Domingo es Fiesta

Cuaresma 1 – C | El diablo tienta a Jesús

“Está mandado: ‘No tentarás al Señor, tu Dios’”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Lucas en el Capítulo 4, versículos del 1 al 13:
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
No comió nada durante esos días, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: “Si Tú eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”.
Jesús le contestó: “Está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre’”.
Después, llevándole a un lugar más alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, será tuyo”.
Jesús le contestó: “Está escrito: ‘Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto’”.
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: ‘Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: ‘Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra’”.
Jesús le contestó: “Está mandado: ‘No tentarás al Señor, tu Dios’”.
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
PALABRA DE DIOS.

1.- Padre Clemente, ¿cómo comienza usted la Cuaresma este año 2022?
RESPUESTA: Pues, ¿qué quieres que te diga? Uno lleva ya tantas Cuaresmas a cuestas y no logra llegar a esa plena libertad de Espíritu, porque siempre hay un más allá que andar… Aunque, a decir verdad, siempre suelo comenzarla con cierta ilusión porque, al margen de todas nuestras debilidades, el Señor sigue haciendo su obra de gracia en nosotros.

2.- Como todos los años, la Cuaresma se abre con la imagen de Jesús tentado. A uno le cuesta hacerse a la idea de ver a Jesús sometido a la tentación, compartiendo con nosotros ese mundo de la lucha interior entre el sí y el no del hombre a Dios.
RESPUESTA: Nos cuesta, porque, aunque te parezca extraño, nosotros tenemos más dificultad en reconocer la humanidad de Jesús que su divinidad. Lo vemos más como Dios que como hombre. De ahí la dificultad de aceptar contemplar a Jesús tentado como nosotros.

3.- Padre, ¿cómo encuadraría usted esta escena de las tentaciones, de modo que podamos comprenderlas mejor y nos sirvan también mejor para clarificar la experiencia de nuestra vida?
RESPUESTA: Digamos que lo primero que descubrimos es la verdadera tentación de cada uno de nosotros. En segundo lugar, las tres grandes tentaciones del corazón humano. Y en tercer lugar, una afirmación de suma actualidad: “no sólo de pan vive el hombre”. Y finalmente, las tentaciones no son cosas de un momento, sino que son una realidad de toda la vida.

4.- Lo primero, dice usted, es que se pone de manifiesto la verdadera naturaleza de la tentación. ¿Podría poner todo esto en sencillo, que lo podamos entender todos?
RESPUESTA: ¿Qué entiendes tú cuando dices que has tenido tentaciones?

5.- De ordinario uno entiende por tentación un mal deseo, un mal pensamiento, pensar mal de los demás… Todo eso de lo que solemos ordinariamente confesarnos.
RESPUESTA: Es cierto. Son tentaciones. Pero estas son tentaciones de la superficie, de la periferia. Las verdaderas tentaciones son mucho más profundas y radicales.

6.- ¿Cuáles son esas tentaciones?
RESPUESTA: Son todas aquellas que, de alguna manera, tratan de desviarnos de los planes y proyectos de Dios. Jesús no fue tentado con un mal pensamiento, esas son tentaciones demasiado baratas. Jesús sufrió la tentación radical de vivir una vida al margen de los planes, proyectos y estilos de Dios. Las pudiéramos llamar de una manera más simple como “tentaciones que desvían del camino”.

7.- ¿Si usted tuviese que concretar esta tentación hoy cómo lo haría?
RESPUESTA: Cada uno tiene sus propios desvíos porque cada uno tiene sus propios caminos. Pero si quisiésemos concretarla en algo muy específico yo diría que la gran tentación del hombre hoy es vivir al margen de Dios. Vivir una vida sin necesidad de Dios. Sentirse él mismo autor y arquitecto de su propia vida, prescindiendo de Dios.

8.- Sin embargo, nosotros damos más importancia a un mal pensamiento, a un mal deseo o a alguna mala mirada que a esa tentación que afecta a la radicalidad de nuestro ser.
RESPUESTA: Es cierto que nosotros vemos en ese mal pensamiento o mal deseo, o mala mirada o lo que sea algo contrario a lo que Dios quiere de nosotros. Pero la verdadera raíz está ahí en negar a Dios en ese fondo del corazón, ese prescindir de Dios, casi sin darnos cuenta.

9.- ¿Cómo sin darnos cuenta?
RESPUESTA: El grave problema nuestro no es tanto el negar a Dios, sino el negarlo sin enterarnos de que lo estamos negando. A eso lo llamo pérdida del sentido de Dios, insensibilidad hacia Dios o, utilizando una expresión médica, podíamos decir: “carencia de los signos vitales”. Porque mientras los signos vitales funcionan siempre hay esperanza de curarse, pero cuando los signos vitales ya han desaparecido, los médicos ya tienen poca esperanza…

10.- Padre, ¿cuáles son esas tres grandes tentaciones del corazón humano?
RESPUESTA: Jesús las expresa muy bien en sus tentaciones. Él hace la experiencia de esas honduras del corazón precisamente ahí donde los caminos de los hombres se cruzan con los de Dios…

11.- Pero, ¿cuáles son?
RESPUESTA: ¿No las conoces? ¿Nunca las has sentido ahí en el fondo de tu corazón?

12.- Puede que las haya sentido, pero nos sabría expresarlas…
RESPUESTA: La tentación del “tener”. La tentación del “dominar”. Y la tentación de la fama, de la admiración por parte de todos. Digámoslo con su propio nombre: la tentación de los grandes títulos honoríficos. Esos que nos dan nombre y prestigio en medio de la gente y que nos distinguen de la misma.

13.- ¿El tener, el poder, y los honores, son tan peligrosos como para desviarnos de los caminos de Dios?
RESPUESTA: Son totalmente lo contrario. La realidad del nuevo Reino es todo lo contrario a la esclavitud del tener. Todo lo contrario a la esclavitud de dominar los demás. Todo lo contrario a esa aureola de los títulos que nos crean como nuestra propia marquesina en medio de los demás. Tal como las describe Lucas yo las graficaría de una manera muy sencilla y simple.

14.- ¿Por qué se hace rogar? Comparta con nosotros esa grafica de las tres tentaciones…
RESPUESTA: Yo las veo en un tríptico muy simple: el económico (tener), el político (dominar) y el religioso (honores).

15.- ¿Está usted diciendo que la economía, la política y la religión son un riesgo para la realización de los planes de Dios en orden al Reino?
RESPUESTA: He dicho que las tentaciones radicales que todos llevamos en el fondo del corazón más o menos disimuladas, más o menos confesadas o calladas, tienen sus raíces en lo económico, en lo político y también en lo religioso.

16.- ¿Cómo aparecen estas tres categorías de tentaciones en el relato de Lucas?
RESPUESTA: Veamos. La primera “utilizar sus poderes o condición divina para multiplicar milagrosamente el pan convirtiendo las piedras en panes”. Esto, ¿dónde tiene lugar?

17.- Lucas pone esa tentación en el desierto.
RESPUESTA: Exacto. Allí donde no hay nada. ¿Y la segunda tentación dónde la sitúa Lucas?

18.- En un lugar muy alto donde se veían todos los reinos del mundo…
RESPUESTA: Muy bien. En la cima dominando todos los pueblos, todos los puede hacer suyos, a todos los puede dominar. Ahí tienes la ambición política de quien quiere ser dueño de todo y de todos. ¿Y la tercera cómo la ubica Lucas?

19.- La tercera en el templo, en el alero del templo.
RESPUESTA: Desierto. Reinos del mundo. Ya no queda sino el templo, el espacio religioso. Convertido también él en un espacio de sobresalir sobre los demás. Utilizar a Dios para ganarse la admiración, el aplauso y el honor ante la gente. También lo religioso puede prestarse para que uno se sitúe por encima de los demás. No sólo el que tiene y el que puede, también el que detenta los títulos religiosos puede sentirse superar al resto.

20.- ¿Qué es lo común a esas tres realidades como tentaciones que desvían al hombre los criterios y metas del Reino?
RESPUESTA: Los tres son un riesgo y un peligro para la realidad fundamental del Reino. Lo esencial del Reino es el amor y la fraternidad y, por tanto, la comunión y la comunidad. Por tanto, lo económico como lo político, como lo religioso pueden ser elementos desintegradores de la comunión, de la fraternidad y del amor.

21.- Padre, usted dijo algo al principio un tanto extraño. Dijo usted que el gran peligro de hoy era convertirlo todo en pan. ¿No cree que hoy se necesita mucho más pan del que realmente tenemos?
RESPUESTA: Vayamos despacio. Yo no he hecho otra cosa que citar las mismas palabras de Jesús. “No solo de pan vive el hombre”. El hombre necesita del pan. Es cierto. Pero no podemos convertir tampoco al hombre en puro estómago. El gran peligro que corremos todos hoy es reducir al hombre a estómago, a un ser económico. A un puro consumidor, a un cliente, a un comprador.

22.- Todo lo que usted quiera. El hombre no es sólo estómago. De acuerdo. Pero con el estómago vacío, ¿qué puede esperar usted del hombre?
RESPUESTA: Y la misma pregunta: ¿Y qué puedes esperar de un hombre con el estómago lleno pero con el alma vacía, con mucho pan para el hambre del estómago, pero carente de valores que llenen su espíritu?

23.- Un hombre con estómago vacío siempre será un riesgo para la estabilidad social…
RESPUESTA: Un hombre vacío de valores espirituales, ¿no es también un riesgo para la sociedad? Un hombre sin valores espirituales terminará poniendo a los hombres al servicio de los demás intereses. Cuando secuestramos a un adolescente para cobrar un rescate, ¿qué valores están privando y guiando el corazón humano? Si la vida de un adolescente o de una muchacha o de una persona adulta, vale menos que un puñado de dólares, ¿qué se puede decir?

24.- ¿Tendremos entonces que cambiar los valores del pan por los valores del espíritu?
RESPUESTA: No tenemos por qué cambiar nada. El hombre necesita del pan, pero también de los demás valores espirituales. No se trata de poner unos y quitar otros, sino de armonizarlos todos. Jesús no niega la necesidad del pan, sino que dice que “no solo de pan de vive el hombre”, “no sólo”. Lo malo no es que los hombres tengan pan. Lo malo está cuando sólo pensamos en el hombre-estómago, y nos olvidamos del hombre-alma, del hombre-espíritu.

25.- Padre, ¿por qué decía usted que las tentaciones no eran problema de un momento, sino que eran una realidad de toda la vida?
RESPUESTA: Tenemos la idea de que Jesús fue tentado al comienzo de su vida y luego ya no volvió a sufrir más tentaciones. Pero Lucas nos dice algo más: “el demonio se retiró hasta otra ocasión”. A Jesús la tentación le acechó toda su vida pública. La última tentación la tuvo en su Pasión, en su propia muerte. ¿Realmente morir en la humillación de la cruz era el mejor camino para implantar el reino y ganar el corazón de los hombres?

26.- Estamos en el Primer Domingo de Cuaresma. ¿Cómo encajar estas tentaciones de Jesús, que son también las nuestras, en este camino y este desierto de la Cuaresma?
RESPUESTA: Lo primero que necesitamos es un poco de desierto. No para pasarnos unas lindas vacaciones, sino para enfrentarnos con nosotros mismos en un verdadero análisis de nuestro corazón. No olvidemos que el desierto no es camino de turismo, sino comino de lucha. La peor lucha es la que entablamos cada uno con nosotros mismos.

27.- ¿Qué otro paso sugeriría usted para este tiempo?
RESPUESTA: Pienso que si lográsemos cada uno de nosotros revisar esos fondos de nuestro espíritu y nos encontrásemos con nuestras ansias de tener más, con nuestras ansias de poder sobre los demás o con nuestras aspiraciones a los honores y sentirse superiores a los otros, habríamos dado un gran paso.

28.- ¿Cómo programaría usted este trabajo cuaresmal en nuestras vidas?
RESPUESTA: Creo que cada uno debiera hacer su propia programación, pero si he de sugerir algo y propondría, en primer lugar, regalarnos cada día un espacio de tiempo a nosotros mismos para mirarnos por dentro y mirarnos a la luz de la palabra de Dios. En segundo lugar, cada uno debería proponerse pequeñas metas para cada una de las cinco semanas de Cuaresma. Algo así como pequeños tramos del camino. En tercer lugar, ponernos siempre por delante el caminar mismo de Jesús. Nosotros no somos los que abrimos el camino. El camino lo va abriendo Él y es Él quien camina por delante.

29.- Amigos de cada domingo, lo maravilloso de Dios está en que siempre nos ofrece oportunidades para poder rectificar nuestras vidas. ¿Por qué no convertimos esta Cuaresma en un tiempo de cirugía espiritual para que lleguemos todos a la Pascua, con un nuevo rostro, un nuevo espíritu?

DESPEDIDA: Sí, amigos, no sólo de pan vive el hombre. ¿De qué estamos viviendo vosotros y yo? ¿Damos tanta importancia a los valores del espíritu como al pan de nuestra mesa?

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