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Domingo 26 – B | Cómo entrar en el Reino de Dios | IQC2021

“Más vale entrar manco, cojo o tuerto al Reino de Dios…”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según san Marcos 9,38-43.45.47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros”.

Jesús respondió: “No se lo impidan, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a nuestro favor. Todo aquel que les dé de beber un vaso de agua, por ser ustedes de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.

El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtasela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.

Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.

PALABRA DE DIOS.

1.- Padre Clemente, ¿los discípulos de Jesús eran bien maliciosos, no le parece?
RESPUESTA: Bueno, tanto como maliciosos… Yo me supongo que también ellos tenían sus truquitos a fin de protegerse y defenderse. Pero ¿a qué malicia te estás refiriendo tú?

2.- Jesús les acaba de preguntar sobre lo que habían estado hablando por el camino… Ellos guardaron silencio porque por el camino, habían discutido sobre la primacía entre ellos y, como quien no quiere saber nada del asunto, Jesús les plantea un tema diferente…
RESPUESTA: Yo diría que, más bien pasan de un problema interno al grupo, a un problema del grupo con quienes no pertenecían al mismo.

3.- Padre, ¿usted ve lógica y coherencia a este Evangelio que hemos leído? Porque, a decir verdad, a mí me parece la recopilación de tres temas diferentes unidos no sé por qué intereses…
RESPUESTA: No creas. El texto tiene una coherencia interna. En primer lugar, plantea el tema de la intransigencia del grupo de los Doce con aquellos que no piensan como ellos. En segundo lugar, Jesús quiere demostrarles que también los que no son oficialmente parte del grupo pueden vivir la misma experiencia y ser parte del grupo espiritualmente. Finalmente, Jesús termina marcando unas señales de valoración de los ideales y metas del seguimiento.

4.- Dice usted que Jesús parte de la intransigencia del grupo. ¿De qué tipo de intransigencia está hablando?
RESPUESTA: En primer lugar, resulta curioso que aquí toma la iniciativa, no Pedro, sino Juan. De ordinario, siempre suele ser Pedro el que habla en nombre del grupo; pero, este caso, quien habla y toma la palabra es precisamente Juan.

5.- Habla Juan, pero todos parecen estar de acuerdo porque callan y como suele decirse “quien calla otorga”.
RESPUESTA: Igual que Pedro suele reflejar el pensamiento del grupo, aquí Juan también revela y manifiesta el disgusto de todos.

6.- ¿Cuál era el problema con éste que, en nombre de Jesús, echaba demonios?
RESPUESTA: Era alguien que no pertenecía al grupo, era alguien que no pensaba como ellos, pero que, sin embargo, hacía lo que ellos mismos no habían logrado hacer. Ellos no habían podido echar un demonio y ahora ven que alguien que no es de ellos sí logra echar demonios en nombre de Jesús.

7.- Pero si echaba demonios en nombre de Jesús, ¿cuál era la razón de intentar prohibírselo?
RESPPUESTA: ¡Bien sabes tú lo que nos cuesta aceptar los triunfos y las virtudes de los que no son de nuestro equipo o de nuestro grupo! No sólo hay un orgullo personal, existe también el orgullo de grupo. Ortega y Gasset solía decir que era peor el orgullo de grupo que el orgullo personal.

8.- ¿Y por qué el orgullo del grupo tiene que ser peor que el orgullo personal?
RESPUESTA: Por una simple razón. Cuando uno es orgulloso puede encontrar resistencia en el grupo en el que está, pero cuando el grupo como tal entra en esa vanidad e intransigencia ¿quién lo va a corregir? Encuentra su aprobación en el grupo mismo. El grupo se refuerza a sí mismo.

9.- ¿Qué es lo que Juan, en nombre todos, recrimina a éste que echaba demonios en nombre de Jesús?
RESPUESTA: Hay dos cosas que ellos no valoran. Lo primero, que éste anónimo “echa demonios”. Por tanto, está al igual que Jesús poniendo signos del Reino, signos de liberación, y ellos no ven este signo del Reino. En segundo lugar, no actúa en nombre propio, sino en nombre de Jesús. Por tanto, de alguna manera, también él está prolongando la acción salvífica de Jesús. Y, en tercer lugar, tenía algo en su contra: “No es de los nuestros”.

10.- Hay algo que a uno le cuesta entende: Alguien que hace el bien, y lo hace incluso en nombre del Reino de Dios y que, por la simple razón de no formar parte del grupo, es rechazado… Como que no tiene mucha lógica, ¿no?
RESPUESTA: Hay en todo esto algo que debiéramos entender todos muy bien. En primer lugar, es preciso valorar lo bueno, la verdad, la bondad, venga de donde venga. Nadie tiene la exclusividad de la verdad y nadie tiene la exclusividad de hacer el bien. En segundo lugar, tampoco la Iglesia tiene la exclusiva para hacer el bien. En el mundo hay muchas cosas buenas que no las hacemos los cristianos. También los no cristianos hacen muchas cosas a favor de los demás hombres.

11.- Padre, esto me hace recordar la presencia de Jesús en Nazaret que comentábamos hace unos domingos, todos se admiran de Él, pero lo rechazan. Aquí pasa algo parecido, reconocen que este personaje anónimo hace cosas buenas a favor de los hombres, pero hay que buscar razones para rechazarlo…
RESPUESTA: Es un poco la incongruencia de siempre. Admiraban a Jesús e incluso reconocían las maravillas que hacía, pero tampoco Jesús era del grupo de la Sinagoga… A este tipo le sucede algo parecido. Reconocen el bien que hace, pero tiene un problema: no es de nuestra institución, no es de nuestro equipo, no es de mentalidad, no es de mi congregación, no es de mi movimiento…

12.- Pero esto significaría que damos más preferencia a nuestro grupo, que al bien que se hace…
RESPUESTA: Ahí está lo absurdo de nuestros comportamientos. Lo cual nos hace sentir que es más importante “llevar nuestro apellido” que lo que se hace. El bien no es cuestión de apellidos, ni de colores, ni de banderas. El bien tiene sentido de por sí. Es preciso romper los marcos cerrados de “lo nuestro” y abrirnos a lo bueno que se hace en el mundo, venga de donde venga.

13.- En realidad, si hoy miramos un poco hacia fuera percibimos que fuera de la misma Iglesia existen una serie de movimientos de promoción humana, de defensa de la justicia, de la defensa de la dignidad humana.
RESPUESTA: A veces hasta pudiéramos decir que estos movimientos se nos adelantan que van por delante. Aquí no es cuestión de enredarnos en esos pequeños orgullos de quién llegó primero, lo importante no es excluir sino integrar…

14.- ¿Excluir qué e integrar qué?
RESPUESTA: Yo parto de la idea que mejor es integrarnos todos los que estamos comprometidos con el hombre y a favor del hombre, que excluirnos mutuamente. Nadie lo puede hacer todo, pero todos unidos podemos hacer mucho. Hay muchas cosas que están más allá del problema religioso. El hacer el bien no tiene porqué llevar marcas religiosas. El luchar por la paz, tampoco. El luchar a favor del respeto de la dignidad humana, tampoco.

15.- Y éste parece ser también el criterio de Jesús: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro…”.
RESPUESTA: Jesús, en primer lugar, no aprueba el rechazo de los discípulos. En segundo lugar, les viene a decir que, todo aquel que hace el bien, todo aquel que libera al hombre de sus esclavitudes, de alguna manera, “ya es de los nuestros”.

16.- ¿Sabe en lo que estoy pensando en estos momentos?
RESPUESTA: ¿Me crees adivino?

17.- Mientras le escuchaba estaba pensando cómo, cuando vivimos una desgracia, un terremoto, y pedimos colaboración. En esos momentos, nadie está pensando de qué confesión religiosa es uno u otro, sino que todos aporten lo que podamos.
RESPUESTA: Exacto. Yo siento un tremendo rechazo interior cuando hacemos el bien poniéndole firma. Esto es mío, esto es tuyo. El bien no lleva más apellido que el del amor, el apellido del corazón. Todos los demás apellidos buscan más el tufillo de la propia vanidad que el hacer el bien a los demás.

18.- Además hay una frase aquí que creo ilumina un poco todo esto. Jesús les dice que “quien les dé un vaso de agua a nombre suyo”.
RESPUESTA: Es un poco la referencia al capítulo 25 de Mateo que lo explicita más: “Dar de beber, dar de comer, vestir, visitar, etc”. El bien no tiene carnet de identidad. El bien lleva tan sólo la marca del corazón y del amor, que es el mejor signo de su autenticidad y verdad.

19.- Padre, ¿a usted no le resulta un tanto dura la última parte de este Evangelio?
RESPUESTA: El Evangelio es tan Evangelio cuando dice una cosa como cuando dice otra. ¿Te refieres tú a lo que dice de la mano, del pie y del ojo?

20.- Es que, Padre Clemente, tomando esto en serio, pareciera algo un tanto inhumano y hasta cruel…
RESPUESTA: ¿Tú crees que es inhumano y cruel?

21.- Oiga, Padre, ¿a usted se le ha ocurrido alguna vez cortarse la mano, o el pie o arrancarse un ojo? ¡No me dirá que ese ojo izquierdo por el que no ve, es que se lo ha usted averiado para que no le estorbe…!
RESPUESTA: ¿Tú nunca has hablado poniendo comparaciones?

22.- Muchas veces…
RESPUESTA: Esas las comparaciones, ¿eran para hacerlas materialmente realidad o eran para significar algo?

23.- Las comparaciones siempre son para dar a entender una cosa.
RESPUESTA: Exacto. Pues aquí Jesús nos propone tres comparaciones para indicarnos la escala de valores y cuales son los valores esenciales y los secundarios.

24.- Y elige tres miembros fundamentales del cuerpo. ¿Por qué? ¿Por su mismo simbolismo?
RESPUESTA: Efectivamente. Nos propone primero la mano, como símbolo de lo que hacemos. Si hacemos algo contra nuestro hermano, si hacemos algo contra la dignidad, contra la justicia, contra el sentido de la persona, la mano es más un estorbo que una ayuda, pierde su propio sentido. Por tanto, es una invitación a pensar en lo que hacemos. ¿Lo que hacemos está a favor del hombre o en contra?

25.- ¿Y qué significa lo de cortarse el pie?
RESPUESTA: ¿Para qué sirven los pies sino para andar, seguir, caminar? Pues si yo encuentro estorbos que me impiden seguir a Jesús, debo quitármelos de en medio, aunque me duela y me fastidie. ¿Para qué quiero los pies si no logro caminar siguiendo a Jesús?

26.- ¿Y lo del ojo? Porque aquí también hable de arrancarse el ojo…
RESPUESTA: Si los pies son para andar, los ojos son para ver. ¿De qué sirve tener ojos muy abiertos si no consigo ver a Jesús, no consigo ver al hombre que tengo a mi lado, no consigo ver la verdad? El que no ve no puede andar. Entonces cada uno necesita ver todo aquello que nos estorba y nos impide ver a Dios, ver al hombre, ver las necesidades del hombre, ver la verdad.

27.- Bueno, eso ya me suena mejor que cortar y arrancar.
RESPUESTA: Jesús siempre habla a través de imágenes. Las imágenes siempre nos llevan a descubrir nuevas realidades. Lo que aquí quiere hacerles ver es que hay valores fundamentales en la vida que no podemos sacrificar. Hay valores ante los cuales, otros valores accidentales carecen de sentido.

28.- No quisiera que se me pasase la imagen del niño a quien podemos escandalizar. ¿Qué les quiso decir en realidad con este escandalizar a un niño y la rueda de molino?
RESPUESTA: Es una imagen muy bella. Jesús quiere dejar en claro que no podemos ser un estorbo en el camino de los humildes, los pobres, los sencillos. No podemos ponernos en su camino e impedirles llegar hasta Él.

29.- Digamos que el escándalo significa aquí ser estorbo para que alguien pueda encontrar el verdadero camino de la salvación y liberación…
RESPUESTA: Nosotros estamos llamados a ser luz para que los demás puedan ver. Pero cuando nos convertimos en oscuridad que impede ver a Dios, ver el camino, los desviamos del camino. Ese es un pecado tan grave que hubiera sido mejor hundirnos en el mar.

30.- ¿Se trata de amenazas o de comparaciones?
RESPUESTA: Jesús no amenaza a nadie ni con el infierno, ni con ahogarse. Jesús les pone una comparación a través de la cual aparezca con mayor claridad el pecado de obstruir el camino sobre todo a la gente sencilla manifestada en la imagen de “un niño”.

31.- Si usted tuviese que simplificar las cosas y resumir el mensaje de este Evangelio de hoy ¿cómo lo haría?
RESPUESTA: De una manera muy sencilla. Primero, aprendamos a reconocer el bien esté donde esté. Aprendamos a reconocer el bien que hacen los demás, aunque no lo hayamos hecho nosotros. En segundo lugar, sepamos aceptar que también fuera de la Iglesia hay muchas cosas buenas y que nosotros tenemos que reconocerlas e, incluso, que estamos llamados a colaborar con todos aquellos que buscan el bien del hombre, sin necesidad de preguntarles por su identidad religiosa.

32.- Lo que sí me parece fundamental es lo que usted comentaba al principio: evitar la intransigencia. ¡Cuánto daño nos hace a todos esa intransigencia de los unos con los otros!
RESPUESTA: La intransigencia es una autosuficiencia equivocada. Además, la intransigencia es una falta de consideración para con los demás y por supuesto una falta de amor. San Pablo ya decía que el “amor todo lo aguanta, todo lo soporta”. Pero el que no ama exige a los demás lo que no se exige a sí mismo. Peor aún cuando lo hacemos a titulo de buenos. Yo le pediría al Señor: “Señor, a los malos hazlos mejores, pero a los buenos haznos más amables y comprensivos con los demás”.

DESPEDIDA: Pues, amigos, hoy es un buen día para ser exigentes con nosotros y más comprensivos con los demás. Que todos se sientan comprendidos por ti incluso en sus debilidades.

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