Hoja Parroquial

Domingo 17 – A | Reino y alegría

Domingo, 30 de julio del 2023

La alegría del cristiano

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Quisiera equivocarme, pero creo que son pocos los que viven con gozo y con alegría su fe cristiana. Más bien diría que la vivimos con cierta resignación, nos falta esa alegría y ese optimismo. Todo porque no hemos descubierto la riqueza y la belleza de nuestro ser cristiano.

El que encontró el tesoro, dice el Evangelio, se fue corriendo a casa y vendió todo lo que tenía “con alegría”. No le importó desprenderse de todo, con tal de conseguir algo que para él era importantísimo.

Mientras no descubramos la importancia de la fe, seremos unos creyentes como obligados.

Mientras no descubramos el verdadero valor de la Iglesia, seremos unos miembros que habitamos la Iglesia como quien vive en un hotel, no la siente como su propia casa y su propio domicilio, no la siente su hogar.

Mientras no descubramos la belleza del matrimonio, de la familia y del hogar, viviremos en él, como quien tiene que seguir adelante, pero sin la alegría del verdadero amor.

Mientras no descubramos la belleza del amor de la esposa o del esposo, seguiremos juntos aguantándonos como podamos.

¿Por qué nos cuesta tanto la fidelidad conyugal? ¿No será porque no hemos descubierto el amor verdadero como el tesoro y el sentido de nuestras vidas?

¿Por qué nos cuesta tanto regresar al hogar y preferimos quedarnos hasta tarde con los amigos? ¿No será porque no hemos descubierto el verdadero tesoro del calor de hogar y de familia?

¿Por qué nos cuesta tanto aceptar los criterios de la moral cristiana? ¿No será porque no hemos descubierto la verdadera belleza del Evangelio?

“Donde está tu corazón allí está tu tesoro.”

Descubrir cada día algo nuevo

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Jesús nos habla de alguien que “encontró un tesoro en un campo”. La fe es una búsqueda y vivir de la fe es la búsqueda constante del tesoro de Dios, del tesoro del Reino. Nadie se resiste ante un tesoro o ante una perla preciosa. Cuando logramos descubrir un tesoro se nos estremece el cuerpo y el alma.

Vivir en cristiano no es vivir de las rentas de lo que ya tenemos. Ser un cristiano activo y vivo es “buscar” y “encontrar”. Vivir en cristiano es vivir la alegría de nuestras nuevas experiencias y es vivir la alegría de lo nuevo de Dios.

Para vivir como cristiano es preciso que nos abran los horizontes del alma, nos abran los horizontes de lo siempre nuevo e inédito. Déjennos vivir la alegría de la gracia y no nos metan miedo en el corazón. Dios no está ahí para poner miedo en nuestra alma, sino para llenarla de alegría y de esperanza.

Hablemos más de los mártires que dieron la vida por Cristo.
Hablemos más de los santos que se enamoraron de Cristo.
Hablemos más de los que entregaron sus vidas en servicio al Evangelio.

No son los vulgares quienes nos animarán en nuestro caminar, serán los generosos, los que no miden el riesgo, los que lo arriesgan todo, quienes iluminarán nuestras mentes.

Que nuestras catequesis sean momentos de encuentro y de búsqueda.
Que nuestras homilías animen más a buscar que a quedarse resignados.
Que nuestra pastoral sea más de animación y de entusiasmo que de recortes desde la prudencia humana. ¡Animemos, no desanimemos!

Los párrocos animadores de la comunidad misionera

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“La renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella. La primera exigencia es que el párroco es un auténtico discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor, puede renovar una parroquia. Pero, al mismo tiempo, deber ser un ardoroso misionero que vive en constante anhelo de buscar a los alejados y no se contenta con la simple administración” (Aparecida n. 201).

La renovación de las parroquias no puede ser fruto de simplemente cambiar al párroco o de crear nuevas instituciones. Una parroquia cambia cuando el párroco es verdadero discípulo de Cristo. No es el cambio de párroco, sino el cambio de actitudes del párroco y de sus sacerdotes.

Al mismo tiempo, el párroco tiene que ser “ardoroso misionero”. Lo que implica que vive en “constante anhelo de buscar a los alejados”. El párroco no puede quedarse en la simple administración del despacho parroquial, para eso están las secretarias de la Parroquia, él está llamado a salir a buscar a los alejados, a los que no vienen a su despacho, a los que no van a su Parroquia.

Con frecuencia, pensamos que el problema está en las demarcaciones geográficas de las parroquias. Es cierto que la demarcación geográfica puede tener su importancia, pero lo verdaderamente importante es el “cambio de actitudes y de mentalidades de quien está al frente a la Comunidad Parroquial”.

Pensamientos positivos

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Muestra las estrellas.
No las apegues.

Muestra las cumbres.
Los valles ya los vemos.

Muestra los caminos.
No sus dificultades.

Muestra los grandes ideales.
No lo que cuestan.

Muestra las rosas.
No las espinas.

Muestra el oasis.
No el desierto.

Muestra lo bonito.
No lo feo.

Muestra lo positivo.
No lo negativo.

Muestra el amanecer.
No la oscuridad de la noche.

Muestra el triunfo.
No la derrota.

Muestra la vida.
No la muerte.

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