“Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio”
Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Marcos en el Capítulo 16, versículos del 15 al 20:
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
“Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos”.
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
PALABRA DE DIOS.
1.- ¿Y llegamos al final?
RESPUESTA: Yo diría: llegamos al comienzo.
2.- Comienzo y final están cada uno en una punta, ¿cómo los junta usted?
RESPUESTA: Muy fácil. Tienes razón tú y tengo razón yo. ¿Ves que fácil?
3.- Me da la impresión de que hoy se ha levantado usted de muy buen humor y le encanta complicar las cosas.
RESPUESTA: Lo de buen humor es cierto. En cuanto a querer complicar las cosas de ninguna manera. Fíjate, es el final de la vida terrena de Jesús, pero también es el comienzo de nosotros como continuadores de su obra en el mundo. Por eso llegamos al final como dices tú, pero llegamos también al comienzo como decía yo. El final de Él y el comienzo nuestro.
4.- ¿Y qué es más importante aquí: el final o el comienzo?
RESPUESTA: Las dos cosas son importantes. Sin el final de Jesús no tendríamos el comienzo nuestro. Un final sin nuevo comienzo también sería dejar las cosas a medias.
5.- Pero la liturgia celebra la “Ascensión de Jesús”, por tanto, pareciera que el acento lo pone en el final más que en el comienzo.
RESPUESTA: Cierto, que la liturgia pone el acento en Jesús que llega al final del camino de su vida de Encarnación. Pero si te fijas en el texto mismo, este final se lleva a cabo en una transmisión de poderes y de misión. Es curioso, pero no podemos olvidar que la celebración de la vida de Jesús siempre se da en la realidad nuestras como creyentes en Él.
6.- Padre, Lucas pareciera ser el Evangelista que más importancia ha dado al hecho de la Ascensión de Jesús. Tiene dos relatos, uno en los Hechos de los Apóstoles y otro en el Evangelio. ¿Por qué?
RESPUESTA: Si te fijas bien, en el Libro de los Hecho presenta un relato que quisiera ser descriptivo del hecho, en tanto que en el Evangelio hace un relato ya interpretado. Ambos relatos se hacen, fundamentalmente, desde la experiencia de la Iglesia.
7.- Leyendo este texto del Evangelio uno siente algo extraño. Primero, Jesús les da en síntesis como una catequesis de su Muerte y Resurrección. Fíjese: “Reúne a los discípulos y les dice: Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día”. ¿Qué sentido tiene este volver de nuevo a recodar el misterio de su Muerte?
RESPUESTA: Situémonos un poco, ¿quieres?
8.- Cómo no…
RESPUESTA: Comencemos diciendo que tú has dejado el texto a medias porque después de recordarles que el misterio de su Muerte respondía a lo que de Él habían dichos las Escrituras, les añade algo más.
9.- ¿Qué es lo que añade?
RESPUESTA: La Muerte y la Resurrección tenían una misión: predicar la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por el mismo pueblo judío, personificado en la ciudad de Jerusalén.
10.- ¿Quiere decir que sin la misión esa Muerte y esa Resurrección no tienen sentido?
RESPUESTA: Hay dos cosas fundamentales: La Muerte y la Resurrección no son algo que aparecen accidentalmente en su vida, estaban anunciadas y, por tanto, formaban parte del plan y del proyecto de Dios. Pero esa Muerte y esa Resurrección debían expresarse luego en anuncio de conversión, en buena noticia del cambio, en anuncio del perdón, buena noticia de la bondad, la misericordia y el amor del Padre. Además, una conversión y un perdón de los pecados que debía extenderse a todos los pueblos. Ese es el sentido universal del Evangelio.
11.- De acuerdo, pero qué sentido tenía volver a recordarles lo que tantas veces habían escuchado.
RESPUESTA: Su sentido es bien claro. Él da por terminado su camino, pone fin a su obra como Dios encarnado y hecho hombre. Ahora les toca a ellos, a partir de ese momento ese anuncio y predicación las corresponde a ellos. Por tanto, les está señalando y marcando la misión que les encomienda. Les está señalando la tarea que ahora ellos deben asumir.
12.- ¿No sabían ellos todo eso desde antes?
RESPUESTA: Claro que lo sabían, pero no resulta fácil creerlo y asumirlo. Por eso aquí Jesús les añade algo que es fundamental si es que quieren responder a la confianza que Él ha puesto en ellos.
13.- ¿Se puede saber qué añadidura hay aquí?
RESPUESTA: Más que una añadidura hay varias. Veamos, en primer lugar, ellos tendrán que ser no sólo predicadores, sino testigos, con todo lo que implica ser testigo. En segundo lugar, les exige un cambio de mentalidad no demasiado fácil para ellos. Y, en tercer lugar, les dice que para todo ello esperan al prometido por el Padre para que tenga la suficiente fortaleza que los capacite para dicha obra.
14.- Dice usted que lo primero que les exige a ellos es la condición de “testigos”. ¿Por qué?
RESPUESTA: El Evangelio se predica sí con la palabra, pero no basta. Se requiere ser testigo vivo. Ser testimonio vivo.
15.- Bueno, esto no creo tenga demasiados problemas… Todos estos años han sido testigos de todo lo que Jesús a dicho y hecho.
RESPUESTA: El testimonio tiene otras exigencias. Primero, ciertamente han sido testigos porque han visto y oído, pero tienen que ser testigos de que ellos han entrado en esta nueva experiencia. Es decir, tienen que ser los testigos de lo que ese anuncio implica; es decir, que los demás puedan descubrir el Evangelio en sus propias vidas. Y más aún…
16.- Mucho testimonio les está pidiendo…
RESPUESTA: Pues sí. Pues no sólo tienen que ser testigos de lo visto y oído, sino que también ellos tienen que estar dispuestos a testimoniar el Evangelio con sus vidas, entregándolas como Él entregó la suya.
17.- Decía usted que además les estaba exigiendo un cambio de mentalidad no demasiado fácil para ellos, ¿a qué cambio se está refiriendo?
RESPUESTA: Al cambio de su modo de pensar todavía muy localista. Jesús les pide que, a partir de ese momento, la geografía de su corazón tenía que ser más grande que Israel. El Mesías nació de Israel, pero su misión era para todos los pueblos, por tanto, no podían quedarse encerrados en su propia tierra. Su tierra en adelante era la humanidad entera.
18.- Sin embargo, Jesús les dice “comenzando por Jerusalén”.
RESPUESTA: Comenzar sí, pero no quedarse ahí. El pueblo de Israel no queda excluido, pero tampoco el Evangelio queda reducido a Israel. El primer anuncio lo recibe Israel, ya que de Él nació el Mesías. Pero Israel no puede ser la frontera divisoria. Ellos son los hombres sin fronteras y, hasta diría yo, sin nacionalidades. Son los hombres para todos.
19.- No obstante Jesús les manda esperar un poco. Esperar hasta que el Padre les envíe lo que les ha prometido… ¿Está anunciando aquí la venida del Espíritu Santo?
RESPUESTA. No podemos continuar la Obra de Jesús si no estamos fortalecidos y animados por la virtud y acción del Espíritu Santo. Primero, tendrán que ser los hombres del Espíritu porque sólo entonces podrán romper con las limitaciones culturales y también podrán ser los verdaderos testigos.
20.- Es decir, en la Ascensión Jesús hace la transmisión de poderes, aunque sé que a usted le viene mejor la transmisión de misión. Pero aún tendrán que esperar a que el Espíritu los cepille y los haga instrumentos aptos…
RESPUESTA: Hay retransmisión oficial de misión, pero el verdadero envío tendrá lugar el día de Pentecostés. El anuncio tiene que brotar de la presencia del Espíritu en sus corazones y en sus mentes. Este es el gran problema del anuncio del Evangelio. No es cuestión simplemente de hablar, hay que preguntarse de qué fuente brota la palabra. La palabra que no brota del Espíritu termina siendo palabra humana.
21.- Padre, en este relato de la Ascensión hay un gesto bien simpático…
RESPUESTA: ¿A qué gesto te refieres y que te ha caído tan simpático?
22.- El de la bendición. Por dos veces hace referencia a la bendición: “Levantando las manos, los bendijo”, y luego añade: “Mientras los bendecía se separó de ellos…”.
RESPUESTA: La bendición tiene aquí una significación especial. El gran sentido de la bendición en todo el Antiguo Testamento era el signo de declaración del heredero, de aquel que asumía la continuidad de la bendición mesiánica. Ahora Jesús, al despedirse, también los bendice, los declara herederos del reino, herederos de su continuar y prolongar la misión.
23.- Pero, además, yo entiendo que es como una manera de sentirlos en comunión con Él, una manera de declararlos aceptados por su corazón.
RESPUESTA: La bendición viene de bene-dicere, decir cosas buenas, expresar los mejores sentimientos. Por tanto, fue una despedida en un clima de amistad, en un clima de benevolencia.
24.- Lucas pareciera querer poner de manifiesto precisamente este sentido gozoso y no doloroso de la despedida. No se nota aquel ambiente de tensión de las despedidas de la Ultima Cena…
RESPUESTA: Es que las despedidas de la Ultima Cena tenían como meta la Pasión y la Muerte. Ahora es la despedida del que está vivo y aunque se va saben que seguirá con ellos.
25.- Fíjese lo que dice Lucas a continuación: “Y se volvieron a Jerusalén con gran alegría”.
RESPUESTA: Lucas quiere expresar ese clima sereno, gozoso, alegre de la despedida de Jesús y les hace a ellos mismos como los testigos del triunfo definitivo del Maestro. Una alegría que revierte sobre ellos y que los hace sentirse lanzados a la aventura del Evangelio no con miedo sino con gozo, con alegría, como una fiesta del corazón.
26.- Lo extraño, Padre, es que volvieran al templo: “Y estaban todos los días en el templo bendiciendo a Dios”. ¿No le extraña que volviesen al templo que estaba ya superado?
RESPUESTA: Recuerda lo que les dijo Jesús, que era preciso que no saliesen de la ciudad en tanto no recibiesen el regalo y el don del Espíritu Santo que el Padre les había prometido. Por otra parte, el regreso al templo no era tanto para seguir siendo los fieles del templo, sino porque era en el templo donde se reunía la gente, era el lugar donde podían entrar en relación con la gente.
27.- Padre, todo esto a mí me a ver el misterio de la Iglesia. ¿Qué cualidades de la Iglesia aparecen aquí en el misterio de la Ascensión? Porque, en el fondo, es una fiesta bien eclesial.
RESPUESTA: Es una fiesta profundamente eclesial. Aún antes de que la Iglesia aparezca como tal en público el día de Pentecostés, ya en la Ascensión aparece toda una serie de rasgos que de alguna manera ya hemos indicado.
28.- ¿Podría concretarlos un poco, pero ya desde la Iglesia como tal?
RESPUESTA: Según esta última catequesis de Jesús a los suyos, aparece una Iglesia. Primero, llamada a ser siempre buena noticia de conversión y del perdón. Una Iglesia, por lo demás, abierta a todos los pueblos, a todas las culturas, comunión de todos los hombres más allá de todas las diferencias. Una Iglesia testigo del Evangelio, sacramento de Jesús.
29.- Cada vez que le escucho hablar a usted de ciertas cosas, siento como si dentro algo se me revolviese.
RESPUESTA: ¿Qué se te revuelve dentro? No tienes por qué creerme todo lo que yo digo. Yo te hablo de lo que entiendo meditando el Evangelio y cómo lo siento en mi corazón.
30.- El problema es otro. Leyendo el Evangelio uno descubre una Iglesia de la bondad, de la misericordia; sin embargo, uno como que tiene una experiencia distinta. La experiencia de una Iglesia muy apegada a la ley. Una Iglesia dura e intransigente, a la que uno le tiene un cierto miedo.
RESPUESTA: Pues yo desearía que cambiases tus sentimientos y lograses ver a la Iglesia como la Iglesia de la bondad de Dios. La Iglesia del anuncio del hombre nuevo, del anuncio del perdón, de la misericordia. Al menos, te confieso que ésta es la Iglesia en la que yo creo.
31.- Eso es precisamente lo que me choca, porque a usted lo veo tan feliz, tan optimista y con tanta ilusión que ciertamente nos hace mucho más amable y simpática a la Iglesia.
RESPUESTA: En todo caso, si alguien te presenta una Iglesia envejecida y cansada y de malhumor, no le prestes atención y escucha a la Iglesia que Jesús nos dejó: la Iglesia de la conversión, la Iglesia que quiere constantemente hombres nuevos y que tiene como misión esencial el anuncio de la misericordia y el perdón de los pecados.
32.- Permítame que antes de terminar le diga algo. A ustedes Jesús se la ha puesto difícil…
RESPUESTA: ¿Por qué crees que nos la ha puesto difícil?
33.- Ser testigos de una Iglesia así no es nada fácil…
RESPUESTA: Oye, déjame que te diga: en primer lugar, ¿por qué dices que Jesús a nosotros nos la ha puesto difícil? ¿Por qué no dices más bien que Jesús “nos la ha puesto” difícil? También tú eres la Iglesia de la conversión, también tú eres el testigo del anuncio de la Iglesia de la misericordia y del amor. Porque, si no han cambiado las cosas, hasta donde yo sé también tú eres Iglesia. Igualito que yo. Yo quisiera verte feliz con esta tu identidad eclesial.
DESPEDIDA: Amigos, Jesús se nos ha ido al cielo. Ha vuelto al Padre de donde vino por el misterio de la Encarnación y la Navidad. Pero ahora ahí estamos todos, vosotros y yo… Todos responsables de llevar adelante la obra de amor salvífico del Padre.