peregrinos
“Peregrinos en el desierto de la vida,
no podemos estancarnos en el oasis del pasado,
sino caminar hacia el futuro
con pleno realismo y discernimiento del presente”.
(B. Caballero)