Hoja Parroquial

Epifanía del Señor – C | Los reyes en camino

Domingo, 5 de enero del 2025

“Se pusieron en camino…”

La Fiesta de la Epifanía está rodeada de tantas cosas que prácticamente pierde todo su verdadero sentido. Son más importantes esas largas y abundantes barbas y sus mantos floridos que los personajes mismos. Ellos, de alguna manera, apocan el centro de la escena que es Jesús. Jesús queda demasiado pequeño para lo grandes que son ellos. Los ricos atuendos de los tres Reyes Magos contrastan con la pobreza de un Niño recién nacido dormido sobre un pesebre de pastores.

Sin embargo, el centro de la Epifanía no son los Magos, sino Jesús, aunque mutuamente se complementen. Los Magos son el símbolo de una humanidad en busca de Dios y Jesús es Dios que, rompiendo con los estrechos marcos de su pueblo, se abre a todos los pueblos.

La Epifanía pone de manifiesto dos de las grandes realidades de la historia. Por una parte, Dios en camino del hombre y los hombres en camino hacia Dios. Los hombres y Dios, Dios y los hombres al encuentro. Mateo nos dice bellamente que, los Magos, superadas sus dudas e incertidumbres, “se ponen en camino”. Una de las expresiones más significativas tanto de Dios como de los hombres. Dios y los hombres “en camino”, el uno al encuentro con los otros y los otros al encuentro con Él.

Es posible que no siempre logremos llegar hasta el final del camino, pero lo interesante e importante es declararnos caminantes, buscadores. Hombres y mujeres que dejamos nuestra indiferencia o, simplemente, nuestra tranquilidad nos echamos a andar, a caminar, a hacernos peregrinos que vamos en busca de Dios.

No me preocupan los que buscan, sino los que ya creen haber encontrado. No me preocupan los que se ponen en camino, sino los que creen que ya han llegado. No me preocupan los que sienten necesidad de Dios, sino los que se creen ya satisfechos y creen haberlo encontrado.

La Epifanía es la fiesta de Dios que se manifiesta y revela a los que buscan, a los caminantes, a los que tienen sed de algo.

La Epifanía es la fiesta de los hombres que saben que Dios está ahí, pero aún no lo han encontrado y se lanzan a los caminos buscándolo. Es posible que en ese caminar haya momentos de duda, de oscuridad, de desorientación y cansancio, pero, a la larga, la estrella que nos alumbra no tardará en volver a aparecer y volverá a iluminar el camino.

La Epifanía es la fiesta de los que, en algún momento de su vida, logran encontrarse con Él. Tal vez no es lo que ellos esperaban, pero, aun así, son capaces de postrarse y adorarle en el misterio de la fe. Cuando se ha llegado hasta Él, el regreso nunca es por el mismo camino, sino “por otro camino”, el camino de la fe.

Mirar a las estrellas

Nuestro camino por la vida está lleno de estrellas.
¿Las sabemos leer e interpretar?
Las estrellas que alumbran a los demás, no son las tuyas.

¿Has descubierto tu propia estrella?
Sí.
La que te llama a ti.
La que te alumbra a ti.
La que te marca tu propio camino.

Pero para ver las estrellas es preciso mirar al cielo.
Las estrellas no se contemplan con los ojos hundidos en la tierra.
Las estrellas se ven tanto mejor, cuanto más oscura está la noche.
Las estrellas no suelen verse de día.
Es preciso que el mundo esté en la oscuridad para que podamos ver el cielo estrellado.

La luz siempre nos viene de arriba.
La luz siempre nos viene de Dios.

Aunque Dios sea un Niño nacido en un pesebre.
Dios alumbra en la pobreza.
Dios alumbra cuando todas las luces se apagan.
Dios alumbra cuando ya no quedan más luces.
Dios alumbra en la noche.

Abramos las ventanas de nuestro corazón,
para que veamos las estrellas.
Abramos las ventanas de nuestra inteligencia,
para que veamos las estrellas.

Deseos para el Año Nuevo 2025

Al comenzar un nuevo año, lo hacemos deseando:
Que vivamos con más alegría y esperanza.
Que vivamos con más fe y amor.
Que vivamos con mayor valentía cada día.
Que vivamos construyendo y no destruyendo.
Que vivamos con mayor ilusión.
Que vivamos con mayor espíritu de compromiso.

Deseamos:
Que haya más posibilidades de trabajo.
Que haya más sentido de la justicia.
Que haya más sentido del respeto a la persona.
Que haya más unidad entre todos.
Que haya más armonía en las diferencias.

Deseamos:
Que los que tienen más, compartan más.
Que los que tienen menos, se esfuercen más.
Que los todos los niños tengan un hogar.
Que los esposos vivan más unidos.
Que los hijos amen más a sus padres.
Que los ancianos se sientan menos solos.

Deseamos:
Que las familias se renueven
Que la Iglesia se renueve.
Que el mundo se renueve.
Porque “año nuevo, vida nueva”.
Porque Dios nos hace nuevos.

¡Feliz Año Nuevo 2025!

Que la esperanza renazca.

Que la esperanza no muera.

Que la esperanza nos anime.

¡UN AÑO NUEVO DE ESPERANZA Y JÚBILO!

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