Hoja Parroquial

Pascua de Resurrección | Resurrección de Jesús

12 de abril del 2020

Domingo de Pascua

Resurreción de Jesús

Esta pasada noche fue la noche de la luz. El Cirio Pascual lo presidía todo. En medio de las tinieblas de la noche, la comunidad entera encendía sus velas como símbolo de encender sus vidas en la vida nueva del Resucitado.  Por eso desde ahora todos estamos llamados a ser luz pascual del Resucitado.

Pero además es la fiesta de la Vida. El grito pascual que se escucha en todas las apariciones es: está vivo. Por tanto, ha “resucitado”. No está muerto, no está en el sepulcro, sino que vive. En realidad, es el grito de cada uno de nosotros: queremos vivir. Aquí tiene sentido lo que escribía Unamuno, a pesar de su incredulidad creyente: “No quiero morirme, no, no, no quiero ni puedo morirme; quiero vivir siempre, siempre, siempre, y vivir yo, este pobre yo que soy y me siento ser ahora y aquí”.

Tal vez nosotros no lo digamos con ese sentido trágico de Unamuno, pero tenemos que reconocer que todos queremos vivir y que todos tenemos miedo a la muerte. Por eso la Pascua es la gran palabra de Dios a cuantos estamos amenazados de muerte, para decirnos que también estamos amenazados de vida. Sabemos que todos hemos de morir. Pero, como creyentes, también sabemos que tenemos que resucitar.

La muerte no es la interrupción de la vida, algo así como si morimos luego Dios después de un tiempo, nos regalase otra vida. No, sino que la muerte nos ofrece las condiciones para que la verdadera vida siga sin que exista ese vacío  entre muerte y vida. Es nuestra vida que se transforma en nueva vida.

Esa fue la experiencia de Jesús y esa es nuestra experiencia. La mañana del Domingo de Pascua, todos acudían al sepulcro a ver al muerto y el sepulcro estaba vacío. Sólo quedaba lo que no puede resucitar, las vendas y el sudario, pero él no estaba. Es posible que nuestros sentimientos humanos acudan también al sepulcro “donde le pusieron” y también nosotros nos encontremos con las vendas, los restos mortales, porque también nuestro ser querido ha resucitado.

La Pascua no es solo el gozo y la alegría de Jesús resucitado, es el gozo y la alegría y la gozosa esperanza de nuestra resurrección, de nuestro paso de la muerte a la muerte a la vida. La Pascua es la fiesta de que todo lo que había de muerte en nosotros ha pasado ahora a la vida. Por eso, en este día no solo podemos decir “ha resucitado, no está aquí”, sino que también tendremos que decir: “Hemos resucitado, no estamos aquí”. No estamos donde estábamos sino que todo en nosotros es vida. No somos lo que éramos, somos iguales que Él, nuevos.

Secuencia Pascual

Resurrección de Jesús

Ofrezcan los cristianos
ofrenda de alabanza
a gloria de la víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables,
unió con nueva alianza.

Luchaban vida y muerte
en singular batalla,
y muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

“¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?”.
“A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada”.

Los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda:
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles
parte en tu victoria santa.

¿Dónde quieres celebrar este año tu Pascua?

Resurrección de Jesucristo

Los Discípulos le preguntan a Jesús dónde quiere celebrar la Pascua. Una pregunta que parece inútil porque la Pascua se celebraba en el Templo y en las casas. ¿Dónde quiere querrá celebrarla Jesús?

Allí donde alguien está sufriendo.
Allí donde el dolor sigue destruyendo al hombre.
Allí donde las necesidades siguen ahogando al hombre.
Allí donde hay una libertad que rescatar.
Allí donde hay un niño, un hombre y una mujer que sufren hambre.

Porque la Pasión de Jesús no es algo del pasado. La Pasión de Jesús sigue hoy allí donde están los crucificados de hoy. Las Reglas y Constituciones de nosotros los Pasionistas nos lo dicen claramente: “Sabiendo que la Pasión de Cristo continúa en este mundo hasta que El venga en su gloria, compartimos los gozos y las angustias de la humanidad, que camina hacia el Padre. Deseamos participar en las tribulaciones de los hombres, sobre todo de los pobres y abandonados, confortándolo y ofreciéndoles consuelo en sus sufrimientos. Por el poder de la Cruz, que es sabiduría de Dios, trabajamos con ilusión por iluminar y suprimir las causas de los males que angustian a los hombres”.

Jesús prolonga su pasión en la pasión de los hombres. Por eso, en realidad, la humanidad vive la semana santa todos los días. Donde un hombre es crucificado, allí es crucificado Jesús. Donde un hombre es crucificado allí quiere celebrar Jesús su Pascua.

Es a estos crucificados de hoy a quienes es preciso anunciar el Misterio del poder y sabiduría de la Cruz, como camino de esperanza. Por eso estamos llamados a vivir nuestra pasión unidos al mismo Jesús como Él vive la suya en nosotros y unido a nosotros. Es así como también tenemos que celebrar la Pascua, llevando luz a la oscuridad, llevando esperanza donde la han perdido.  ¿Dónde celebraremos nosotros la Pascua este año?

¿Cómo saber que he resucitado?

Resurrección de Jesucristo

Porque antes estaba muerto y ahora vivo.
Porque antes era esclavo de mí mismo y ahora soy libre.
Porque antes todo lo veía negro y ahora lo veo claro.
Porque antes todo me parecía imposible y ahora todo lo veo posible.
Porque antes me sentía a gusto en lo que era y ahora me siento nuevo.

Porque antes pensaba como todos y ahora pienso como Dios.
Porque antes te buscaba entre los muertos y ahora te reconozco entre los vivos.
Porque antes pensaba que las cosas tenían que ser así y ahora pienso pueden ser distintas.
Porque antes te veía como un extraño y ahora te reconozco como a mi hermano.
Porque antes te veía como lejano y ahora te siento como a mi prójimo.

Porque antes pensaba que podía aprovecharme de ti y ahora siento que debo servirte.
Porque antes veía al mundo como de los hombres y ahora lo veo como obra de Dios.
Porque antes me encerraba en mi egoísmo y ahora siento que me debo a ti.
Porque antes sentía que las cosas eran mías y ahora siento que debo compartirlas.
Porque antes me sentía individualista y ahora me siento comunidad.

Porque antes te sentía lejano y ahora siento que vives en medio de nosotros.
Porque antes sentía que la muerte era lo último y ahora siento que lo último es la vida.
Porque antes sentía el vacío de mi corazón y ahora te siento a ti dentro de mí.
Porque antes necesitaba razones para creer en ti y ahora me basta tu experiencia.
Porque antes creía que el mundo tenía la razón y ahora veo que la razón la tiene Dios.

Porque antes me sentía a gusto con mi pecado y ahora siento el gozo de tu gracia.
Porque antes veía el mundo como un montón de gente y ahora siento somos una comunidad de hermanos.
Porque antes pensaba que la muerte era el final y ahora comprendo que es un comienzo.
Porque antes pensaba en la gente y ahora siento que debo amarla.
Porque antes pensaba que tú nos hacías sufrir y ahora descubro que tú has asumido nuestros sufrimientos.
Porque antes estaba cerrado y ahora tú me lo has abierto al mundo entero.

Sé que he resucitado porque ya no me siento viejo y gastado sino que me siento nuevo, recién nacido en tu propia vida.
Sé que he resucitado porque la noche de mi vida también se ha convertido en un nuevo amanecer. Hoy no soy el de ayer. Hoy me siento nuevo, resucitado en el resucitado.

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