Domingo es Fiesta

Cuaresma 1 – B | Las tentaciones de Jesús | IQC2021

“Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás…”

Santo Evangelio según san Marcos 1,12-15

En aquel tiempo, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre las fieras salvajes, y los ángeles le servían.

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio”.

Palabra del Señor.

1.- ¿Cómo y con qué actitud comienza un sacerdote la Cuaresma?
RESPUESTA: Así me gusta. Preguntas de frente y sin rodeos. Pues te seré muy franco en la respuesta, el sacerdote comienza la Cuaresma como el resto de fieles.

2.- ¿Cómo uno más del montón?
RESPUESTA: En primer lugar, yo prefiero hablar de comunidad y no de montón. El sacerdote no es ningún tipo raro, es uno más de la comunidad, y está llamado a hacer el camino con la comunidad.

3.- ¿También ustedes los sacerdotes tienen que hacer el camino cuaresmal lo mismo que la comunidad cristiana, buscando la conversión del corazón?
RESPUESTA: El sacerdote no está solo, no es un parásito, es un miembro de la comunidad, es el animador de la comunidad.

4.- ¿Y cómo la anima si él mismo tiene que hacer el mismo proceso de conversión?
RESPUESTA: Pues precisamente caminando con la comunidad, haciendo el mismo camino de conversión que el resto de la comunidad. Animando a la comunidad, no desde fuera, sino desde dentro. Porque también el sacerdote tiene necesidad de convertirse cada día. También él tiene necesidad de creer en el Evangelio. También él tiene que recordar su bautismo y su vocación sacerdotal y religiosa.

5.- Un momento. ¿Todo eso me lo dice por humildad o porque también usted siente la necesidad de la conversión?
RESPUESTA: Frente al deber de la conversión no existe humildad alguna. Nadie está convertido del todo. La Iglesia entera está en constante necesidad de conversión. El Papa tiene que vivir convirtiéndose cada día. El obispo tiene que convertirse cada día. El sacerdote y el religioso tiene que convertirse cada día acompañando a su comunidad también en estado de conversión.

6.- Es decir, aquí no queda ni el apuntador…
RESPUESTA: Todos podemos ser mejores. Todos podemos amar más. Todos tenemos muchas pelusillas en el corazón. Todos sufrimos demasiados tufillos en la cabeza. El camino de la conversión tiene un comienzo, pero el final está muy lejos… Por eso me encanta aquella oración: “Señor: que mañana los malos sean buenos. Que los buenos, Señor, sean Santos. Y, por favor, que los Santos sean más simpáticos”.

7.- ¿No cree que la Cuaresma es un tiempo demasiado triste y demasiado serio?
RESPUESTA: Triste, por favor, no. Serio, sí. Si hay algo serio en la vida es vivir a fondo lo que somos. Si hay algo serio es tomar precisamente en serio nuestro bautismo y el Evangelio de Dios. Si hay algo serio es tener que cambiar constantemente nuestro corazón por un corazón según el corazón de Dios. Pero esto no es triste, esto es vivir cada día la fiesta de la gracia.

8.- De todos modos, Padre, la Iglesia nos pone cada año un pórtico a la Cuaresma que no es precisamente una fiesta. Todos los años la Liturgia nos presenta a Jesús tentado en el desierto.
RESPUESTA: Pues, ¡qué curioso! Yo lo llamo el Evangelio del triunfo de la gracia. Del triunfo de la debilidad humana contra las fuerzas del pecado cuyas semillas todos llevamos dentro. Una de las cosas que personalmente más me duelen es cuando alguien me viene diciendo que quiere “cambiar”, pero que “no puede”. Quiere, pero no puede.

9.- Pero esa es, con frecuencia, nuestra triste realidad: queremos y, en realidad, no podemos.
RESPUESTA: No me vendrás también tú hoy a decirme que “quieres y no puedes”. ¿No será que en vez de un “quiero” también tú eres de los que “quisiera”?

10.- ¿Qué diferencia hay entre el “quiero y el quisiera”? ¿Acaso no son lo mismo?
RESPUESTA: El “quisiera” es una especie de buen deseo, pero sin decisión. Cuando decimos “yo quisiera”, en el fondo, quedamos bien con nosotros mismos, pero en realidad no queremos. En cambio, el “yo quiero” es una decisión firme y decidida.

11.- Hablemos con franqueza. Jesús, ¿fue realmente tentado?
RESPUESTA: Ah, ¿piensas que Jesús hace teatro? Jesús es muy realista, no es teatrero. Jesús fue tentado y tentado radicalmente…

12.- No me dirá que Jesús fue tentado con malos pensamientos, con malos deseos como nosotros.
RESPUESTA: Jesús fue tentado igualito que nosotros. Y como nosotros tentado de una tentación mucho más radical que las tonterías de un simple pensamiento. Jesús fue tentado, para ponértelo en el hoy nuestro, contra su bautismo.

13.- ¿Tentado contra su bautismo?
RESPUESTA: Claro que sí. Porque esa es la verdadera tentación de todo cristiano. La tentación de la fidelidad a sí mismo. La tentación de la infidelidad a su misión. La tentación del desvío del camino.

14.- Ahora sí creo que me la ha puesto difícil. ¿Qué significa la tentación de la fidelidad a sí mismo?
RESPUESTA: Tú y yo la conocemos muy bien por nuestra propia experiencia. La tentación de ser otra cosa de lo que estamos llamados a ser. Todos somos personas y tenemos con frecuencia la tentación de vivir más como animalitos que como personas. Todos estamos bautizados y todos sufrimos la tentación de renunciar a nuestra condición de hijos de Dios. Nuestra tentación de renunciar a nuestra vocación de santidad quedándonos en simplemente buena gente. Nuestra tentación de vivir en la Iglesia sin ser Iglesia.

15.- Siguiendo ese camino habría que decir también la tentación de ser creyentes viviendo como paganos.
RESPUESTA: Has dado en el clavo. Creo, pero vivo como si no creyese. La fe no condiciona en profundidad mi vida.

16.- Pero en Jesús, ¿cómo se da la tentación?
RESPUESTA: Jesús nos dice San Pablo “se hizo en todo, igual a nosotros, menos en el pecado”, pero igual que nosotros en la tentación. La Encarnación de Jesús lo hizo, añade Pablo, “un hombre cualquiera”. Por tanto, experimentó nuestra condición humana igual que nosotros. Y Jesús sufrió nuestras grandes tentaciones, es más, incluso nosotros mismos hemos sido quienes le hemos tentado.

17.- Ajá… ¿Ahora me viene usted a culpar a mí de las tentaciones de Jesús? Yo creía que tenía bastante con las mías y ahora también soy responsable de las de Jesús…
RESPUESTA: Nos creíamos más inocentes ¿verdad? Veamos un poco. ¿No fue Pedro quien llamó a parte a Jesús tratando de disuadirlo de aceptar ser un Mesías crucificado, cuando tenía todas las posibilidades de ser un Mesías triunfante? ¿No fueron los sumos sacerdotes y los ancianos los que constantemente le atacaron porque sus caminos eran diferentes a los de la ley? ¿En el fondo, no somos nosotros quienes constantemente nos quejamos de las exigencias del Evangelio? Era lógico que Jesús se plantease la gran pregunta: ¿será de verdad éste el camino? ¿No estaré equivocando las cosas?

18.- Lo curioso de este Evangelio es su introducción. Acaba de salir del Bautismo y de frente, siguiendo el texto de Marcos, “el Espíritu empujó a Jesús al desierto”. ¿No es éste el mismo Espíritu que se manifestó en el Bautismo?
RESPUESTA: El mismo Espíritu Santo. Al desierto no se va por gusto. El desierto no es para almas débiles. El desierto es para quienes se arriesgan a salir de sus esclavitudes y se aventuran a buscar la libertad de la Pascua. Pero el desierto es muy duro, para caminar por él se necesita ser empujados por el Espíritu.

19.- ¿Por qué dice usted que el desierto no es para almas débiles? ¿Acaso los débiles no son capaces de arriesgarse a salir de sus esclavitudes?
RESPUESTA: Los débiles son fuertes cuando son movidos por el Espíritu porque entonces tienen su fuerza. Cuando los débiles somos movidos por el Espíritu, entonces somos fuertes con la fuerza misma del Espíritu.

20.- ¿Cuál es el simbolismo del desierto en todo este tiempo de Cuaresma? Porque, hasta donde tengo entendido, la Cuaresma es el desierto también de cuarenta días para la Iglesia…
RESPUESTA: Tú lo has dicho. El simbolismo del desierto porque el desierto, aparte de ser una realidad, es también un símbolo. Entendido simbólicamente, el desierto es el espacio de la lucha por la libertad, es el espacio del encuentro con Dios caminando con nosotros, es el espacio para caminar hacia la Pascua.

21.- Espacio de lucha por la libertad. ¿Quiero esto decir que durante la Cuaresma tenemos que retirarnos todos al desierto? Tendremos que irnos todos al “desierto de Sechura”.
RESPUESTA: El desierto lo tienes en tu casa, lo tienes en tu oficina, lo tienes cada día que te tomas en serio. Cada día que luchas por romper todas las ataduras que esclavizan tu vida. Cada día que luchas por hacerte dueño de todas esas voces que te llaman por otros caminos.

22.- En todo caso, para entrar en este desierto tendremos que aislarnos un poco. ¿O es que también se puede vivir el desierto en la calle?
RESPUESTA: No es fácil convertir en desierto la calle. Aunque todos podemos regalarnos un tiempo de desierto, de soledad, donde nos encontremos con nosotros mismos, donde podamos mirarnos por dentro, donde podamos vernos sin tapujos y sin engañarnos a nosotros mismos.

23.- ¿En qué sentido el desierto es un camino hacia la Pascua?
RESPUESTA: La experiencia bíblica de desierto es como de un lugar donde el hombre sale de algo, se encuentra con Dios, y camina hacia algo. En el desierto comenzó el caminar del pueblo hebreo, un caminar duro, lleno de tentaciones, sobre todo la tentación de volver al pasado. El desierto también es espacio donde el pueblo experimenta la presencia de Dios. Hay una frase de Moisés que a mí siempre me ha encantado…

24.- Moisés tiene muchas intervenciones, ¿a cuál se refiere?
RESPUESTA: Aquel día que habla con Dios cara a cara, y le reta y le desafía a Dios: “O vienes con nosotros o de lo contrario no cuentes conmigo”. ¡Qué franqueza la de Moisés con Dios! Y Dios se compromete a caminar metido en el pueblo.

25.- Hoy, ¿en qué puede consistir este caminar hacia la Pascua?
RESPUESTA: Yo lo resumiría así: recordar, caminar, mirar hacia adelante.

26.- Recordar…
RESPUESTA: La Cuaresma es tiempo para recordar de dónde venimos. Aquí nos encontramos con dos recuerdos básicos: recordar nuestro bautismo, que es nuestro punto de partida, y recordar nuestras esclavitudes, que no son pocas. Esclavitudes personales y esclavitudes sociales.

27.- Caminar…
RESPUESTA: La Cuaresma no es para quedarnos sentados, no es para quedarnos donde estamos, es preciso caminar, movernos. Las sillas y las poltronas están bien para los perezosos. Pero los caminos se han hecho para los peregrinos, para los que caminan, para los que quieren llegar lejos, para los que quieren ver cosas nuevas, distintas… Todos tenemos mucho que ver y qué vivir por delante.

28.- ¿Y mirar hacia adelante?
RESPUESTA: El horizonte hacia donde siempre tiene que mirar el cristiano es la Pascua. Nosotros no caminamos hacia la muerte, caminamos hacia la vida. No caminamos hacia el fracaso, sino hacia el triunfo pascual. Yo diría que como cristianos nos movemos entre el ayer de nuestro bautismo y el mañana de la Pascua.

29.- A nosotros nos toca vivir esta Cuaresma en tiempo de campaña electoral. ¿No será esto un impedimento para centrarnos precisamente en nuestro bautismo y en la Pascua?
RESPUESTA: No veo porqué ha de ser un impedimento. El cristiano no vive su bautismo al margen de su vida real y concreta, incluida la vida política. El cristiano tampoco es un espiritualista que ve la Pascua como un simple acontecer del alma.

30.- ¿Está usted diciendo que la Pascua tiene que ser también un acontecer político?
RESPUESTA: ¿Y por qué no? La Pascua es pasar de… a… La Pascua es un pasar de la esclavitud a la libertad, es un pasar de la muerte a la vida. Pues bien, la política tendría que ser también el esfuerzo de todos en ponernos de acuerdo, en unir todas nuestras fuerzas, para que juntos podamos sacar a nuestro pueblo de su pobreza, de su miseria.

31.- ¿Y no es esto mezclar política y fe?
RESPUESTA: Hermano, ¿cuál fue el primer gran gesto de Dios para con los hombres después de la creación? La historia de la revelación nos muestra primero a Dios como creador, pero en un segundo momento nos presenta a Dios tratando de sacar a su pueblo de la esclavitud para llevarlo a la libertad de un pueblo nuevo.

32.- Nadie dirá que Dios mezcla las cosas.
RESPUESTA: Dios asume al hombre entero. Y la Pascua no es solo el cambio espiritual del alma. El ejemplo es el mismo Jesús. El Jesús de la Pascua es el Jesús con un espíritu nuevo, pero también con un cuerpo nuevo. El Jesús con un alma resucitada, pero también con un cuerpo resucitado.

33.- Cuarenta días recuerdo… Cuarenta días de camino… Cuarenta días mirando el horizonte pascual…
RESPUESTA: Cuarenta días buscando nuestras raíces. Cuarenta días tentados de abandonar el camino. Pero cuarenta días de gozosa esperanza. Al final está la luz. Al final está la meta. Que la aridez y las dunas del desierto no impidan ver el final de nuestra esperanza.

DESPEDIDA: Amigos, hoy comenzamos un camino hacia la Pascua. Vamos a caminar todos juntos, que nadie se quede en el camino, porque Jesús nos quiere ver a todos en la Pascua.

Tal vez te pueda interesar…

Cuaresma 5 – B | Volveré a glorificarlo

Cuaresma 5 – B | Volveré a glorificarlo

Domingo, 17 de marzo del 2024
Jn 12,20-33
Jesús les dijo: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se desprecia a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.
Entonces vino una voz del cielo: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.

Cuaresma 4 – B | Jesús habla del juicio

Cuaresma 4 – B | Jesús habla del juicio

Domingo, 10 de marzo del 2024
Jn 3,14-21
“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él”.

Cuaresma 3 – B | Jesús limpia el templo

Cuaresma 3 – B | Jesús limpia el templo

Domingo, 3 de marzo del 2024
Jn 2,13-25
Jesús contestó: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré”.
Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”.
Pero él hablaba del templo de su cuerpo.