Domingo es Fiesta

Domingo 21 – B | “Señor, ¿a quién iremos?” | IQC2021

“Este modo de hablar es duro”

Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según san Juan 6,60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: “Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?”.

Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne de nada sirve. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y, a pesar de esto, algunos de ustedes no creen”.

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no crían y quién lo iba a entregar.

Y dijo: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mi, si el Padre no se lo concede”.

Desde entonces, muchos discípulos suyos se retiraron y ya no andaban con él.

Entonces Jesús dijo a los Doce: “¿También ustedes quieres irse?”.

Simón Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

PALABRA DE DIOS

1.- Padre Clemente, ¿también Jesús sintió la crisis en su Gabinete?
R
ESPUESTA: Bueno, Jesús no tenía Gabinete alguno. Por tanto, no se trata de una crisis ministerial, sino de una crisis mucho más profunda: Es la crisis de quienes no ven claro o de quien ve las cosas difíciles, y prefieren echarse al lado y no complicarse la vida.

2.- El texto del Evangelio de hoy está lleno de tensiones y violencias. Hay críticas duras y respuestas igualmente duras…
RESPUESTA: Yo diría que es un texto lleno ciertamente de tensiones, aunque sin violencias. A lo más pudiéramos hablar de la violencia de la verdad, que personalmente resumiría en esta frase: “Jesús nunca pone la verdad en cuestión”. Mejor todavía: “La verdad no está en venta ni en rebaja”. La verdad se acepta o se la deja. Así de simple.

3.- De todos modos, no me negará que en este final del capítulo 6 de Juan, la tensión entre Jesús y los que le siguen llega a su punto culminante…
RESPUESTA: Es cierto, y es lo que en el Evangelio de Juan se le llama la “crisis de Galilea”. Este capítulo 6 trata de clarificar la verdad de Jesús y, por tanto, la verdadera identidad de Jesús y también la verdadera identidad de los que le siguen. Jesús no quiere engañados. Jesús no es de los que esconden, camuflan o disimulan la verdad del creyente, con fáciles concesiones.

4.- Lo que sería lo mismo: “Jesús no quiere seguidores al precio de las grandes rebajas”.
RESPUESTA: Jesús nunca pone rebajas a la verdad. Él será siempre sumamente comprensivo con nuestras debilidades, pero esto no significa que nos ponga las cosas más fáciles. La verdad del Evangelio es una. La verdad no entiende de rebajas, porque dejaría de ser verdad.

5.- ¿No se llama a eso intransigencia?
RESPUESTA: La verdad es verdad o no es verdad. No hay término medio porque esas llamadas “medias verdades terminan siempre en grandes mentiras”. Que dos más dos sean cuatro aquí y en todas partes, no es una intransigencia… Podemos ser comprensivos con el niño que ha sumado mal, pero no por ello podemos decirle que dos más dos son cinco.

6.- Bueno, Padre, ¿dónde estamos en el Evangelio? ¿En qué momento nos está situando el Evangelio?
RESPUESTA: Jesús comienza por clarificar las verdaderas motivaciones del seguimiento. No es cuestión de que la gente le siga, sino de cuáles son los motivos por los cuales le están siguiendo. En segundo lugar, Jesús quiere que la gente que le sigue tenga una idea clara de a quién están siguiendo y cuáles son las consecuencias de seguirle. En tercer lugar, la gente cuando es enfrentada con la verdad de Jesús, se siente desconcertada, no ve nada claro, y comienza a sentir que los ideales de Jesús no encajan en sus mentes. En cuarto lugar, la gente, a consecuencia de sus propias dudas, comienza a abandonar a Jesús. Finalmente, Jesús está dispuesto a quedarse solo, volver a comenzar de cero, y enfrenta a los más íntimos, a los Doce: ellos tendrán que definirse también.

7.- Dice usted que la gente se siente desconcertada por las exigencias de Jesús… Hasta cierto punto ¿no le parece normal?
RESPUESTA: Los grandes retos y desafíos siempre asustan a los cobardes. Las grandes metas necesitan siempre de grandes espíritus. Nos hemos acostumbrado tanto a lo fácil que cuando nos sale al paso lo difícil, entonces nos asustamos.

8.- De todos modos, Padre, yo pienso que aquí hay algo más que falta de grandes espíritus. Aquí hay algo que la gente no logra entender. ¿Cómo arriesgarse uno a algo que no logra entender?
RESPUESTA: Estás planteando algo muy real, muy serio, pero que es preciso también entenderlo. Ciertamente que el misterio de la identidad de Jesús no resultaba fácil comprender, era toda una novedad para la que la gente no se siente preparada. Por tanto, hay un momento de oscuridad, una especie de noche. Pero, frente a la duda o a esa oscuridad, la solución no puede ser echarse atrás…

9.- ¿Y cuál cree usted que debe ser la actitud en los momentos de duda, de oscuridad y por tanto de indecisión?
RESPUESTA: Hay un criterio fundamental de discernimiento. No tomar decisiones ni en los momentos de gran euforia, pero tampoco en los momentos de grandes depresiones. Porque ninguna de esas situaciones es la normal de la vida. Cuando estamos metidos en la oscuridad, lo único que nos queda es esperar a que se haga de día. Cuando nos sentimos metidos en esa oscuridad donde todo nos parece negro, oscuro, sin sentido, lo mejor es esperar. Dejar que amanezca.

10.- La gente, Padre, ya llevaba mucho tiempo con Jesús. Cada vez la figura de Jesús se hacía menos clara. Porque cada vez se iba complicando más…
RESPUESTA: Digamos lo siguiente. La figura de Jesús se iba clarificando más, en la medida en que se iba oscureciendo…

11.- No entiendo. Se clarificaba más cuanto más se oscurecía… ¿No lo estará también usted poniéndolo en difícil? ¿Cómo el oscurecimiento puede clarificar las cosas?
RESPUESTA: Es la pedagogía de Dios. Fíjate, todo aquello en lo que Dios se nos quiere manifestar, termina oscureciéndolo más.

12.- Lo que revela oscurece… ¿No podría usted clarificar un poco todo esto, pero sin oscurecerlo más?
RESPUESTA: Veamos. Cuando Dios se manifiesta en la palabra: la palabra quiere revelar a Dios, pero la palabra misma empobrece y oscurece a Dios porque la palabra no es Dios. Cuando Dios se nos quiere revelar se encarna y nace en medio de nosotros, pero cuando vemos al niño en el pesebre ¿revela o más bien oscurece a Dios? Cuando tú quieres expresar tu cariño a alguien le regalas un ramo de flores. Las flores te expresan, pero también te esconden. Porque unas flores nunca podrán decir toda tu verdad.

13.- ¿Y aplicado todo esto a este texto y momento del Evangelio cómo lo podemos entender?
RESPUESTA: Cuanto más Jesús se quiere revelar en su verdad, lo hace hablando más del misterio de su muerte. La muerte que quiere ser la máxima manifestación de Jesús, es el momento en el que más se esconde y oculta la divinidad y la verdad divina de Jesús. Aquí, en todo este capítulo 6, Jesús se identifica con el pan de la vida, que es el pan que luego Él mismo dirá “será el pan-cuerpo entregado” y el “vino-sangre derramada”.

14.- Creo entender algo. Cuanto Jesús más se va revelando como el crucificado, el condenado a muerte, más se oscurece su imagen en la mente y el corazón de la gente. ¿Es esto lo que quiere decir?
RESPUESTA: Jesús no tiene problemas de ser aceptado por la gente mientras hace milagros, cura y sana enfermos, les da de comer pan y peces en abundancia. Ni tampoco mientras Jesús se manifieste como “Hijo de Dios”. El problema surge cuando Jesús hace alusión a su momento cumbre: anuncia su muerte de crucificado. Pese a que la cruz será el momento cumbre de la revelación, la cruz termina por oscurecerlo del todo.

15.- Veamos si le he entendido bien. Cuando Jesús les preguntó sobre qué pensaban de él, todo estaba bien hasta que por primera vez anunció su muerte en la cruz. Ahí hasta Pedro reaccionó. ¿Quiere decir que Juan les habla de lo mismo en este capítulo seis?
RESPUESTA: Lo que Mateo, Marcos y Lucas ponen como el cuestionamiento de ¿qué dice la gente y qué decís vosotros? Juan lo plantea de otra manera anunciando su muerte en el anuncio de la Eucaristía, sacramento de su muerte. Y aquí la crisis se plantea de una manera más general…

16.- ¿En qué sentido la crisis se plantea aquí de una manera más general?
RESPUESTA: En los relatos de Mateo, Marcos y Lucas, la crisis parece darse al interior de los discípulos más allegados. Aquí, la crisis se generaliza. Son los distintos círculos de seguidores los que reaccionan. Juan presenta como tres círculos en torno a Jesús: dos círculos que llama “muchos discípulos” “sus discípulos”, y el grupo de los Doce… El abanico comienza a romperse por fuera. Por el círculo más amplio que siente que aquel modo de hablar es duro y que no vale la pena hacerle caso… Otro grupo algo más cercano, también sintió el desconcierto “y se echaron atrás y no volvieron a ir con Él”.

17.- Sin embargo, Padre, yo noto una gran diferencia entre el relato de los sinópticos y éste de Juan. En el relato de los sinópticos son los discípulos, los Doce, que en la figura de Pedro se escandaliza y a poco termina expulsando a Pedro del grupo. En cambio, aquí es la gente la que se va y los doce se afirman en torno suyo.
RESPUESTA: Es cierto, son como dos momentos distintos. Para los Sinópticos la crisis comienza dentro y ponen el acento en esta crisis interna. En cambio, Juan prefiere destacar que la crisis comienza desde afuera y presenta a los doce como una especie de resto que decide quedarse con Él. Con lo cual el Evangelio nos está diciendo que la cruz es el gran escollo para todos y que el seguimiento de Jesús sólo es posible cuando logramos superar el escándalo de la Cruz.

18.- Yo descubriría en todo esto algo que me parece sustancial en el seguimiento de Jesús…
RESPUESTA: ¿Cuál es ese elemento sustancial que tú descubres en el seguimiento de Jesús?

19.- Jesús, que es tan comprensivo en todos los campos, no quiere claudicar en la afirmación de la centralidad de la cruz para todo aquel que quiera seguirle. En torno a la cruz, como que Jesús no acepta discusión alguna…
RESPUESTA: Y eso tiene una razón muy clara. Para Jesús, el misterio de la Cruz, es el momento culminante de la revelación de Dios. Es ahí en la muerte como crucificado donde Dios nos revela la plenitud de su amor para con los hombres. Por tanto, desdibujar el misterio de la cruz, sería como desdibujar el misterio del amor de Dios, la plenitud de la revelación.

20.- ¿Hasta el punto de que todos le abandonen y vuelva a quedarse sólo como cuando comenzó?
RESPUESTA: ¿Para qué quiere Jesús seguidores que no entienden lo esencial de su mensaje? ¿Para qué quiere y de qué le sirven seguidores que no logran comprender la gran revelación de Dios como amor? No olvidemos que el mandamiento principal del creyente no es el cumplimiento de la ley, sino el mandamiento del amor, que la esencia del cristiano, la esencia de seguir a Jesús, que es descubrir el misterio de Dios amor.

21.- ¿Quiere esto decir que, sin aceptar y descubrir la revelación de la cruz, no podemos amar de verdad?
RESPUESTA: Podremos amar, también los paganos aman, también los ateos aman. Pero nunca podríamos amar a los demás “como Él nos amó a nosotros”.

22.- Veamos si he entendido. Que el amor del cristiano ha de ser como el amor que Él nos tiene… Y ese amor se revela muriendo por nosotros…
RESPUESTA: Jesús nos dirá “amaos como yo os he amado”. Y el “como yo os he amado” es “hasta dar mi vida por vosotros en la Cruz”. Entonces, si negamos la cruz, si no entendemos la cruz, nosotros nunca entenderemos tampoco que tenemos que amarnos hasta dar nuestra vida por los demás… Tampoco entenderemos “cuánto nos ha amado Dios, que incluso no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros”.

23.- De todos modos, Padre, aún aceptando todo lo que usted nos viene diciendo, yo insisto de que tampoco para ellos esto podía resultar nada fácil… La cruz en aquel entonces no era signo de revelación, sino al contrario, y usted lo ha dicho muchas veces en estos programas… La cruz era signo de maldición y de que Dios no estaba de su parte.
RESPUESTA: Totalmente de acuerdo contigo, pero por qué no leemos esto mismo desde otra clave…

24.- ¿Desde qué clave?
RESPUESTA: Te he dicho que aquello que revela a Dios lo oscurece, ¿verdad? ¿No te parece algo maravilloso que Dios haya querido expresarnos su amor pasando por aquello que más oscurece su propio rostro? ¿No te parece extraordinario que Dios convierta la maldición en bendición? Lo cual ya nos está diciendo que el misterio de la Cruz sólo es comprensible desde la fe. La cruz no podemos entenderla desde una lógica humana, sólo desde la lógica de la fe. Lo que nos está diciendo también otra cosa…

25.- ¿Cuál?
RESPUESTA: Que la misma fe tampoco se rige con nuestra lógica humana y que la misma fe tenemos que vivirla con frecuencia en la oscuridad de lo humano…

26.- Padre, ¿y cree usted que los cristianos hemos entendido a Jesús como el crucificado, y que hemos entendido el misterio de la Cruz? Porque la cruz sigue siendo rechazada también hoy…
RESPUESTA: Es posible que no hayamos entendido suficientemente a Jesús crucificado, ni tampoco hayamos valorado suficientemente la cruz en nuestras vidas, pero esto por una razón muy sencilla. Nos han mostrado demasiado la cruz como invitación al dolor y al sufrimiento, y esa no es la cruz que Jesús anuncia y proclama.

27.- ¿Y qué otra cruz anuncia entonces? ¿Es que hay alguna cruz distinta?
RESPUESTA: Sí. Hay una distinta. Jesús nunca nos hace invitación al sufrimiento. Jesús nos invita a descubrir la cruz como revelación de amor. El dolor de la Cruz no es sino un medio de revelación: “Dios amó tanto al hombre…” La cruz es la medida del amor, pero lo importante y lo esencial, será siempre el amor.

28.- ¿No será que también hoy son muchos los que abandonan la Iglesia por miedo a la Cruz?
RESPUESTA: Me preocuparía que la gente abandone la fe por miedo a la Cruz, porque con ello estaríamos confesando que la Iglesia anuncia mal la cruz. Está anunciando una cruz que no es la de Jesús. Estaría anunciando un cristianismo de dolor, en vez de un cristianismo de “amor”.

DESPEDIDA: Amigos, ¿también vosotros queréis dejar a Jesús? ¿No será preferible decir, aunque no entendamos nada, “Señor y a dónde iremos si tú tienes palabras de vida”? La cruz no es tu cruz. La cruz es amor. ¿Abandonaremos el amor?

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