Hoja Parroquial

Pascua 5 – A | Jesús camino

Domingo, 7 de mayo del 2023

Muchos caminos, pero ¿cuál es es camino?

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Hoy abundan esas que llamamos “Guías o mapas de turismo”. Guías que nos indican los caminos por donde ir o por donde caminar, son una seguridad para no equivocarnos. Hace unos años viajaba por el norte de España, concretamente por Asturias. Llegados a Gijón nos cayó una tormenta de agua que nos impedía ver los letreros de la autopista, hasta el punto que en un momento nos salimos y nos quedamos perdidos. Preguntamos, pero hicimos mal la pregunta y nos enviaron por unos desvíos atravesando montes que nos retrasó casi dos horas el viaje. Ese es el peligro de no conocer bien el camino y salirnos del verdadero.

Pero peor resulta el que no conozcamos bien los caminos de la vida porque no todos los caminos llevan a una meta segura, la que buscamos. Y pudiera darse que andemos dando vueltas y más vueltas y no lleguemos nunca o lleguemos a donde no queríamos ir.

Jesús en su despedida, parte de un supuesto. Los suyos, para estas horas, ya tienen que ser expertos en caminos, ya tienen que conocer el verdadero camino de la vida, pero se llevó una enorme decepción. Tomás tuvo la franqueza y la honestidad para reconocer que ni sabían a dónde iba a ir Él y menos, por tanto, el camino para seguirlo.

Fue necesario que Jesús les hablase claro: “Yo soy el camino”. Desde entonces sabemos que el verdadero camino que nos lleva a la vida es Jesús. ¿Qué hay muchos caminos en la vida? Cantidad y ahora todavía más. Hasta ahora estábamos tranquilos y seguros que el camino de Jesús lo marcaba claramente la Iglesia, pero ahora surgen sectas, iglesias, movimientos como hongos y nosotros, que aún no hemos estrenado en serio el “camino Jesús”, nos sentimos desconcertados y tratamos de probarlos todos. “Como todos hablan de Dios…”. “Como en todos se reza a Dios…”. “Como en todos se lee la Biblia…”. La gente vive en un total eclecticismo. Todo es igual. Todo es lo mismo. Como si todo dependiera de gustos personales. Incluso, no faltan quienes preguntan si están haciendo mal probándolo todo.

Uno se pregunta: ¿Y qué queda de lo que dice Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”? Para Jesús el camino del Padre es uno y ese camino es El. ¿Por qué, antes de probar a Jesús como camino, preferimos hacer la experiencia de otros caminos?

Mostrar al Padre

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“Muéstranos al Padre”. Los discípulos no se contentan con que les hable del Padre, quieren que se los señale, que se los muestre. El deseo es válido, pero también manifiesta una gran deficiencia en su fe: su incapacidad de ver. Jesús insiste: “Quien me ve a mí, ve también al Padre”. Pero ellos no lo han visto. Han visto a Jesús, pero no han visto en Él al Padre.

Una primera urgencia en la vida es que alguien nos muestre la verdad, pero no es suficiente. Es preciso tener ojos para verla.

Alguien que nos muestre el camino, pero también se necesita a quien tenga capacidad de reconocer y ver el camino.

Alguien puede mostrarnos la verdad de la vida, pero hay que tener capacidad para reconocerla.

El dedo puede apuntarnos a las estrellas, pero algunos se quedan mirando al dedo y no ven las estrellas. Es frecuente que nos quedemos mirando al que nos muestra el camino del Evangelio y no logremos encontrarnos con el Evangelio. Puede que tu amigo te quiera mostrar el camino del bien y tú te quedes mirando al amigo, pero no veas lo bueno. Muéstranos, Señor, al Padre, pero danos a la vez, ojos para verlo.

Muéstranos, Señor, el camino de la vida, pero danos capacidad para verlo. Necesitamos signos, pero también capacidad de identificarlos, verlos, reconocerlos.

Hechos para el futuro

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El futuro está programado en nuestro mismo ser.
Estamos hechos para el futuro, más que para el pasado.
Dios te ha puesto dos ojos en la frente, no en el cogote.
Quiere que mires de frente, hacia delante.

Dios te ha regalado dos orejas, sus dos pabellones apuntan a escuchar el mañana más que el pasado.
Dios te ha regalado dos manos., pero te las ha puesto para que acojas lo que está por delante más que lo que queda atrás.
Dios te ha regalado dos pies.

¿No ves cómo están configurados para caminar hacia delante más que hacia atrás?
Nuestra estructura apunta siempre para adelante, hacia el futuro.

¿Has intentado hacer una carrera corriendo hacia atrás? Difícil ¿verdad?
¿Has intentado mirar hacia atrás? Tienes que voltear tu cabeza y resulta molesto.

Bueno, ¿y si te fijas en tu carro? Pues muy simple:
El espejo retrovisor es chiquito., mientras que el vidrio que nos hace mirar hacia delante es tan ancho como el carro mismo.
Todo nos empuja hacia delante. Todo pareciera estar por delante.

Algo que es preciso alcanzar. Algo que se presenta como nuevo.

Digamos que el “hombre es futuro”.
El “hombre está hecho para el futuro”.
El hombre se hace y se va construyendo mirando y caminando hacia el futuro.
¿Por qué será, entonces, que tanto nos pegamos al pasado, al ayer, a lo que ya no es?

“Yo soy el camino”

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Yo soy el camino. ¿Y por qué no lo andáis?
Yo soy el camino. ¿Y por qué seguís sentados?
Yo soy el camino. ¿Y por qué no camináis?

Yo soy la verdad. ¿Y por qué no me creéis?
Yo soy la verdad. ¿Y por qué seguís en la mentira?
Yo soy la verdad. ¿Y por qué no la anunciáis?

Yo soy la vida. ¿Y por qué estáis muertos?
Yo soy la vida. ¿Y por qué no me vivís?
Yo soy la vida. ¿Y por qué no me comunicáis?

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