Hoja Parroquial

Adviento 1 – B | Esperanza y Adviento

Domingo, 3 de diciembre del 2023

Comenzar un nuevo Adviento

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¿Otra vez? ¿Siempre lo mismo? Pues sí, otra vez estamos comenzando el Adviento. Ahora que sea siempre lo mismo ya depende de nosotros. Habría que decir cada mañana: “¿Otro día? ¿Otro día lo mismo?” Que cada día sea igual al anterior ya depende de cada uno de nosotros porque, en realidad, cada día, por más que nos parezca igual al anterior, es totalmente distinto. También el río es siempre el mismo, pero el agua que corre es siempre nueva. El calor de cada día es siempre nuevo y el frío, también.

Que este Adviento 2024 nos parezca igual al del 2023 depende de cada uno de nosotros. Porque las esperanzas son nuevas. Las dificultades que arrastramos son también nuevas.

Los periodistas entrevistaron a un boxeador y le preguntaron: “¿Tienes algún golpe nuevo para este combate?”. A lo que él respondió con cierto humor: “Sí. Todos los que voy a dar y todos los que voy a recibir son nuevos, porque estos nunca les he dado y tampoco los he recibido”.

No olvidemos que el Adviento es toda una posibilidad que tenemos por delante. Por eso el gran grito de este primer domingo es “Vigilad” por que “no sabéis cuando vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo o al amanecer”.

Nadie vigila el pasado que ya pasó y ya no existe. Vigilamos lo que está por venir, lo que está viniendo. La vigilancia mira siempre al futuro. Un futuro, por otra parte que depende de Dios y depende de nosotros. Porque una cosa es lo que Dios quisiera que sucediese en cada uno de nosotros en este tiempo del Adviento y otra cosa es lo que hacemos nosotros para que algo nuevo acontezca.

No es cuestión de un Adviento de Dios, de lo que Dios anuncia y promete. Es que nosotros mismos somos un Adviento, el nuestro con minúscula, porque nuestro futuro humano y espiritual depende siempre de cada uno de nosotros.

Habrá quienes ya no esperan nada. Habrá quienes esperan algo nuevo, pero dudan. Y habrá quienes esperan lo nuevo y dedican su vida a crearlo ya ahora. San Juan nos dice que “sabemos lo que somos ahora, pero no sabemos lo que seremos”. Todos sabemos dónde estamos, pero sabemos dónde estaremos estas Navidades. Posiblemente en la misma casa y en el mismo trabajo, pero ¿en qué momento de tu vida estás hoy y en qué momento estarás la Nochebuena?

¿Dónde está Dios hoy en tu vida? ¿Dónde estará Dios en tu vida en estas Navidades? Hay que estar atentos porque antes de que Dios llegue la Nochebuena envuelto entre pañales, Dios sigue llegando cada día a nuestras vidas. Solo necesitamos de una cosa: estar atentos no solo a la venida de Dios hecho Niño, sino a las venidas de Dios hecho llamada e invitación en nuestros corazones.

La libertad principio de lo nuevo

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“La libertad presupone que en las decisiones fundamentales cada hombre, cada generación, tenga un nuevo inicio”. (SS n.24)

Una bella expresión de la apertura del hombre a la esperanza. Cada persona, lo mismo que cada generación, tiene su propia libertad y por eso es capaz de un nuevo comienzo, como dice el Papa.

La libertad no se refiere solamente al pasado. La libertad es responsabilidad con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. La libertad es la que nos abre a nuevas experiencias y, por tanto, al cambio. Así, en cada uno de nosotros puede comenzar algo nuevo. En cada generación puede y debe comenzar algo nuevo y diferente.

Los que se escandalizan de los cambios, en realidad, se escandalizan de su propia libertad. Quien no es responsable de buscar nuevos caminos y nuevos horizontes, en el fondo es que tiene miedo a ser libre.

Por eso los padres tienen miedo a la libertad de sus hijos y ahí vienen los conflictos de la adolescencia. Los padres se escudan diciendo: “Cuando yo tenía tu edad…” Y los hijos respondiendo: “Ahora que estoy en mi edad distinta a la tuya”. Los de arriba, los que detentan el poder y el mando también tienen miedo a la libertad de los de abajo porque con ella son menos manejables. Quisieran que la gente sencillamente diga que sí a todo. Por ello quienes se sienten libres terminan creando problemas a los que están arriba. Eso hasta lo solemos calificar de “rebeldía”. Ser libre no es ser rebelde. Ser libre es vivirse a sí mismo desde su propia libertad y responsabilidad. Todos somos responsables de lo nuevo. Todos somos responsables de que las cosas sigan su camino y se hagan historia.

Mensajes de Dios para ti

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“Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tus manos”. (Primera Lectura)

“Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber, porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo”. (Segunda Lectura)

“De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. (Segunda Lectura)

“El os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan que acusaros en el día de Jesucristo…”. (Segunda Lectura)

“Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer”. (Evangelio)

Mensaje de Dios a tu corazón. Mensaje vida para que vivas. Mensajes para que los rumies en tu corazón. Son algo así como “el té de la tarde” para aliviar el cansancio y reanimar nuestras fuerzas.

Vitaminas para el espíritu

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Habla siempre en positivo.
No seas negativo.
Levanta tu espíritu y demuestra ilusión.
Levanta el ambiente de pesimismo que te rodea.
Di “sí”, donde otros dicen “no”.
Sonríe donde otros ponen cara larga.
Alaba donde otros critican.
Reconoce lo bueno que hay hasta en la basura.
¿A caso la basura no alimenta las plantas?
Piensa que mañana saldrá el sol.
Convéncete de que mañana estarás mejor.
Lo que es capullo hoy, mañana será flor.
Y no olvides que Dios “te ama” y “te sonríe”.

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