Hoja Parroquial

Cuaresma 1 – B | Jesús es tentado | IQC2021

Domingo, 21 de febrero del 2021

Las cinco tentaciones del cristiano

tentaciones del cristiano

Decir que tenemos tentaciones no es decir nada nuevo. La tentación no es sino la manifestación de nuestra condición humana. La tentación no es pecado. Pecado será consentir en ella. Vencerla es una señal de fidelidad a Dios. Lo peor de la tentación es no darle importancia, no verla como un peligro y un desvío de nuestro camino. ¿Cuáles son las tentaciones del cristiano hoy?

Primera: La tentación de prescindir de Dios. Creer que nos valemos por nosotros mismos y que no necesitamos de Él, o incluso pensar que Dios es un obstáculo a nuestra libertad, o que Dios es un aguafiestas. La autosuficiencia, el creer que me basto a mí mismo, el creer que el mundo puede caminar, al margen de Dios, se llama “ateismo práctico”.

Segunda: La tentación de contentarnos con ser buenos. Sí, pensar que basta ser bueno y que la santidad no es para nosotros. Quien trate de convencerte de que tú no estás para santo, que la santidad no es para ti, te está haciendo un daño sustancial porque es desviarte del ideal que Dios tiene para ti. Quien se contenta con ser bueno, termina por ser un mediocre.

Tercera: La tentación de prescindir de la oración. Quien deja de orar deja de respirar espiritualmente y se muere. La anemia de las personas, de las comunidades, de los seglares, del sacerdote o religioso, o de la misma Iglesia, se debe, en gran parte, a la falta de una verdadera oración. Cuando caigo en la tentación de pensar que la oración es un tiempo perdido, comienza por dentro el debilitamiento de la fe y de la vocación cristiana.

Cuarta: La tentación de abandonar la Iglesia. No. No es una tentación tan rara. Hay muchos que están perdiendo el sentido de Iglesia, están perdiendo su conciencia de ser Iglesia. Cuando perdemos ese sentido de Iglesia, comenzamos a pensar pasarnos a otras cosas. Abandono mi bautismo para bautizarme en una Secta.

Quinta: La tentación de pensar que ya conoces la Palabra de Dios. Sí es posible que la conozcas, pero de oídas. Si pierdo la Palabra de Dios como la luz que me guía por la vida, ¿a qué otra luz voy a caminar? Además, no es cuestión de conocerla, sino cuestión de interiorizarla, meditarla, asimilarla. No basta saber mucho del pan, si en tu mesa no tienes pan. No basta saber mucho de amor, si luego no amas.

Examínate un poco, ¿cuáles son tus verdaderas tentaciones?

Programa Cuaresmal

programa para la Cuaresma

1.- Ayunar: como privación de alimentos.
Bueno, ¿y no sería mejor que tú sigas comiendo, pero des de comer también a alguien que no tiene qué comer?

2.- Abstinencia: como privación de comer carne.
Algunos sólo la ven en el escaparate.
¿No será mejor regalar un pollito a alguien para que no se olvide de su sabor?

3.- Penitencias: mortificaciones, austeridades.
De acuerdo, pero ¿qué mortificaciones?
Mejor si nos mortificamos:
No murmurando de los demás.
Hablando bien de todos.
No contando chismes.
Alabando a todos.
No enfadándote, sino sonriendo en casa.
No pongas cara de ayuno forzado.
Pon una sonrisa en tus labios.
Si hasta Jesús nos dijo que “nos perfumáramos cuando ayunamos”.

4.- Amistades. Sigue con las que tienes, si son buenas.
Pero búscate algunas otras.
Visita al que está abandonado en su soledad.
Busca la amistad con Jesús.
Hazte más amigo de los que están contigo.

5.- Hablar. Claro.
La Cuaresma no es para mudos.
Habla con todos.
Habla también con Dios, orando.
Regálale unos minutos cada día.
Visítalo en el Sagrario.

6.- Tristeza: Prohibida.
Que te vean siempre alegre.
Que te vean feliz.
Y alegra a los demás.
Hazlos felices a todos.

La conversión es un camino

camino de conversión

La conversión es un camino que hay que andar, pero que hay que comenzar. Los caminos no se andan si no comenzamos a andarlos. Quien deja para mañana terminará dejándolo para “otro día”.

“Otro día” no es ningún día.
El día es siempre “hoy y ahora”.
No “otro día”.

Para cambiar es preciso comenzar por conocernos primero bien a nosotros mismos. Quien no se conoce a sí mismo, no sabe qué cambiar, ni para qué cambiar.

Para cambiar necesitamos ser sinceros con nosotros mismos y conocer todo lo que llevamos dentro. ¿Estamos conformes con lo que somos? Entonces nunca habrá cambio. ¿Estamos a disgusto con nosotros mismos? Tenemos la oportunidad de cambiar.

La conversión no es amargarnos en la vida. La conversión es el anuncio de que nosotros podemos ser distintos, que podemos ser diferentes, que podemos soñar con un corazón nuevo y una vida nueva.

La conversión no podemos dejarla para mañana. ¿Es que no quieres ser distinto hoy? ¿Es que no quieres rejuvenecerte, vivir en tu verdad hoy?

No cambiarás del todo hoy, pero hoy puedes comenzar. Quien comienza tiene la esperanza de llegar, quien no comienza se queda con lo que es.

Como no cambiarás de todo hoy, hoy puede ser el comienzo de algo que tendrás que realizar toda tu vida. ¿Por qué esperas a otra oportunidad? ¿Para qué esperas a mañana?

Hoy es tu día y debes decidir.

Arenas del desierto (Las tentaciones de Jesús)

desierto

El desierto estaba en silencio.
Las arenas ardían bajo los pies.
En el corazón se oían voces, con silbidos de sirena.

No estaba bien el hambre, cuando había tantas piedras.
No estaba bien el hambre, con tanta posibilidad de panes.
¿Por qué carecer de todo, cuando todo podía ser suyo?
¿Por qué no tener nada, si tenía el mundo en oferta?
No estaba bien tanto silencio, si los aplausos eran gratis.
No estaba bien vivir callado, cuando todos podían aclamarlo.
¿Por qué esconderse, si todos esperaban reconocerlo?
¿Por qué ocultarse, si el alero del Tempo estaba vacío?

Por fuera todo es silencio. Las voces van por dentro.
Por fuera solo silba el viento.
Por dentro silban las dudas.
Por fuera todo parece en paz.
Las inquietudes caminan por el alma.

Los caminos nuevos empiezan a nublarse.
Los caminos de siempre se llenan de luz.
Los caminos nuevos están desiertos.
Todos van por los viejos caminos.

¿Será que Dios se equivocó de camino?
¿Será que los hombres están en lo cierto?
¿Será que el tener y el poder son el éxito?
¿Será que el carecer de todo es un fracaso?
¿Será que los aplausos abren los caminos?
¿Será que el anonadamiento no ofrece garantías?

Por fuera todo es silencio. Las voces van por dentro.
Por fuera todo es seguridad. Por dentro todas las inseguridades.
Por fuera todos parecen tranquilos. Sólo yo estoy preocupado.
Por fuera todos parecen firmes en sus verdades.
Sólo yo me debo cuestionar.

El hambre se hace palabra dentro. La fácil tentación del pan.
La pobreza se hace palabra dentro. La fácil tentación del tenerlo todo.
La humildad se hace palabra dentro. La fácil tentación del aplauso.

Y su Palabra comenzó a decir cosas. Las cosas de verdad.
Que el hombre es más que estómago.
Que el hambre necesita más que pan.
Que no solo vive de pan, quien tiene estómago, espíritu y alma.

Y alguien gritó por dentro: que no es suficiente el pan.
Que no bastan los Reinos al corazón que ama.
Que de poco valen los aplausos, cuando nos queman el alma.
Que de reinos está el mundo lleno.
Mas le falta el Reino de la verdad.
Clemente Sobrado CP

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